Por Juan Felipe Franco, Profesor, Investigador y Consultor en temas de medio ambiente urbano Seguir @juanfefr en Twitter
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El medio ambiente urbano constituye uno de los grandes desafíos que deben resolver las ciudades para lograr destacarse como centros sostenibles y competitivos. Consientes de estos desafíos, la conmemoración del Día de la Tierra 2014 está dedicada a la campaña “Green Cities”. Una iniciativa que busca ayudar a las ciudades en su transición hacia un futuro más limpio, saludable y económicamente viable, a través de mejoras en la eficiencia, inversiones en tecnologías para el uso de energías renovables y reformas normativas.
Contaminación del aire. Uno de los retos ambientales más críticos en ciudades de América Latina. Foto: estudiantes curso de Educación Ambiental, Programa de Ingeniería Ambiental (Universidad EAN, Bogotá).
El crecimiento urbano en nuestra región ha estado caracterizado en distintos casos por la falta de planeación y control, permitiendo ubicación de viviendas en la periferia, generando un incremento de las actividades industriales en zonas urbanas, un mayor consumo de combustibles fósiles y un aumento en las tasas de motorización. Dichas condiciones tienen repercusiones en la sostenibilidad de los centros urbanos con su subsecuente impacto en la calidad de vida de sus habitantes. La calidad del aire, la contaminación de ríos y humedales, el saneamiento básico, y la mitigación y adaptación al cambio climático son solo algunos de los desafíos ambientales que experimentan nuestras ciudades y que demandan que las políticas públicas en estos temas evolucionen permanentemente en términos tecnológicos, productivos, ambientales y organizacionales.
¿Qué se necesita entonces para enfrentar los retos de un presente y un futuro sostenible? Propongo cuatro elementos que se deben combinar para lograr responder de manera integral al desafío ambiental en nuestras ciudades.
1) El conocimiento técnico y especializado para generar las soluciones a las problemáticas ambientales es un elemento del que la región dispone cada vez en mayor proporción, no solamente por la cantidad de recurso humano que se forma en estos temas, sino también por la calidad de su formación.
2) Los recursos económicos disponibles para la gestión del medio ambiente urbano y control de sus problemáticas en ocasiones son limitados en nuestras ciudades (en particular cuando éstas priorizan otras inversiones). Sin embargo existen mecanismos de financiación, bancas multilaterales y un marco internacional que se puede aprovechar para la consecución de dineros importantes que permitan la definición e implementación de proyectos de mayor envergadura.
3) Aún falta voluntad política en nuestros gobernantes para el planteamiento de una visión de ciudad integral y a largo plazo, que no dependa del dirigente de turno, y que ayude a fortalecer la capacidad de gestión de las instituciones. Esta última sin duda sigue siendo limitada particularmente a nivel local o territorial y restringe la posibilidad de desarrollar proyectos prioritarios de manera eficiente.
4) El empoderamiento ciudadano es un elemento que cada vez toma mayor representatividad en la manera en como las ciudades enfrentan sus desafíos ambientales. Ya no es suficiente limitar la participación ciudadana a los procesos de elección de representantes para que ellos, con sus equipos técnicos y de soporte, tomen las decisiones que afectarán las vidas de miles. Hoy las ciudades demandan comunidades con mayor compromiso, con mejor conocimiento de su ciudad y con el convencimiento de la importancia de un rol protagónico como ciudadanos.
Ejercicio de calificación del estado actual de cada uno de los cuatro elementos en Bogotá. Cuatro chulos o marcas de verificación es la calificación máxima, uno es la calificación menor.
En un ejercicio como ciudadano me atrevo a darle la siguiente calificación al nivel de acceso de la ciudad donde vivo (Bogotá, Colombia) a cada uno de los anteriores cuatro elementos. Con el convencimiento de que de los avances que las ciudades de América Latina logren en dichos elementos ayudará a que éstas se proyecten como centros urbanos sostenibles con la disposición a ofrecer un mejor nivel de vida para sus habitantes.
En conmemoración del Día de la Tierra y la celebración de la “Ciudad Verde”, les invito a realizar este ejercicio y evaluar su ciudad en el siguiente link. La semana que viene compartiremos los resultados en este blog.
Hace falta ante todo una visión general, conjunta y coordinada que partiendo de lo global vaya cerrando su zoom hasta llegar a lo local.
Nos cerramos demasiado en lo local y muchas veces no percibimos la escala regional inmediata, de pronto las divisiones político administrativas han influido bastante en desconocer lo que está al otro lado de esa línea imaginaria que establece fronteras, en el caso de Bogotá el concepto de Región Sabana puede existir como referencia en numerosos estudios técnicos pero pese a las herramientas de la Ley Orgánica de Ordenamiento Territorial LOOT, poco o nada se ha avanzado en la definición de estrategias y acciones con visión regional, no solo es en aspectos ambientales y sostenibles, hace falta visión y compromisos serios en competitividad, infraestructura y desarrollo humano.
Esta visión debe además contener un aspecto esencial de la planeación estratégica que es inducir, encausar y controlar un cambio de las comunidades y sus ámbitos ya que por el momento a lo que se esta reduciendo la planeación es a la resolución de problemas urgentes, que se han debido visualizar con bastante antelación.
La capacidad de un territorio no solo es física en el sentido de un ámbito para albergar un número indefinido de habitantes, lo debe también ser para dar dentro de ciertas condiciones de calidad y escala un espacio adecuado para el desarrollo individual y colectivo y el equilibrio sostenible con el medio ambiente.
Y para que esta voluntad política sea un hecho posible hace falta bajar los egos y asumir la continuidad de estrategias y proyectos más allá de periodos y programas de gobierno, para que así la esencia de la planeación participativa en corto, mediano y largo plazo sea posible sin la interferencia de “iluminatis” más preocupados por dejar su impronta.
Juanfe te felicito por este artìculo, muy interesante