“El momento en que un refugiado consigue trabajo, deja de ser un refugiado”.  Esto lo dijo hace algún tiempo el CEO de Chobani y fundador de TENT, el inmigrante kurdo Hamdi Ulukaya, mientras discutía sobre programas de inclusión en América Latina y el Caribe (ALC) con el BID.

No hay nada más poderoso para la integración de migrantes y refugiados que un empleo.

El acceso al mercado laboral no solo es bueno para los migrantes y sus familias, sino también para las comunidades que los reciben. Las regiones que reciben más inmigrantes ven un aumento en su productividad económica porque, en promedio, tienden a complementar a los trabajadores nativos y fomentan la inversión empresarial.

La evidencia muestra que los inmigrantes pueden expandir la oferta laboral y crear una mayor competencia para los trabajadores al expandir la demanda laboral con la creación de nuevos emprendimientos.

En los países de acogida, la migración genera crecimiento económico, cohortes más jóvenes, comercio, inversión y emprendimientos, ya que los migrantes se concentran en sectores económicos innovadores y crean más empresas en comparación con la población local.

Pero la migración como tal no es suficiente para despertar el potencial de los migrantes. Los países deben crear las condiciones para mejorar sus capacidades. Ese no es un desafío simple.

¿Qué pueden hacer los gobiernos y el sector privado para cosechar los beneficios de la migración?

La disponibilidad de servicios de integración al mercado laboral es clave para incluir a los migrantes en sus comunidades de acogida y permitirles hacer una contribución positiva para sus países de origen y de destino.

Esto es especialmente relevante ya que la principal causa de la emigración en ALC es la búsqueda de oportunidades económicas, ya sea para los 6 millones de venezolanos o los cientos de miles de haitianos, nicaragüenses y otros ciudadanos centroamericanos.

Como resultado de su situación, incierta o indocumentada, los migrantes en ALC sufren lo que se denomina “reducción de calificación” (“skilldowngrading”). Las estadísticas muestran que tienden a trabajar en sectores que requieren menos habilidades y alrededor del 65% de la población migrante trabaja en el sector informal, en comparación con el 50% de la población local.

Además, el COVID-19 ha aumentado los desafíos que enfrentan las trabajadoras migrantes, quienes corren un mayor riesgo de perder sus medios de subsistencia debido a los tipos de empleo que realizan, incluida la economía del cuidado de personas. Adicionalmente, los migrantes pueden estar excluidas de los sistemas de seguridad social y salud.

Unos 8,5 millones de mujeres dedicadas al trabajo doméstico vieron reducidos sus ingresos durante la pandemia, pero no pudieron regresar a sus lugares de origen por los canales regulares debido al cierre de fronteras por el COVID-19.

10 Claves para generar oportunidades laborales para los migrantes

A lo largo de los últimos años, en el trabajo con los gobiernos y el sector privado, hemos identificado y aprendido algunas lecciones para promover la integración laboral de los migrantes.

• Trabajar en el proceso de documentación y regularización de migrantes para que les permita continuar con otros aspectos de su integración socioeconómica. Tener una cédula de identidad es clave para encontrar trabajo en el mercado laboral formal o cumplir con los requisitos para abrir un negocio;

• Crear hojas de ruta de empleo específicas para migrantes en los servicios de empleo para cerrar las asimetrías de información;

• Implementar mejoras tecnológicas para gestionar de manera más efectiva la brecha entre la oferta y la demanda de mano de obra migrante, incluso con el uso de algoritmos;

• Asociarse con los empleadores para garantizar que estén informados y actualizados respecto a la legislación laboral, la regulación y los posibles incentivos, e incluir en las regulaciones las preocupaciones y necesidades de las empresas para emplear a migrantes y emigrantes retornados;

• Fortalecer la capacitación laboral, incluyendo las habilidades digitales y el trabajo independiente remoto. Es importante volver a capacitar o mejorar las habilidades de los inmigrantes y refugiados para adaptarlas a las necesidades del mercado laboral local;

• Acelerar las certificaciones y recertificaciones laborales para migrantes en los sistemas de los países de acogida, para reducir la degradación de sus habilidades y la informalidad;

• Gestionar servicios de oportunidad económica para migrantes. Estos servicios pueden articularse con iniciativas que promuevan el espíritu emprendedor entre los migrantes y desarrollar las PYME;

• Promover la inclusión financiera de los migrantes, para evitar el pago de tasas en el sector informal por el envío de remesas a casa, haciendo énfasis en las mujeres, el acceso a cuentas bancarias y financiamiento;

• Atraer inversiones en áreas que han sido afectadas por la migración, especialmente en regiones fronterizas promoviendo o regenerando zonas de exportaciones con vínculos efectivos con la economía local; y

• Luchar contra la xenofobia para evitar percepciones erróneas entre la población local y los funcionarios gubernamentales que puedan desencadenar disturbios sociales y políticos que afectan el crecimiento económico.

¿Has experimentado o conoces iniciativas exitosas de empleo para migrantes? Por favor compártelas en los comentarios.