Recientemente la Ministra de Vivienda de Paraguay, Soledad Núñez, anunció una nueva era en la gestión de los proyectos habitacionales bajo el lema “Papel Cero”. Con el uso de las nuevas tecnologías se busca reducir el uso de papel y asegurar transparencia y eficiencia en el otorgamiento de subsidios. Esta revolución se dio gracias a un préstamo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y una cooperación técnica de fortalecimiento institucional con la implementación del Sistema Integrado de Gestión de Proyectos Habitacionales (SIGPH). De hecho, este sistema integra las lecciones aprendidas y la idea original implementada en Nicaragua en 2012, con el Sistema de Información, Monitoreo y Evaluación de Proyectos (SIMEP) del Instituto de la Vivienda Urbana y Rural (INVUR) en el marco de otro préstamo del BID.

Antes de implementar estos sistemas, la gestión de subsidios era ineficiente, sin reglas claras ni procesos transparentes, lo cual desincentivaba a las familias, y los funcionarios públicos se declaraban incapaces de atender tal demanda con los instrumentos disponibles. La Secretaría Nacional de la Vivienda y el Hábitat (SENAVITAT) de Paraguay cuenta con pilas de carpetas en físico acumuladas en los despachos de proyectos pendientes de revisión, que corresponden a 1,031 proyectos que suman 43,360 familias postulantes. Desde 2010 solo se han podido emitir 17,539 subsidios.

El SIGPH no solo permitirá reducir el uso de papel, sino que ofrecerá otras tres ventajas clave. En primer lugar, el uso de una plataforma web para la presentación de solicitudes permite realizar esta gestión desde cualquier lugar con acceso a Internet. Esto facilita y globaliza el acceso a los beneficios habitacionales. En segundo lugar, para rubricar o certificar ciertos documentos se exige el uso de una firma digital debidamente habilitada.

En tercer lugar, enmarcados en el lema Gobierno Abierto para el acceso ciudadano e intercambio de información entre instituciones públicas, el portal de la Secretaría Nacional de TICS (SENATICs) ofrece una interfaz con datos de otros sistemas del país. Esta potente herramienta evita que las familias deban invertir recursos (transporte, tasas por servicio, legalizaciones, fotocopias, etc.) para obtener documentos gubernamentales. Con el número de cédula se accede al Registro Civil y al Registro Público; con los números de finca se accede a toda la información de una propiedad, evitando adjuntar títulos de propiedad o declaratorias de no poseer inmueble; y con los números catastrales se accede a información vectorial de un predio, ubicándolo exactamente en un sistema de información geográfico y cruzándolo con otras capas de riesgos, reservas o infraestructura. Pero lo más importante es que esa vinculación digital asegura que los datos sean verificados por la institución competente, evitando recibir documentación falsa o errada.
Con la próxima publicación del sistema se espera facilitar y agilizar la presentación de proyectos de vivienda social. No obstante, este cambio no vendrá libre de reticencias, pero los beneficios económicos y sociales son enormes. El BID tiene la oportunidad de capitalizar estas experiencias y replicarlas en otros países para fortalecer las instituciones de vivienda haciendo que su gestión sea más eficiente y transparente.
Marc Pérez-Casas es Doctor Urbanista e Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos por la Universidad Politécnica de Catalunya, Máster en Sistemas de Información Geográfica (SIG) y consultor internacional para el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en América Latina. Ha desarrollado investigaciones para el Lincoln Institute of Land Policy y para el Grupo de Investigación en Cooperación y Desarrollo Humano de la UPC.
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