Una mirada a los anuncios publicitarios de los años 60 revela altas dosis de machismo e incluso alusiones a la violencia doméstica, presentada de manera jocosa.
Que esos avisos nos espanten hoy es una muestra de cuánto hemos avanzado como sociedad en tener una mirada diferente en la violencia contra las mujeres. Hasta hace algunos años, pasaba desapercibida o escondida como algo que todos conocían pero pocos se atrevían a mencionar o a denunciar en público.
Pero en medio siglo más, cuando le demos una mirada retrospectiva al cubrimiento de la violencia de género por los medios hoy, ¿nos parecerá tan desatinada como los avisos incluidos en este blog?
Algunos medios de comunicación aún hablan de un “crimen pasional”, justificando la actitud del agresor, e incluso minimizando su responsabilidad. También de “la mujer golpeada”, desapareciendo del contexto al agresor, como si de repente toda la responsabilidad se volcara sobre la víctima, quien presuntamente pudo “incitar los hechos” –”algo debió haber hecho, se expuso a caminar sola por ese lugar, no debió haberse vestido de esa manera, lo provocó, se lo buscó, no hizo nada para impedirlo o defenderse”.
Un estudio elaborado por Luísa Abbott para el BID (en inglés y en español), de publicación reciente, examinó el cubrimiento de la violencia contra las mujeres por los principales medios escritos de Brasil, Colombia, El Salvador, Jamaica, Mexico, Paraguay y Uruguay. El estudio encontró que el cubrimiento en dichos países identifica diversas manifestaciones de la violencia contra las mujeres, relacionándolas con las estructuras patriarcales dominantes. Sin embargo, en muchas ocasiones se muestran como “casos aislados” sin cuestionar la inequidad de género o las masculinidades tradicionales que predominan.
El estudio también encontró que los medios tienden a banalizar o hacer un cubrimiento sensacionalista de los casos. Que los hombres suelen estar ausentes de las discusiones sobre las soluciones a la violencia contra las mujeres y que en muchos casos se sigue culpando a la víctima.
El cubrimiento de casos judiciales para reducir la impunidad, que se observa en una gran cantidad de noticias, suele centrar la atención en el caso sin tener en cuenta la escala del problema, las normas de género y actitudes sociales asociadas a la violencia que influyeron en que ocurriera y cómo es necesario realizar un trabajo profundo con la sociedad para producir transformaciones.
Los medios de comunicación son el puente entre el suceso y su comprensión por parte de la sociedad. Pero su rol va más allá, pues además de ser creadores de opinión, pueden moldear percepciones, actitudes, normas sociales sobre un tema e incluso incidir en los comportamientos.
Por lo anterior, y en conmemoración del día internacional para la eliminación de la violencia contra las mujeres, el BID realizó el panel de discusión “Qué pueden hacer los medios para prevenir la violencia contra las mujeres?” el pasado 16 de noviembre con cuatro reconocidos periodistas de la región. Participaron Jineth Bedoya, Subeditora de El Tiempo de Colombia y promotora de la campaña “No es hora de Callar”; Juliana de Faria, Fundadora de la ONG Think Olga de Brasil y creadora de la campaña “Chega de Fiu Fiu” (basta de fiu fiu) para combatir el acoso sexual en los espacios públicos; Mercedes Gallego, corresponsal de El Correo de España en Estados Unidos y Steven Dudley, Co-director del portal Insight Crime, enfocado en México, Centroamérica y el Caribe.
Estas son algunas de las recomendaciones a los periodistas, que surgieron de la discusión:
- Hacer un balance entre el afán de la primicia o el impacto noticioso y el cubrimiento profundo de los hechos y su impacto sobre la víctima.
- Evitar mostrar los hechos de violencia contra las mujeres como casos aislados o excepcionales pues esto limita su entendimiento: es más común y más frecuente de lo que se cree y está asociada a las estructuras patriarcales tradicionales.
- Evitar el ¨sexismo estructural¨ a la hora de cubrir las noticias y el ir con una historia prefabricada en la cabeza.
- Presentar los hechos de manera equilibrada y no desaparecer de la noticia al agresor.
- Evitar titulares o enfoques que disculpen al agresor o que culpabilicen a la víctima.
- Usar los comunicados de prensa de la Policía u otras instituciones de seguridad y justicia como base, pero no hacer ¨copy-paste¨. Analizar, contextualizar y usar estadísticas para presentar los datos en perspectiva.
Es cierto que algunos medios siguen privilegiando los casos de violencia física y sexual, omitiendo otros tipos de violencia menos visible pero no menos frecuente, como la psicológica o económica. Esto muestra sólo la punta del iceberg y esconde, e incluso refuerza, las normas y actitudes sociales que justifican la violencia contra las mujeres.
Sin embargo, el seguimiento periodístico serio, por ejemplo, a los terribles feminicidios de Rosa Elvira Cely en Colombia (2012) y Analí Huaycho Hannover en Bolivia (2013), puso el foco de atención sobre el tema, generó presión sobre las autoridades para evitar la impunidad y contribuyó al logro de avances en las legislaciones de ambos países para tipificar el feminicidio y otros crímenes contra las mujeres.
Es evidente que las noticias sobre la violencia contra las mujeres ocupan cada vez un espacio más prominente en los diarios, noticieros y programas de investigación. Su presencia invita a la sociedad a cuestionarse y ser crítica con su ocurrencia tanto en el ámbito privado como en el espacio público. Los medios deben seguir trabajando para informar de manera adecuada y contribuir así no sólo a la reducción sino también a la prevención de la violencia contra las mujeres.
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FIBO Dice
He visto campañas de protección a la mujer contra la violencia, esto en Perú. Los medios de comunicación juegan un papel importante y claro también las leyes para frenar a los abusadores.