Una perspectiva desde el concepto del Product Space y de la Complejidad Económica.
Como discutimos en nuestro post anterior, sabemos que la pandemia del COVID-19 ha implicado una presión sin precedentes en las cadenas de suministro globales y una de las potenciales estrategias que puede acelerarse es la utilización de la estrategia de nearshoring[1].
Para entender como una potencial ola de nearshoring puede beneficiar la región propuse utilizar la teoría de complejidad económica (ECI, por su sigla en inglés), desarrollada por el profesor Ricardo Hausmann[2] y su equipo del Centro de Desarrollo Internacional (CID por su sigla en inglés).
Vimos el ranking de los países, en términos de complejidad económica y discutimos el caso de México, El Salvador y Honduras, posicionado respectivamente en los puestos 17, 53 y 98 con base al ranking de 2018.
El siguiente paso de la metodología es una mirada mas afinada en lo que el país exporta. Lo cual se refleja en el denominado como “Espacio de Productos” (figura 1) que es un concepto teórico en el que la distancia entre los productos está relacionada con la distancia en las capacidades (y know-how) necesarios para fabricarlos.
El Espacio de Producto se representa en la red aparentemente compleja de la figura 1, Cada burbuja es un tipo de producto, el tamaño de la burbuja es el volumen exportado y la proximidad y numero de conexiones entre diferentes productos representan cuan cerca está el know how o complexidad para producirlos. Significa que es más fácil saltar para productos mas cerca y con más conexiones. Los colores representan diferentes sectores.
Para comparar diferentes países, tomemos primero el ejemplo de Japón (Figura 2), colocado en el ranking ECI en el primer puesto.
Vemos que la red está bastante centrada al lado izquierdo y bastante “poblada” con varios clústeres en los sectores de electrónicos, químicos, autos.
Ahora, tomemos de nuevo el caso de México (figura 3). vemos que también hay una distribución bastante poblada con varios clústeres, incluso unos más desarrollados como el agrícola (ese clúster depende de los recursos naturales y Japón no los tiene). Sin embargo, hay otros clústeres que México puede desarrollar mucho más como los electrónicos y maquinarias.
Nótese que el clúster de textiles, por ejemplo, en México no es relevante, sin embargo, la red de productos del país esta avanzada en los clústeres electrónicos, automotriz. Eso no significa que el país deja de tener participación en minería y agrícola, por ejemplo, ellos siguen allá. Esa es un tema fundamental: No es una compensación, Un país no necesita dejar de producir commodities y sus derivados para pasar a productos de valor agregado, pero si, ¡debe diversificar sus exportaciones y agregar productos más complejos!
En el Caso de El Salvador y Honduras (Figuras 4 y 5) hay muchos más espacios vacíos en la red.
Vemos clústeres de electrónicos y agrícolas, lo que corrobora las conclusiones anteriores, Pero vemos algo interesante también, EL Salvador parece tener pequeños clústeres en los químicos (más pontos purpuras que en Honduras) lo que parece indicar potencial para avanzar en esas líneas, mientras honduras no ha llegado todavía.
En el caso de El Salvador la estrategia puede ser expandir la presencia en esos clústeres, “saltando” a productos próximos de los que ya exporta.
En el caso de Honduras (Figura 5) por la poca densidad de productos existentes, el país puede necesitar dar saltos más altos para identificar empresas o productos que ha tenido éxito (los llamados “Hipopótamos en el deserto”) y replicar las condiciones para que más empresas lo hagan.
¿Cómo aplicar eso en el nuevo contexto de la región y aprovechar la oportunidad de nearshoring?
Al buscar más resiliencia y flexibilidad las empresas van a buscar proveedores que pueden ofrecer productos que incluyan profundidad técnica y tecnológica que se encuentran en países como China, Singapur, Tailandia por ejemplo.
El avance del nearshoring puede estar en el low hanging fruit como los textiles, pero debemos pensar más alto y buscar productos de mayor complejidad y valor agregado.
Encontrar empresas que han tenido éxitos en sectores donde el país en general no lo tiene “Los hipopótamos en el desierto” es uno de los caminos.
La oportunidad de nearshoring requiere una estrategia clara y la priorización de recursos que se enfoquen en los quick wins pero que también construya un camino sólido para el futuro. Lo que presente acá es una metodología entre otras que se puede aplicar. Discutiremos en otras oportunidades otros abordajes, de todas las formas, es una oportunidad única, y el BID esta acompañando de cerca los países, La hora es ahora!
[2] Ricardo Hausmann es director del Centro para el Desarrollo Internacional y es profesor de Práctica del Desarrollo Económico en la Escuela de Gobierno John F. Kennedy de la Universidad de Harvard.
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