La imponente ciudad de Buenos Aires es una metrópoli llena de contrastes donde se puede ver y sentir esa gran mezcla de elementos urbanos desde aquellos imponentes edificios con fachadas únicas construidos a inicios del siglo XX, incluyendo su sistema de metro que fue el primero en Latinoamérica, hasta llegar a tener edificaciones como las de Puerto Madero que representan la última tendencia en arquitectura moderna. Dentro de todo este contraste, en pleno corazón de Buenos Aires, esta Barrio 31 con una singular historia que lo convierte en un reto de desarrollo sostenible urbano.
Barrio 31 nació como un asentamiento informal el cuál siempre ha carecido de servicios formales básicos tales como energía eléctrica, alcantarillado, agua potable, recolección de basura, áreas verdes, entre otros servicios. Hoy en día, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en conjunto con otros organismos multilaterales está apoyando en la implementación de un programa integral de mejoras urbanas en este sector. No obstante, esta mejora urbana de Barrio 31 no es simplemente adecentar las fachadas de las viviendas actuales, sino, que busca alternativa para mejorar su entorno integrando estándares ambientales y sociales recomendados por el BID y nuestras políticas de salvaguardas ambientales y sociales (OP-703). Por ejemplo, el programa en el cual está participando el Banco incluye:
- La regeneración y creación de espacios verdes para garantizar mejores estándares de vida y salud a la comunidad;
- Acceso permanente a los servicios de agua potable;
- Construcción de infraestructura sostenible de educación;
- La intervención y readecuación de fachas de viviendas con mejor iluminación, ventilación y seguridad de las estructuras; y
- Terrazas amplias en las cuales las familias tendrán la oportunidad de disfrutar y desarrollar varias actividades.
Además, el Programa incluye:
- La implementación de planes enfocados a mejorar las acciones de respuesta en caso de situaciones de riesgos de desastres;
- Educación ambiental para crear una mejor cultura sobre el mantenimiento y preservación de las viviendas, así como también la preservación de espacios verdes y cualquier otro tipo de infraestructura de uso social;
- Crear mejores prácticas en la recolección de desechos sólidos; y
- Crear oportunidades y espacios seguros para mujeres y grupos vulnerables.
Todo este conjunto de estándares y buenas prácticas generarán algo que es bastante esencial cuando hablamos de desarrollo urbano, lo cual es crear espacios seguros donde la comunidad pueda apropiarse del espacio, preservar y mejorar continuamente el mismo para su propio bienestar.
Esto solo es la primera fase en lo referente a la intervención del Banco en Barrio 31, aún que más por venir, lo cual son buenas noticias para la comunidad.
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