María Eugenia Rivas, Tomás Serebrisky, Cynthia Pastor*
Laura se levanta todas las mañanas temprano, se baña, se cambia, y se sienta a tomar el desayuno mientras lee el periódico antes de ir a trabajar. Detengamos el reloj por un minuto. Imaginemos que la rutina de la mañana de hoy fue igual, pero al mismo tiempo completamente diferente. Cuando Laura se estaba duchando, tuvo que hacerlo con agua fría, pues el calentador no funcionaba porque un apagón afectó a una cuarta parte de la ciudad. Más tarde, cuando quiso prepararse el café, no pudo hacerlo porque un corte de agua dejó sin servicio a todo el barrio. Y finalmente cuando estaba en la parada esperando el bus para ir al trabajo, tuvo que esperar mucho tiempo porque los buses pasaban completamente llenos y no se detenían en su parada. Sin lugar a duda, la calidad de los servicios de electricidad, agua y saneamiento, y transporte, cumple un rol fundamental en el día a día de Laura y en el de todos nosotros.
La calidad de los servicios de infraestructura, es decir, de agua, electricidad y transporte, tiene un impacto directo en nuestra calidad de vida. Contar con acceso, no asegura que podamos aprovechar al máximo los beneficios que brindan estos servicios. Muchos hogares en la región sufren de apagones y cortes de agua no planificados, así como de transporte público escaso, irregular e impuntual. Estas deficiencias impactan negativamente en las personas, quienes pierden tiempo esperando a que los servicios vuelvan o buscando otras alternativas, además de afectar otros servicios esenciales como los provistos por escuelas y hospitales. ¿Cómo es entonces la calidad de los servicios de infraestructura en América Latina y el Caribe (ALC)?
💡 Apagones frecuentes y prolongados afectan directamente nuestro bienestar. Por ejemplo, nos impiden conservar alimentos en la refrigeradora, estudiar para un examen, cocinar, o bañarse con agua caliente. Estas dificultades no son ajenas a la región. En el año 2018, los países de ALC sufrieron en promedio 16 apagones, de 33 minutos cada uno. Estos valores se encuentran muy por encima de las economías avanzadas y representan un desafío para la región.
La buena noticia es que nuestra región ha utilizado herramientas innovadoras para mejorar la eficiencia en la provisión del servicio. Una de ellas son los contratos y regulaciones basadas en metas de desempeño, los cuales entregan un pago adicional al proveedor del servicio si cumple con metas establecidas. Mediante este tipo de contratos, Ecuador, por ejemplo, logró disminuir las pérdidas no técnicas de electricidad[1] del 13 % al 5 % entre el 2012 y el 2018. Menores pérdidas eléctricas, ayudan a un mejor funcionamiento de los sistemas y a una mejor provisión del servicio.
🚰 La falta de acceso continuo a aguatiene consecuencias negativas en las personas. Por más que exista una conexión en la casa, no se puede considerar que se tiene acceso al agua si no está disponible cuando se necesita. Imaginemos abrir el grifo y que en ese momento no salga agua para lavarnos las manos, para bañarnos o para cocinar. Esto en varias ocasiones lleva a que las personas tengan que almacenar el agua en tanques, la cual muchas veces se contamina antes del consumo porque los tanques no se lavan o no se encuentran protegidos. En nuestro blog sobre acceso a los servicios de agua, electricidad y transporte, mencionamos que los niveles de acceso al agua disminuyen ante indicadores de medición más exigentes. Se ha pasado de considerar como acceso contar con agua en un radio de hasta 15 minutos a contar con agua dentro de la casa. Siendo más exigentes y realistas, esta medida debería ajustarse a contar con agua continua dentro de la casa. En algunos países de la región, el porcentaje de personas sin acceso a los servicios de agua, las 24 horas del día, los 7 días a la semana, es muy alto. En República Dominicana, por ejemplo, este valor alcanza al 90 % de la población.
Otro tema importante con relación a la calidad del agua, además de la continuidad del servicio, son las propiedades de esta. ¿Te has detenido a ver cómo es el agua que sale del grifo de tu casa? Que el agua esté limpia y libre de contaminantes es fundamental. Un indicativo de la mala calidad del agua en la región es el elevado consumo de agua embotellada. Por ejemplo, en México, 77 % de las personas con acceso a agua en su casa, consume agua embotellada.
En el caso de agua, los contratos por desempeño también han ayudado a mejorar la eficiencia en la provisión del servicio. La empresa pública de agua de Bahamas logró disminuir el agua no facturada del 54 % al 23 % entre el 2013 y 2019. Menor agua no facturada, mejora la eficiencia de las empresas proveedoras y ayuda a la mejor provisión del servicio.
🚎 Una mala calidad de los servicios de transporte público puede representar muchas horas de nuestras vidas. ¿Sabes cuánto dura en promedio el viaje en transporte público al lugar de trabajo en la región? En promedio 77 minutos, pero en algunas ciudades, como por ejemplo en Bogotá, Lima y São Paulo, puede ser más de 90 minutos. Esto implica 3 horas de viaje diarias. ¡Alrededor de 2,5 días enteros de viaje al mes!
A pesar de que la mayoría de las personas en la región utiliza transporte público, la proporción de estos viajes en relación con los viajes en transporte privado ha ido disminuyendo. En los últimos 10 años, la tasa de motorización en la región ha crecido 5% por año. Además, el uso de motocicletas sigue en aumento en muchas ciudades, empeorando aún más los problemas de congestión y seguridad vial. El incremento en el uso del transporte privado, junto con una mala calidad del transporte público, genera un círculo vicioso que acentúa aún más los problemas de movilidad.
Sin embargo, nuestra región ha sabido crear soluciones novedosas para mejorar la calidad del transporte público. ALC ha sido pionera en la implementación de los sistemas de autobuses de tránsito rápido (BRT, por sus siglas en inglés) y teleféricos urbanos, que han mejorado la calidad de los servicios provistos al reducir significativamente la duración de los viajes. Así, por ejemplo, el BRT de Cali y el de Lima, han permitido ahorros de tiempo de hasta 35 minutos en grupos de bajos ingresos; mientras que las tres primeras líneas de teleféricos en La Paz redujeron la duración promedio de los viajes en un 22 %, en comparación con otros medios de transporte.
¿Acceso sin calidad? La región ha dado importantes pasos para mejorar el acceso a los servicios de infraestructura, pero la calidad de los servicios es un desafío aún pendiente. El acceso tiene que ir acompañado de servicios de calidad para que generen un impacto positivo en el bienestar de las personas y en la productividad de las empresas. El acceso a los servicios de infraestructura no asegura que podamos disponer y disfrutar de los servicios siempre que los necesitemos.

La calidad de los servicios de infraestructura y sus desafíos son examinados en: “De estructuras a Servicios: El camino a una mejor infraestructura en América Latina y el Caribe”. Te invitamos a descargarlo.
[1] Las pérdidas no técnicas de electricidad corresponden a la electricidad que es utilizada pero no pagada.
*Cinthya Pastor es economista en la gerencia del Departamento de Infraestructura y Energía del BID. Previamente se ha desempeñado como consultora dentro de la Dirección General de Estudios Económicos del Ministerio de Economía y Finanzas de Perú y en el Instituto Peruano de Economía, organización sin fines de lucro, fundada por el Banco Mundial en 1994, dedicada al análisis y propuesta de políticas públicas. Cinthya es graduada en economía de la Universidad del Pacifico (Lima) y cuenta con una maestría de Administración Pública y Desarrollo Internacional de la Universidad de Harvard.
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