La nuez de Brasil, un fruto seco originario de la cuenca amazónica, es cada vez más reconocida en el mundo por su alta concentración de nutrientes y efectos positivos para la salud. Ayuda a la regulación de la glándula tiroides, fortalece el corazón y el cerebro, y es una aliada del sistema inmunológico.
Pero, en los países compradores que aprecian sus beneficios, como la República de Corea, es probable que casi ningún consumidor sepa que podría provenir de la región Madre de Dios, del sureste de Perú, bendecida por la lluvia y donde los árboles autóctonos de este apreciado fruto pueden sobrepasar los 60 metros de altura y 500 años vida. Y probablemente aún menos sepan que, para concretar las exportaciones hacia mercados exigentes de Asia, Estados Unidos y Europa, es necesario recorrer más de 1.400 kilómetros por carretera hasta la capital en Lima.
El fruto de este árbol excepcional podría ser también una gran oportunidad para promover una alternativa productiva que contribuya a reducir la deforestación, y que a la vez sea inclusiva y sostenible, con la propia comunidad involucrada en todos los eslabones de la cadena productiva.
17 productos nativos con gran potencial exportador
Un reciente estudio encargado por el Sector de Integración y Comercio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), identificó productos que pueden ser producidos en armonía con el bosque amazónico peruano, de modo que el país pueda aprovechar sus ventajas competitivas mediante intervenciones puntuales que potencien sus exportaciones de manera sostenible. Este estudio se enfocó en 6 de los 15 departamentos que conforman el total de la Amazonía peruana: Loreto, San Martín, Madre de Dios, Ucayali, Huánuco y Amazonas. Estos representan el 88% del área boscosa del país, aportan el 6% al PBI nacional y presentan el 71% del total de la deforestación histórica acumulada.
La investigación encontró que, junto a las excelentes perspectivas de la Nuez de Brasil, se suman otros 16 productos sobre los cuales este país andino puede tener ventajas competitivas a través de intervenciones focalizadas. Estas intervenciones deberían ser realizadas en el marco de políticas públicas adaptadas a determinados plazos recomendados, y vinculadas principalmente al volumen de exportación, a los riesgos de deforestación asociados y a la información disponible en torno a los mercados de destino.
Para llevar a cabo esto, algunas de las políticas públicas, programas o actividades que podrían implementarse incluyen la promoción de buenas prácticas de producción, facilitación de acceso a certificaciones de calidad, identificación de mercados externos, posicionamiento internacional de productos, generación de logística adecuada para la exportación, difusión de paquetes tecnológicos, creación de políticas impositivas que corrijan asimetrías y permitan internalizar externalidades ambientales, entre otras acciones.
Las intervenciones tienen que estar sujetas a un plazo determinado y en función de una serie de criterios como la inserción comercial del producto, la demanda actual y potencial, y su responsabilidad en la deforestación. Es el caso del café, el cacao y la palma, tres productos a los cuales el estudio recomienda establecer acciones concretas para mitigar el riesgo ambiental.
Se encontró que el valor de las exportaciones de 11 de los 17 productos identificados asciende a casi USD 400 millones, comercializados desde Perú hacia más de 30 destinos1, siendo los principales la Unión Europea (35%), Estados Unidos (11%), y Chile (10%). Y los cinco socios comerciales más importantes son el destino del 74% del valor exportado en productos amazónicos de bionegocios2 del Perú.
El mercado global de dichos productos viene creciendo significativamente durante los últimos tres años, de USD 105 mil millones en el 2019, saltó a USD 135 mil millones en el 2021, ya sea por el alza de precios en el mercado internacional, la mayor demanda de productos denominados “naturales o ecológicos” y la implementación de estrategias de marketing o comerciales, entre otros factores. Estos números revelan que existe margen para expandirse a mercados internacionales.
En ese sentido, hay que reconocer que el Perú ya tiene un recorrido en el trabajo para aprovechar el potencial de los bionegocios, que explica su posición destacada a nivel mundial en la nuez de Brasil (segundo exportador global), el palmito (tercero), café en grano (noveno) y el cacao en grano (décimo puesto).
Los frenos al comercio
El potencial de exportaciones y el desarrollo económico y social que trae consigo, solo podrá aprovecharse si el país implementa adecuadamente acciones para resolver algunos de los cuellos de botella que le restan competitividad a los bienes de la Amazonía peruana con sentido de biodiversidad y alto valor, apetecibles en los mercados de más altos estándares.
Algunos de los aspectos que hoy juegan en contra son, entre otros: deficiencias en la conectividad digital; falta de acceso a tecnologías de producción y transformación; una infraestructura vial defectuosa e insuficiente en rutas departamentales y caminos vecinales que limitan la posibilidad de exportar productos frescos; falta de acceso a servicios logísticos, como contenedores o cámaras de frío; la participación en etapas productivas de bajo valor agregado; la venta a acopiadores locales, que limitan la captura del valor; y la debilidad del capital humano. Todo esto no solo limita los procesos productivos y exportadores, sino que condicionan el desarrollo empresarial, la competitividad y el empoderamiento de las comunidades.
Estos retos no son unidimensionales ni se pueden abordar por un único actor. Es importante coordinar el trabajo con los diferentes niveles de gobierno (nacional, regional y local), las comunidades involucradas, la sociedad civil, el sector privado, y los organismos multilaterales con capacidad de analizar esta situación de manera regional y global. De forma conjunta se deben definir intervenciones focalizadas, bien precisas, para llevar a cabo a corto, mediano y largo plazo, en función de las diferentes realidades de los productos de bionegocios analizados.
Un enfoque regional
Por supuesto, el Perú no es el único país con potencial en estos productos. Algunos de los principales exportadores globales son vecinos sudamericanos (Colombia, Ecuador, Bolivia y Brasil). Si bien esto podría ser percibido como un riesgo, por la competencia directa, también podría verse como una ventaja competitiva y de fomento a la integración regional, una aliada del comercio. Dado que comparten nichos de producción en sus zonas de difícil acceso, podrían articular intervenciones regionales que beneficien a las comunidades más alejadas que habitan sus zonas fronterizas y comparten cultivos, tales como la nuez de Brasil y los peces ornamentales, o el café, cacao, palmito y las frutas amazónicas.
Es cierto que un abordaje regional plantea desafíos propios, que valen la pena abordar dada la gran oportunidad que significa en términos de ganancias a nivel de la cuenca amazónica. El estudio propone medidas concretas de políticas de integración que refuerzan las garantías del buen comercio: promoción de buenas prácticas en los procesos de obtención de certificaciones y medidas de aseguramiento de la trazabilidad de los productos naturales de exportación.
Una estrategia de desarrollo exportador sostenible del conjunto de la Amazonía permitiría compartir beneficios globales y consolidar el valor de recursos que ya son muy apreciados en grandes mercados.
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