Las remesas son mucho más que una transferencia de dinero de un país a otro. Son un vínculo emocional y financiero que conecta a los trabajadores migrantes con sus hogares y familias en sus países de origen. Para las familias receptoras, las remesas son una fuente de esperanza y seguridad y tienen un impacto significativo en su calidad de vida.
A nivel macroeconómico, las remesas son un importante estabilizador del consumo y balanza de pagos y contribuyen a reducir la pobreza y la desigualdad. A nivel de países del triángulo norte, México y República Dominicana, las mismas ascendieron a más de US$100.000 millones en 2022, creciendo 12% respecto a 2021 y 58% respecto al 2019. En el triángulo norte las remesas representaron un 22% del PIB en 2022, 4% del PIB en México y 9% del PIB en República Dominicana.
¿Cómo se traducen estas cifras en mejores condiciones socioeconómicas para los hogares de Centroamérica, México y República Dominicana? Conozcamos 4 características que nos detallan la importancia de las remesas en la región:
Las remesas contribuyen a reducir la pobreza y la desigualdad.
Las remesas tienen efectos significativos sobre la distribución de ingresos de los hogares, haciendo que muchos de ellos logren tener un ingreso total superior a la línea de la pobreza. Esto se puede ver con las encuestas de hogares, calculando una tasa de pobreza sin considerar los ingresos por remesas, y comparándola con la tasa de pobreza considerando los ingresos totales. La Figura 1 se muestra cómo disminuye la tasa en cada uno de los países.
La Figura 2 muestra el impacto de las remesas para la desigualdad. En El Salvador se da el impacto más acentuado tanto en pobreza como en desigualdad, donde las remesas logran reducir la tasa de pobreza en casi seis puntos porcentuales, y el coeficiente de Gini (que mide la desigualdad) en alrededor de tres.
En el resto de los países, las reducciones son de alrededor de dos puntos en la pobreza y un punto en el Gini. Con estas cifras, en los cinco países analizados, las remesas hacen que 2.2 millones de personas que estarían en pobreza no lo estén. Con el fin de ilustrar su importancia sobre la desigualdad de ingresos, hemos comparado su impacto con el de la política fiscal (impuestos y transferencias monetarias del Gobierno) y vemos que, en general, es incluso mayor que el de los programas sociales.
Los hogares con menores ingresos son los que más reciben remesas
Este importante efecto de las remesas sobre la pobreza y la desigualdad se debe principalmente a la distribución de estas en los hogares. Al ordenar los hogares por percentil de ingreso sin remesas, la Figura 3 muestra cómo los de menor ingreso son los que más reciben estas ayudas de sus familiares en el extranjero, mientras que el porcentaje de hogares con mayores ingresos que recibe remesas es consistentemente menor.
Figura 3: porcentaje de hogares que reciben remesas, según percentil de ingreso
Fuente: cálculos propios con encuestas de hogares, 2019 o último dato disponible.
Las remesas son la principal fuente de ingreso en los hogares más pobres.
Las remesas en los hogares pobres constituyen una de las mayores fuentes de ingreso, por lo que su capacidad de consumo depende en gran medida de la continuidad de los flujos que reciben. Por ejemplo, para los hogares más pobres del triángulo norte de Centroamérica, las remesas representan el 90% de sus ingresos (ver Figura 4). En República Dominicana, representan más del 30% de los ingresos para los hogares cerca del umbral de pobreza y pueden alcanzar hasta el 80% del ingreso en caso de los hogares más necesitados.
Figura 4: Remesas como porcentaje de los ingresos totales, según percentil de ingreso (hogares que reciben remesas)
Fuente: cálculos propios con encuestas de hogares, 2019 o último dato disponible.
Las remesas constituyen una fuente de ingreso importante para la atención de necesidades básicas.
Al ser una importante fuente de ingreso para las familias, las remesas se usan principalmente para atender necesidades básicas de los hogares. La alimentación, salud, pago de servicios, educación y vestido son el principal uso, mientras que menos hogares reportaron usarlas para el pago de deudas, ahorros o compra de vivienda (ver Figura 5).
Lo que esto indica es que las remesas no son una fuente complementaria de ingreso, sino que constituyen el principal medio de subsistencia de muchos hogares. En el contexto de la pandemia, así como el aumento en la inseguridad alimentaria ante la elevada inflación y desastres naturales, lo anterior se torna particularmente relevante.
Finalmente, es importante señalar que también hay receptores de remesas entre los hogares de ingresos altos y estas representan en promedio el 10% de sus ingresos, siendo El Salvador el más alto. En estos hogares las mismas podrían ser utilizadas en mayor proporción en inversión de capital, en lugar de la atención de necesidades básicas.
Conclusión
Con las cifras expuestas previamente, se concluye que las remesas constituyen una red de protección, garantizando un nivel de ingresos, consumo y calidad de vida en las familias de migrantes, por encima de lo que obtienen bajo los sistemas de seguridad social de los países en que viven. Esto protege a las personas contra riesgos como la pérdida de empleo e ingresos, especialmente durante la pandemia, o el acceso limitado al crédito o la devastación provocada por desastres naturales.
Detrás de cada remesa hay una historia humana, una vida que ha tenido que tomar la difícil decisión de dejar su hogar y su país para buscar mejores oportunidades en otro lugar. Las remesas son un testimonio de la perseverancia, el sacrificio y la determinación de estos trabajadores migrantes para construir un futuro mejor para ellos y sus familias.
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