América Latina, el Caribe (ALC) y Norteamérica son las regiones más urbanizadas del mundo. 8 de cada 10 personas de estas tres regiones viven en ciudades. Para 2050, se espera que 9 de cada 10 personas habiten en áreas urbanas (ONU, 2018). Un gran beneficio para la región, porque la urbanización trae consigo beneficios relacionados con el acceso a servicios públicos de mejor calidad y a oportunidades laborales mejor remuneradas.
Para las empresas, localizarse en una misma ciudad permite encontrar, entre otros, capital humano y proveedores especializados. Por su parte, la concentración en un espacio geográfico reduce los costos de transporte de bienes, personas e ideas (Glaeser, 2010).
Sin embargo, las ciudades de ALC enfrentan también numerosos desafíos, entre los cuales se encuentra el nivel creciente de congestión vial. Antes de la pandemia de COVID-19, cuatro de las cinco ciudades más congestionadas del mundo se hallaban en ALC (INRIX, 2019).
Costos de transporte y urbanización
De especial preocupación es que la congestión podría revertir las ventajas de reducción de costos de transporte asociadas con la urbanización. La congestión genera costos directos para los ciudadanos, por el tiempo perdido en sus desplazamientos; y costos indirectos, que son pérdidas de eficiencia en la productividad urbana, repercutiendo en la caída de los salarios.
La reciente publicación del BID, “Congestión urbana en América Latina y el Caribe: Características, costos y mitigación”, estimó los costos directos de la congestión vial en diez de las áreas metropolitanas más importantes en la región.
Para ello, se utilizaron técnicas de Big Data y datos provenientes de la plataforma de movilidad Waze, encontrando que los costos directos ascienden a 1,1% del PIB en ciudades como Buenos Aires, São Paulo y Montevideo. En perspectiva, estos costos representan dos veces lo que las alcaldías de Buenos Aires y Ciudad de México invierten en educación, y la totalidad de lo que São Paulo gasta en salud.
Respecto a los costos indirectos de la congestión, el estudio “Agglomeration and Congestion in Latin America” analiza el caso de 13 ciudades de ALC. En particular, estima cuánto son los beneficios en los salarios ante una reducción del 5% de la congestión vial.
Estos beneficios se generan a través del incremento en la productividad de los trabajadores, la cual se da por la disminución en los costos de transporte y la mejora en la calidad del trabajo debido a la reducción del cansancio.
Los resultados indican que estos beneficios ascenderían a US$ 12 mil millones para las 13 ciudades, representando el 0,5% del PIB de estas. Más importante aún, los mayores beneficios serían para los trabajadores informales, quienes representan uno de los segmentos más vulnerables de la población, obteniendo un beneficio 54% superior al de los trabajadores formales.
El gráfico siguiente presenta los costos directos e indirectos de la congestión, según los resultados de ambos estudios:
Muchas ciudades de la región ya están avanzando en implementar medidas para reducir la congestión vial. Conocer los costos que la congestión tiene para los habitantes y las ciudades es clave para informar el diseño de políticas y generar apoyo para la implementación de las mismas.
Medidas para evitar la congestión urbana en América Latina y el Caribe
En efecto, la experiencia internacional demuestra que no es suficiente ni efectivo adoptar medidas aisladas, sino que se requieren políticas desarrolladas bajo una visión integral, que considere cambios en la demanda y la oferta de transporte. Esto implica avanzar en cinco áreas:
- gestión del tráfico;
- uso socio-ambientalmente eficiente del vehículo particular;
- impulso y mejora de la calidad del transporte público y activo;
- planificación integrada de la movilidad y el uso del suelo; y
- gestión de la logística urbana.
El estudio “Congestión urbana en América Latina y el Caribe: Características, costos y mitigación”, aborda en detalle las medidas para avanzar en cada una de estas cinco áreas y casos de éxito a nivel regional e internacional.
Por sus condiciones de niveles de urbanismo, ALC tiene una ventaja comparativa respecto de las demás regiones del mundo. Un crecimiento de 0,5 puntos porcentuales en promedio por año durante las últimas 6 décadas ha generado que pase de una sociedad predominantemente rural en 1960, a ser la región con mayor proporción de la población urbana actualmente (IDH, 2022).
Reducir los niveles de congestión y, por ende, potenciar los beneficios de la aglomeración, puede apuntalar esta ventaja comparativa de la región.
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