*Este artículo se publicó primero en Viva Sustainability.
Tras décadas de planificación y construcción, el SIEPAC (Sistema de Interconexión Eléctrica para América Central) fue completado en 2014. Su implementación llevó más tiempo del previsto, pero la línea de transmisión de 1.800 km representó un adelanto para la región en varios niveles. Mejoró los mercados eléctricos y dotó de electricidad y telecomunicaciones a millones de residentes en toda América Central.
Esta línea de transmisión atraviesa seis países. El costo total de su planificación, construcción e infraestructura escaló a casi US$500 millones, de los cuales más de la mitad fueron financiados por el BID. La red de torres, líneas y subestaciones eléctricas y derechos de paso es impresionante. Los logros del SIEPAC con respecto a salvaguardias son igualmente valiosos.
Como en cualquier proyecto de gran envergadura, se realizó una evaluación de impacto ambiental al comienzo del proceso de planificación del SIEPAC. Esta fue estipulada por un cuerpo administrativo, la EPR (Empresa Propietaria de la Red), que condujo una serie de esfuerzos de mitigación para garantizar compensaciones y protecciones adecuadas durante toda la vida del proyecto.
La EPR encarna, en sí misma, uno de los hitos del proyecto. Se trata de una organización administrativa estructurada que reúne a representantes de la industria de los seis países participantes: Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, El Salvador, y Guatemala. Cada uno de ellos tienen la misma voz, en tanto les permite acudir al SIEPAC como mercado eléctrico: si un país posee electricidad excedente, puede vendérsela a otro. Análogamente, aquel con déficit puede adquirir electricidad fácilmente.
La EPR también se ocupa de encargar evaluaciones regulares y acciones de mitigación que constituyen un elemento clave del proyecto. El BID tuvo un papel crucial en el diseño de la EPR como entidad, asegurándose además de que contara con los recursos y agencia para implementar las permanentes salvaguardias institucionales, económicas, sociales y ambientales del SIEPAC. Vale destacar tres de estas salvaguardias: Derechos de Paso, Patrones Migratorios, y Estudios de Seguimiento.
Derecho de Paso
Como es esperable de un proyecto de construcción extendido por un territorio mayor al que une a Washington D.C. con Miami, el Derecho de Paso surgió temprana y frecuentemente al plantear el SIEPAC. Se encargaron estudios para encontrar el camino de menor impacto, pero en algunos casos resultó imposible eludir la propiedad privada o áreas ambientalmente sensibles.
La EPR pudo negociar el uso del derecho de paso, asegurando que cualquier impacto ambiental sería el mínimo. Se recolectaron datos en cada etapa para tomar decisiones eficientes, estableciendo las mejores prácticas para gestionar dichos Derechos de Paso.
Patrones Migratorios
Al comienzo del proyecto, la evaluación de impacto ambiental advirtió que las poderosas, altas líneas de transmisión que constituirían al SIEPAC podrían influir sobre los patrones migratorios de ciertas aves. Como resultado, se instalaron aparatos (conocidos como “salva pájaros”) cada 30 metros a lo largo de las porciones de la línea de transmisión afectadas, con el objeto de compensar el impacto sobre los patrones migratorios. Se encomendaron evaluaciones de seguimiento semestrales para medir su efectividad.
Conforme avanzaba el proyecto, la EPR se involucró más y determinó que tales medidas eran un buen punto de partida pero no resultaban suficientes. Por tanto, se instalaron más salva pájaros, con mayor densidad en áreas afectadas, cada 5 metros en lugar de cada 30, que generaron una diferencia considerable.
Estudios de Seguimiento
Otra clave es permanentemente medir, informar y mitigar los impactos resultantes de este proyecto vital de infraestructura. Por ejemplo, se realizan estudios de seguimiento periódicos para evaluar la magnitud y potencial impacto de los campos electromagnéticos y el ruido generado por las torres. De identificarse alguna dificultad, la EPR está preparada para trabajar junto al SIEPAC para garantizar que todo impacto social o ambiental sea adecuadamente mitigado. Como con todo proyecto de desarrollo exitoso, monitorear, evaluar y otorgar feedback continuamente son pilares fundamentales del plan de operaciones.
El SIEPAC es un ejemplo de infraestructura sostenible llevado a cabo correctamente, con apoyo del BID. Los grandes proyectos de infraestructura nunca son fáciles de realizar y a menudo generan una gran huella. Pero con buena planificación y seguimiento eficiente, este proyecto ha superado innumerables dificultades jamás antes enfrentadas por un importante proyecto de infraestructura en América Central.
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