Desde mayo de 2014, en Xalapa hemos realizado una serie de talleres de la mano de la firma danesa Gehl Architects con el objetivo de mejorar los espacios públicos de la ciudad. Quedé fascinada con una de las ideas base de esta firma: de acuerdo con Gehl Architects, el día más importante de nuestras vidas es aquel en que empezamos a caminar. Ese es el día en que damos el paso más grande (valga la redundancia) hacia nuestra independencia individual y nos erguimos para explorar el futuro con las manos libres.
Y el caso es que, independientemente de nuestra condición social o económica, todos caminamos. El caminar es una realidad universal que precede cualquier otro modo de transporte sustentable que haya podido inventarse el ser humano. Casi el 100% de la humanidad es peatón.
En México, la gran mayoría de la población usa la caminata pues es uno de los pocos sistemas de desplazamiento que resulta viable económicamente. Sólo un 33% puede adquirir la ‘comodidad perversa’ que ofrece un automóvil. Y hablo de ‘comodidad perversa’ porque su uso es el causante de muchas externalidades negativas que no se computan en el precio de tan preciado bien. Entre ellas destaca el sedentarismo, las enfermedades cardiovasculares y en las vías respiratorias, los accidentes de tráfico, la ocupación de espacio indebido, la contaminación sonora y la emisión de gases de efecto invernadero.
Caminar, en cambio, no genera externalidades negativas—fuera de ocupar un pequeño espacio físico de menos de medio metro cuadrado de manera dinámica. No cuesta dinero, ni tampoco consume hidrocarburos. Es un tipo de actividad que promueve el bienestar físico, la cohesión social y la igualdad de oportunidades entre la población de menores ingresos. Además, facilita la sustentabilidad económica de los comercios de barrio los cuales, a su vez, ayudan a incrementar la seguridad de las calles gracias a su mera presencia.
A pesar de eso, en América Latina existe poca infraestructura y pocas políticas públicas que busquen priorizar al peatón y que, por lo tanto, prioricen a la mayoría de la población. Según la Organización Mundial de la Salud, menos del 40% de los países del continente poseen políticas activas para promover la caminata y el uso de la bicicleta.
Distribución espacial versus distribución modal en una calle de Xalapa, México
Para poder cuantificar de manera aproximada la importancia que tienen las políticas de caminabilidad en el caso de México, busqué datos sobre infraestructura dedicada exclusivamente al peatón, en específico, datos sobre las aceras.
Fuente: Gehl Architects (2014). Intervenciones urbanas en Xalapa
Además de las observaciones en campo realizadas por Gehl Architects como parte del estudio base adicional para el Plan de Acción de Xalapa (ver imagen), encontré datos interesantes a nivel nacional en las bases de datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Resulta que, en las áreas urbanas, el promedio de manzanas con disponibilidad de aceras en todas sus vialidades es sólo de un 35% y los estados con un menor porcentaje de manzanas con disponibilidad de aceras son algunos de los más pobres: Guerrero y Oaxaca con un 8 y un 13% respectivamente. Además, 18 de las 21 entidades federativas del país están por debajo del 50% en disponibilidad de aceras. Sólo Colima, Nuevo León y Aguascalientes superan esta cifra. Aguascalientes es la ganadora con un 63% de manzanas con disponibilidad de aceras.
Fuente: Elaboración propia según datos de INEGI
¿Hemos olvidado las bondades del caminar?
Lamentablemente en nuestra región y en nuestras ciudades el tema ha quedado rezagado. Justamente por esta razón en la ICES trabajamos para revertir esta tendencia y nos acercamos a ciudades intermedias. Estas ciudades poseen espacios públicos con el potencial de ofrecer la versión más humana y vivible de las urbes latinas.
En el caso de Xalapa se está trabajando codo a codo con el Municipio, con asociaciones civiles (Consejo de Movilidad Ciudadano, entre otros) y con SEDATU (concretamente con la Estrategia de Movilidad Urbana Sustentable) para promover aceras de calidad e incrementar la seguridad y el confort de los peatones. El trabajo de convencimiento y ejecución no es fácil a pesar del gran impacto y el bajo costo que tienen los proyectos, pero ya se han hecho pasos significativos hacia adelante.
Invito pues a todos los gobiernos locales y a los ciudadanos a recordar lo importante que es empezar a caminar y salvar a las aceras de su extinción definitiva, ya sea para nuestro bienestar, para el bienestar de nuestras ciudades, o para el bienestar de todo el planeta.
Isabel Carreras Baquer trabaja desde 2014 como consultora en la implementación de Planes de Acción con el objetivo de impulsar iniciativas de movilidad y de planeación urbana multisectoriales. Entre 2011 y 2014 colaboró con la OCDE en varios estudios de política pública; realizó, junto al equipo del Premio Nobel Mario Molina, un estudio pionero en México para planear de manera sustentable la Megalópolis del centro del país; participó en el diseño de una ciudad en Nigeria bajo paradigmas africanos; y colaboró con el Plan Estratégico Metropolitano de Barcelona. Entre 2007 y 2011 también se desempeñó como profesora e investigadora en la Universidad Politécnica de Cataluña y en el centro de investigación LSE Cities. Cuenta con una Maestría en Planeación Urbana y Regional de la London School of Economics; es Arquitecta y Urbanista de la Universidad Politécnica de Cataluña y la Technische Universität Berlin con estudios de economía del ITAM.
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