Cuando hablamos de transición energética sostenible, muchas veces pensamos en cómo una turbina eólica puede reemplazar la energía generada por una planta de carbón, o cómo la instalación de paneles solares y los vehículos eléctricos sustituyen, cada día más, la energía proveniente de petróleo. Sin embargo, una verdadera transición energética no solo implica reemplazar fuentes fósiles, sino también políticas de desarrollo energético más inclusivas, de equidad y que reconozcan el rol de las mujeres en la cadena de valor del sector.
Mujeres, acceso a la energía y desigualdades
La relación entre la transición energética y la igualdad de género es muy estrecha, y hay diversos estudios que lo demuestran. En particular:
- Los vínculos entre el acceso a energía y los roles de género son más fuertes en países con baja disponibilidad de electricidad básica y combustibles modernos. En los países en desarrollo, las más impactadas por la falta de acceso a energía eléctrica son las mujeres, quienes suelen ser cabezas de hogar y tienen menor acceso a salud, educación e información. [1]
- En la encrucijada de desastres naturales vinculados al cambio climático, las mujeres son más vulnerable que los hombres. Esto se debe principalmente a que estas son la mayoría de las personas pobres del mundo y quienes más dependen de recursos naturales amenazados para su sustento. Muchas veces, las mujeres son las encargadas de asegurar el acceso al agua, alimentos y el combustible para cocinar y calentar sus hogares. [2]
- En muchos países en vías desarrollo, como los de nuestra región, las mujeres en situación de pobreza tienden a participar en el sector económico informal (por ejemplo, el sector alimentario), que depende en gran medida de la biomasa como principal fuente de energía y que, a su vez, no ocupa un lugar destacado en las políticas y prioridades energéticas nacionales.[3] Asimismo, ellas también son en su mayoría responsables de recolectar recursos como madera, carbón y desechos agrícolas para labores típicas del hogar que dependen de estas fuentes energéticas.
Sin embargo, a pesar de ser las más vulnerables al cambio climático, las mujeres son y pueden ser los agentes más efectivos de cambio en sus comunidades. Debido a sus roles en contextos comunitarios o rurales, el sólido conjunto de conocimientos y experiencias de las mujeres pueden ser utilizadas en la reducción de desastres y las estrategias de adaptación a realidades ambientales cambiantes. Esto brinda una oportunidad única para empoderar a las mujeres para que sean gestoras energéticas más eficientes a nivel doméstico y comunitario, así como también comprometerse con la expansión del acceso a la energía sostenible, incluida la energía renovable, sobre todo en contextos rurales.
Panamá: Liderando una transición energética equitativa
Entendiendo el potencial que las mujeres en contextos comunitarios pueden jugar para la transición energética, así como la necesidad de brindar opciones energéticas donde más se necesita, surge la iniciativa “Capacitación de instaladoras de paneles solares rurales en la Comarca Ngäbe Buglé”, organizada por la Secretaría Nacional de Energía de la República de Panamá con el apoyo del BID y otras instituciones. Su objetivo es formar a 29 mujeres indígenas del pueblo Ngäbe como instaladoras de paneles solares rurales, dotándolas con la capacidad de realizar instalaciones de sistemas solares aislados en sus hogares y comunidades, además de las capacidades para operar y mantener estos sistemas. Las participantes han sido seleccionadas a través de un proceso multifase, en el que se priorizó a mujeres indígenas lideresas, de bajos recursos, en situación de pobreza y ubicadas en comunidades que tienen solo 4% de acceso a energía eléctrica (uno de los niveles más bajos del país).
Durante 7 semanas, las participantes aprenderán sobre electricidad y energía solar e instalación y mantenimiento preventivo y correctivo de sistemas fotovoltaicos. Adicionalmente, asistirán a sesiones informativas en temas sobre empoderamiento de la mujer, finanzas y emprendimientos, ejemplos de mujeres en el sector energético, programas de oportunidades y nuevas tecnologías.
El programa se enmarca en los esfuerzos del Gobierno de Panamá y su Hoja de Ruta “Nexo Mujer y Energía en la República de Panamá”[5], y en la Estrategia Nacional de Acceso Universal (ENACU)[4], elaboradas con el apoyo del BID. Entre los objetivos de esta capacitación, se encuentran:
- Fomentar que en las áreas rurales se aproveche la energía solar no solo para proporcionar luz sino también como catalizador para crear empleo para los subempleados,
- Brindar capacitación vocacional a las mujeres,
- Aumentar los ingresos de las comunidades rurales, y
- Proteger y sostener el medio ambiente mediante la reducción de las emisiones de carbono y la deforestación.
Asimismo, el programa utiliza un plan de estudios innovador, enfocado en metodologías de aprender haciendo, con interpretación de ngäbere -español, el apoyo de facilitadoras y animadoras ngäbes ya formadas en instalación de kits solares para facilitar la comprensión en el idioma ng ngäbere y mostrar, cómo lograrán ser exitosas cuando se conviertan en instaladoras solares. Por último, el curso recibe el apoyo de un facilitar de procesos educativos interculturales bilingües para reforzar la capacitación.
Las capacitaciones se darán sin necesidad de antecedentes educativos o experiencia previa con sistemas solares. Esto asegura que la transferencia de habilidades sea más accesible y que el tiempo entre la capacitación y la transformación significativa del acceso de una comunidad a los recursos energéticos sea relativamente corto (especialmente en comparación con programas que requieren conocimientos previos sobre el tema)
A través de este tipo de iniciativas, no solo podremos lograr los compromisos energéticos que permitirán mitigar el cambio climático, sino hacerlo a través de una transición energética justa e inclusiva que incluya cada vez más a mujeres de diferentes sectores, dándoles las herramientas para ser agentes de cambio e insertarse en el mercado laboral de las energías renovables.
Esta entrada fue elaborada en colaboración con Ana Inés Grigera, especialista de la División de Género y Diversidad en las oficinas del BID en Panamá.
[1] https://www.energia.org/pubs/papers/karlsson_csdbook_lores.pdf
[2] https://www.un.org/womenwatch/feature/climate_change/downloads/Women_and_Climate_Change_Factsheet.pdf
[3] https://www.undp.org/publications/gender-and-sustainable-energy
[4] https://sigob.presidencia.gob.pa/Cache/Correspondencia/315850/%7B55EC51F4-CCC0-4265-B5C0-811C19003092%7D-315850-f.pdf
[5] https://www.energiaestrategica.com/wp-content/uploads/2021/12/Resolucio%CC%81n-N.%C2%B0MIPRE-2021-0049166-de-28-de-diciembre-de-2021-Consulta-Pu%CC%81blica-ENACU.pdf
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