“Si existiera más conciencia ciudadana y las normas se cumplieran, uno podría andar más segura sobre las aceras, aunque no vea, porque el principal obstáculo son las barreras que hay constantemente en las aceras y las calles. Sueño con que eso, en algún momento mejore”.
Lucía Margarita García, con discapacidad visual, describe parte de su recorrido del trabajo a su casa, durante su participación en la aplicación de la metodología de Mapas de Viaje en Santo Domingo.
Mapas de Viaje es una metodología cualitativa para caracterizar la experiencia de viaje de personas con discapacidad (PcD), personas con movilidad reducida (PMR) y cuidadores; con el fin de identificar barreras y oportunidades de mejora de accesibilidad universal en el transporte público.
La metodología está compuesta por el seguimiento y la documentación del viaje, donde el participante es acompañado por un entrevistador, el desarrollo de una matriz de evaluación durante el viaje[1], una entrevista de cierre con el participante del viaje; y el procesamiento de información y generación del Mapa de Viaje de Cliente, que detalla la trazabilidad de su experiencia y su grado de satisfacción.
Esta metodología ha sido aplicada en las ciudades de Bogotá, Santiago de Chile, Medellín, Curitiba y, ahora, en Santo Domingo.
En cada evaluación los resultados son diferentes, especialmente porque a pesar de que el tipo de sistemas de transporte puedan ser similares en las ciudades (metro, BRT, cable), el espacio público, las aceras y la cultura ciudadana de cada ciudad hacen la diferencia, por cuanto aportan o reducen las barreras que una PcD o PMR pueda experimentar en sus viajes.
Los viajes se desarrollaron en diferentes modos de transporte, como el metro, teleférico, guagua (buses) y el carro público o concho[2]. De acuerdo con el Plan de Movilidad Urbana Sostenible del Gran Santo Domingo, la oferta de bus de la OMSA es de 160 buses en su flota; la oferta de minibuses o microbuses de sindicatos es de 3.000 unidades, y la oferta de conchos de sindicatos es del orden de 16.000 unidades (INTRANT 2019, 32).

Los perfiles de los participantes en la aplicación de la metodología incluyeron una persona con discapacidad física, una persona con discapacidad visual, una persona con discapacidad auditiva y una cuidadora (madre) de su hija con discapacidad cognitiva.
Durante los recorridos fue posible observar que si bien los sistemas formales como el metro y el teleférico benefician la movilidad de PcD por su accesibilidad, señalización y asistencia de personal, aún presentan oportunidades de mejora principalmente operativas, en el mantenimiento de ascensores y en el tiempo de apertura y cierre de puertas del metro, el cual es muy corto para que una PcD o PMR alcance a entrar y salir con seguridad del vagón.
La dificultad persistente durante los viajes de los cuatro perfiles fue las aceras muy estrechas, donde hay invasión por parte de automóviles o ventas ambulantes.
Esta situación se ve reflejada en la cita de la participante con discapacidad visual:
“El problema se encuentra en la diversidad de barreras que usted ha visto en el recorrido, la basura, los autos parqueados sobre las aceras, las alcantarillas sin tapa, esas barreras seguirían existiendo inclusive si las aceras tuvieran baldosa táctil”.
Lucía Margarita García
Yarenny Rodríguez, participante con discapacidad auditiva, informó que disfruta de su viaje en teleférico. Lo puede realizar sola y se siente segura, pero cuando tiene que cruzar la calle para llegar a la Escuela Nacional de Sordos, ha de estar pendiente porque los conductores manejan de forma imprudente y con exceso de velocidad.

Así mismo, la participante Arianni del Castillo que se dedica al cuidado de su hija con discapacidad cognitiva comentó:
“Lo que me parece más difícil de mi viaje son los cruces de calles y el miedo de que un motor se lo lleve a uno al venir caminando”.
Arianni del Castillo

El Instituto Nacional de Tránsito y Transporte (INTRANT) está implementando reformas en el sector de transporte y movilidad, sobre tres ejes: aspectos normativos y regulatorios; esquema institucional; y aspectos operativos y de planificación.
También se tiene que atender el desafío de la implementación del Plan de Movilidad Urbana del Gran Santo Domingo (PMUS), el esquema de interoperabilidad para el sistema electrónico de recaudo del Transporte Público, y el Plan Estratégico de Movilidad Eléctrica, entre otras.
En cuanto al transporte público, INTRANT lidera el proceso de formalización empresarial de varios operadores de autobuses en corredores estructurales de Santo Domingo. Como es el caso del corredor Núñez de Cáceres, que está buscando la integración modal y tarifaria, por medio de la inserción de un enfoque de género y de accesibilidad.
Por otro lado, el reciente Reglamento de Transporte Público de Pasajeros incluye, a su vez, artículos específicos de aspectos de género e inclusión de personas con discapacidad.
Mapas de Viaje de Santo Domingo lanza insumos valiosos para INTRANT y operadores de transporte masivo como OPRET y OMSA; en la mejora de la accesibilidad de los sistemas de transporte y del espacio público en las áreas urbanas circundantes a estaciones.

*El Banco agradece a las siguientes instituciones por su colaboración y buena disposición, sin la cual este trabajo no habría sido posible; CONADIS; Instituto Nacional de Tránsito y Transporte Terrestre (INTRANT); Oficina para el Reordenamiento del Transporte (OPRET) y sus funcionarios, incluyendo a las autoras y a Yael Valerio y Junior Linares.
Autores invitados: Sheyla Guerrero, Madeline Contin, Dalina Veras
[1] Que se divide en tres etapas principales: antes del viaje, durante el viaje y después del viaje.
[2] El “concho”, o carro público; es un transporte particular de República Dominicana por su estructura sindical. Presenta desafíos en cuanto a su formalización y desempeño operacional y opera como taxis colectivos que ofrecen servicio por tarifa. Su edad promedio es de 20 años.
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