El Barrio 31 es el asentamiento informal más emblemático de la Ciudad de Buenos Aires, objeto histórico de una serie de proyectos tanto de desalojo como de radicación, y caracterizado por su cercanía a barrios de tradicional prestigio inmobiliario. Su territorio congrega a más de 43 mil habitantes, de los cuales el 32% población presenta necesidades básicas insatisfechas y con déficits habitacionales, laborales, educativos, de salud, de seguridad, de servicios básicos precarios e informales, entre otros.
Como reconocimiento al esfuerzo realizado por sus vecinos durante 80 años, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires creó en 2016 la Secretaría de Integración Social y Urbana (SECISYU), para afianzar y fortalecer las raíces del barrio.
El BID apoya la transformación del Barrio 31 mediante una primera operación del Programa de Integración Urbana y Equidad Educativa en la CABA (AR-L1260), cuyo componente urbano comprende cuatro ejes: i) la creación de un Polo Educativo, ii) la infraestructura urbana, iii) el mejoramiento de viviendas y comercios y iv) el fortalecimiento institucional.
Como iniciativa complementaria que acompaña el proceso de integración y urbanización, la Representación en Argentina promovió el Proyecto Impacto Energético, Social y Educativo del uso de Energía Renovable en Situaciones de Vulnerabilidad que instaló equipos termo solares en dos Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC) seleccionadas y capacitó a los responsables en su manejo.
La primera instalación se llevó adelante en el Comedor “Los Pichones”, liderado por Jorge. Institución nombrada en honor a su madre, a quienes todos los vecinos conocen como “Pichona”. Ellos comenzaron dando alimentos en una plaza a los chicos del barrio y, poco a poco, la iniciativa fue creciendo hasta lograr un establecimiento propio y apoyo del Estado. Hoy brindan merienda y cena a 168 niños, adolescentes e indigentes mayores, y facilitan talleres para adultos mayores.
Para llevar adelante su labor, “Los Pichones” utiliza diariamente 80 litros de agua caliente para cocinar y 3 horas de cocina a garrafa, sin ventilación adecuada. Esto explica que deban cambiar la garrafa de 45 kg cada 15 días. El nuevo equipamiento les permitirá a los responsables del comedor un uso más eficiente y seguro de la energía.
Lo interesante es que Jorge, antes de asentarse en el barrio, vivía en el Norte del país, donde conoció y comenzó a interesarse por las energías renovables. Por lo tanto, su figura fue ideal para este proyecto porque no sólo contaba con conocimientos en plomería, sino también porque se mostró muy motivado en participar y compartir su experiencia para que los vecinos pudieran conocer más sobre la temática.
El aprovechamiento de la energía solar térmica constituye una gran oportunidad para los hogares. En particular, el alto potencial de este proyecto, implementado de manera muy cercana con la SECISYU, radica en que las OSC pueden ayudar a la valorización de estos cambios tecnológicos en la población, y porque el monitoreo de los sistemas favorecerá la identificación de lecciones aprendidas para mejorar las intervenciones en viviendas.
¿En qué consiste la energía solar térmica? Mediante un sistema integrado por un colector de vidrio, se aprovecha la radiación solar para calentar el agua que circula al interior de unos conductos. Uno los usos más frecuentes es el doméstico, como en el caso de Jorge, donde el sistema se aprovecha para calentar el agua para la cocción de alimentos y la ducha, entre otros. Además del colector, el sistema se compone de un tanque que almacena el agua caliente y un soporte metálico, y generalmente se instala en el techo de las viviendas. En los dos OSC, la instalación del equipo se realizó en la terraza, dado que se trataba construcciones ya existentes. Se utilizaron dos tecnologías diferentes de colectores, en una se instaló un colector de tubos de vacío y en la otra un colector de placa plana, lo que permitirá observar el desempeño de los equipos bajo las condiciones de radiación del lugar, así como identificar otros aspectos relevantes para la instalación de los equipos bajo las condiciones de viviendas ya existentes.
Así como de un tiempo para acá en la Argentina se escucha cada vez más hablar sobre los nuevos proyectos de energías renovables que se construyen a lo largo del país para abastecer de electricidad, hoy los ciudadanos también tienen la oportunidad de acceder a estas tecnologías de forma directa en sus hogares, recibir sus beneficios y, a su vez, contribuir con la producción de energía limpia.
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