El pasado mes de julio, el Congreso de Perú aprobó la nueva Ley de Desarrollo Urbano Sostenible 31313 (Ley DUS), a la vez que se aprobaba también la nueva Política Nacional de Vivienda y Urbanismo (PNVU). Se trata de un hito histórico, pues Perú se une al grupo de países en América Latina y el Caribe que cuentan con leyes similares, como Brasil, Colombia, Ecuador, México y Uruguay. Con estas nuevas leyes, Perú ha puesto a la ciudadanía y a la sostenibilidad en el centro de sus políticas de desarrollo y vivienda.
¿Cómo afectará a Perú la aprobación de las nuevas leyes de desarrollo urbano?
Se espera que la aprobación de la Ley DUS y la PNVU marque un antes y un después con respecto al desarrollo territorial en Perú.
En las últimas dos décadas, la expansión urbana de Perú ha aumentado hasta duplicar su huella. Estudios recientes estiman que la informalidad explica más del 90% de todo el crecimiento de las ciudades peruanas. Como resultado, la zonas urbanas periféricas que han surgido de estas expansiones presentan las siguientes características:
- Viviendas con construcciones precarias o de baja calidad
- Emplazamiento en zonas de riesgo o de difícil accesibilidad
- Desarticulación con los principales centros de trabajo, servicios y equipamientos urbanos.
- Desabastecimiento de servicios públicos como agua o desagüe (la espera aproximada para obtenerlos es de 14 años)
Todos estos factores complican considerablemente las posibilidades de que sus habitantes logren salir de su situación de pobreza, la cual es una característica común de este tipo de asentamientos en toda la región.Por desgracia,la pandemia ha exhacerbado aún mas las desigualdades de nuestras ciudades, y ha puesto de manifiesto la necesidad urgente de atender múltiples brechas en vivienda, espacios públicos y servicios urbanos.
Ante este escenario, la generación de nuevas políticas urbanas nacionales surge como una alternativa fundamental para reactivar el crecimiento económico y la resiliencia urbana a través de la generación de regulaciones e instrumentos que fomenten ciudades más resilientes, biodiversas y sostenibles. Precisamente, la Ley DUS y la PNVU destacan por incorporar un nuevo enfoque de derecho a la ciudad que permiten resolver los principales problemas de habitabilidad de las ciudades peruanas. Se trata de poder empezar a hablar de la búsqueda de un bien común, donde las ciudades, junto al estado, deben asumir un compromiso colectivo para garantizar el acceso a una vivienda digna, la calidad de los espacios públicos y la protección de los ecosistemas urbanos y el patrimonio.
Principales apuestas de la nueva ley DUS y la PNVU
La promesa de desarrollo y mejora de vida que traerán consigo la Ley DUS y la PNVU es esperanzadora. A continuación damos respuesta a algunos de los principales interrogantes acerca de estas nuevas legislaciones y cómo impactará en el desarrollo de Perú.
¿Se mejorará el acceso y la calidad de la vivienda para los segmentos de ingresos más bajos?
Entre las diversas estrategias, estas leyes proponen brindar alternativas a los segmentos poblacionales de ingresos más bajos que trabajan en la informalidad para que puedan acceder a diferentes programas de vivienda. Para hacer frente a los grandes déficits cualitativos de vivienda del país, se aborda la necesidad de que exista una articulación entre la mejora de los barrios y la mejora de las viviendas con una asistencia técnica fortalecida, apostando por una densificación adecuada y la promoción de nueva vivienda de alquiler. Se incorpora la nueva figura del operador público del suelopara que el estado asuma la producción de vivienda de interés social actuando como empresa en el mercado inmobiliario para gestionar el suelo de manera articulada con la planificación local.
¿Para qué sirve la plusvalía y por qué es necesario hablar de cargas y beneficios?
La plusvalía es la participación en el incremento del valor del suelo. Se trata de un instrumento que brinda la oportunidad y capacidad a los gobiernos locales para llevar a cabo una mejor distribución del valor agregado que genera la inversión del estado y así poder seguir invirtiendo en proyectos para la mejora de la ciudad.
Otros instrumentos de gestión del suelo que propone la ley permitirán establecer mejores estrategias y regulaciones para equilibrar las cargas de ciertas áreas de la ciudad (ej. restricciones de altura, carácter patrimonial o ecológico) con el otorgamiento de beneficios (ej. bonificaciones de altura o densidad) de manera que se puedan formular proyectos integrales más ambiciosos para la ciudad. Así mismo éstos permitirán acumular lotes, incrementar espacios públicos, incorporar la obligación de construir vivienda social o infraestructura prioritaria, entre otros. Estos mecanismos de financiamiento urbano, incluidos como compromisos en la Nueva Agenda Urbana, son una herramienta fundamental para la mejora del espacio urbano de las ciudades, el fortalecimiento de los gobiernos municipales y la reducción de la desigualdad urbana.
¿Por qué es importante que la ley DUS y la PNVU hablen de un enfoque de diversidad e igualdad?
Hasta el momento muchas de las soluciones de vivienda, para el desarrollo urbano de las ciudades, e incluso para el diseño de los espacios públicos y equipamientos, se han pensado desde la visión de un usuario ‘promedio’ viviendo en la capital. Las nuevas leyes brindan un marco legal que permite tener en cuenta la perspectiva de género, la accesibilidad para personas con discapacidades y la diversidad cultural de los territorios.
La PNVU y la Ley DUS tienen además, una clara apuesta por promover barrios con diversidad de usos y mayor diversidad socioeconómica, tratando de reducir la segregación espacial y tratando de generar espacios urbanos más vivos y más justos. De esta manera se propone construir hábitats que reconozcan los diferentes estilos de vida y los diferentes roles que ejerce cada ciudadano desde su realidad. Con esto se intenta conseguir que las ciudades no representen barreras para la inclusión y brinden oportunidades de manera equitativa.
Un proceso ejemplar y replicable para otros países de la región
El proceso de elaboración de la ley y la política creó múltiples espacios de participación y discusión que pueden ser replicables en otros países de América Latina y el Caribe. El respaldo de actores institucionales como el del BID, ha brindado un importante apoyo técnico y financiero para el diseño de programas y la referenciación de experiencias regionales relevantes. Esta participación, junto a la de otras instituciones multilaterales como el Banco Mundial y ONU-Habitat, ha sido fundamental para lograr consensos y avalar el proceso.
El reto está ahora en la plataforma para la reglamentación de la Ley DUS, que agrupa semanalmente la participación de la sociedad civil organizada, gremios empresariales y laborales, gobiernos locales y colegios profesionales en la toma de decisiones para la implementación de la ley.
Para concluir, quisiéramos compartir 3 aspectos que se deberían tener en cuenta por cualquier país de América Latina y el Caribe que busque construir una nueva ley de desarrollo urbano:
- Haber construido un proceso sobre esfuerzos de los que se podía rescatar aprendizajes y logros
- Haber contado con el acompañamiento y respaldo de la cooperación internacional y la academia para enriquecer los diálogos y fomentar el debate
- Sobre todo, haber generado espacios de participación y discusión como metodología para la socialización y el logro progresivo de acuerdos.
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