Sin duda, en la actualidad lo urgente y lo importante es la inversión pública en Salud. ¿Y la relacionada con Educación? También es urgente e importante. Que no tenga la misma prensa se debe, quizás, a que los efectos de la baja inversión no se sentirán ahora, pero sus consecuencias se verán en unos años y el impacto será en la calidad de nuestras vidas.
La envergadura de la crisis durante y post pandemia hace imposible que algún nivel, sector o área de los sistemas educativos se salve de verse afectado ahora o después. Más aún, la (ir)resolución de cada problema impactará en la estructura que este período nos legue.
Las cuestiones pedagógicas y emocionales fueron las más absorbentes en estos meses: básicamente, cómo continuar con algo parecido a la enseñanza y las experiencias escolares. Pasadas unas semanas, ya pueden apreciarse los distintos factores emergentes que fueron apareciendo y que seguramente presionarán sobre los sistemas educativos, su financiamiento y, por lo tanto, su gobierno mismo. En otras palabras, que impactarán en nuestro futuro como sociedad.
En principio, estos son algunos de los factores que demandarán atención del presupuesto público o que repercutirán en el financiamiento del sector:
- La educación privada. El achicamiento de este sector por empobrecimiento de las familias y cierre de sus escuelas derivará en una demanda significativa e inesperada de vacantes en los establecimientos públicos. A priori, no parece que habrá espacio para recibir esa nueva matrícula o, al menos, no en su totalidad. Las universidades privadas también enfrentarán problemas similares, por moras en los pagos o por emigración de sus alumnos.
- La formación docente. En épocas de crisis, por su potencial como empleo estable, muchos jóvenes vieron a la docencia como un refugio seguro frente a la incertidumbre. Si esto se repitiera en las actuales circunstancias, habrá presión sobre el sistema formador. En paralelo, las restricciones presupuestarias seguramente impedirán nuevas incorporaciones.
- Políticas socioeducativas. Entre otros, comprenden un amplio rango que incluye becas, alimentación escolar, útiles, y libros de texto. Si el tema de la equidad era perentorio antes de la crisis, con el aumento de la pobreza y el desempleo se ha vuelto más crítico que nunca.
- El gasto en educación que las familias hacen por su propia cuenta también disminuirá. Si la oferta estatal no se expandiese al ritmo del pase de alumnos del circuito privado al estatal, este rubro contribuirá a la inevitable caída global del financiamiento del sector.
- Cuestiones sanitarias y de infraestructura. En el corto plazo, habrá que preparar las escuelas para el regreso; en el mediano y largo, las principales tareas pendientes serán la readecuación de los espacios y la ampliación de la red escolar disponible.
- Tecnología y recursos digitales. La crisis puso en evidencia la carencia de dispositivos y acceso a internet, principalmente, por parte de los hogares de menores recursos. Este déficit fue uno de los más mencionados en redes sociales y medios de comunicación.
- Incremento de las maestrías y doctorados locales. En la medida que la circulación entre países siga restringida y continúe la caída en los ingresos familiares (y las becas), habrá demanda por esta oferta educativa de factura local. En materia de estudios de posgrados, la alternativa previsible es una suerte de “vivir con lo nuestro”.
- Salarios docentes. Esta es la más política de las presiones que se avecinan sobre los presupuestos. La coyuntura de cada caso guiará el resultado final, dado que parecen estar equilibradas las fuerzas que presionan a mantenerlos estables y las que podrían incidir en su aumento.
- Impacto general. En 2008, durante la crisis económica, la inversión educativa en la región fue contra cíclica o, en el peor de los casos, solo sufrió una leve disminución. Pero, mientras el disparador de esa crisis fue puramente económico, el detonante de la actual ha sido sanitario, con mayores consecuencias sociales que harán competir a los distintos sectores por los ya mermados recursos públicos.
- Habrá una mayor brecha en la inversión educativa entre países. Según cálculos del Banco Interamericano de Desarrollo, la diferencia entre quienes más invierten en educación de los sistemas educativos más desarrollados y quienes menos destinan al sector en el nivel primario en América Latina es de 17 veces. Puede esperarse que la distancia aumentará, ya que las economías que más asignan a educación podrán mantener ese nivel mientras que los demás seguirán la suerte del impacto económico y fiscal. En el largo plazo esto implicará una eventual pérdida de competitividad de unos países respecto a otros.
¿Qué sigue?
Como puede verse, no hay aspecto de los sistemas educativos que puedan quedar a salvo de los impactos de esta pandemia. No es fácil imaginar cómo seguirá el proceso; sin embargo, deben tomarse algunas decisiones para orientar resultados deseados.
Por eso es tan importante la decisión de los gobiernos y las sociedades en cuanto a encarar con urgencia estas dos líneas de acción: a) la participación y el acompañamiento de la sociedad civil para la instalación del tema en la agenda pública (advocacy) y b) el análisis y búsqueda de mayores recursos y una mejor asignación de la inversión en educación.
Con respecto a la primera, toda insistencia sobre los costos de no educar será poca. La consecuencia de la inacción o la inercia no será el status quo, sino una mayor exclusión y deterioro del tejido social y productivo.
En cuanto a la segunda, la decisión política es crucial. Es imperativo buscar maneras de aumentar el financiamiento educativo. No es la primera vez que nuestros países experimentan recesiones consideradas terminales a la que siguen períodos de crecimiento económico. A través de medidas adecuadas, es posible que sus sistemas educativos puedan “apropiarse” de una parte de los crecientes recursos fiscales que eventualmente se manifiesten.
Es fundamental que el tema de la inversión educativa se instale en la agenda y se discuta. Si no lo hacemos, el destino de la educación, sin (mayores) recursos, dependerá de lo que puedan hacer las escuelas, sus docentes y sus alumnos por sí solos. En un contexto de desigualdades gigantes como el que tenemos en América Latina y el Caribe, esto podría comprometer el futuro de gran parte de los niños, niñas y jóvenes de la región.
Hola amigos,
Interesante reflexión propuesta tentativa para los países a tomar como decisiones del Estado dentro de la neo hoja de ruta, para copar en agendas sensibles, salud, educación como eje, pero deseo añadir algo que estamos perdiendo en los países es la cuestión identitaria propias de los países con nueva lectura gubernamental.En la lectura brinda un conjunto de diagnósticos y pos propuesta de tendencia sostenible con lectura de gobernabilidad con rostro humano, asimismo suelta ideas, pos consecuencia de educación privada, docentes y la nueva visión de gestión.
Vale leer, y saludos por el preludio de propuestas,
VICTOR NIETO BONILLA, HISTORIADOR
EX- DIRECTOR DE DDC HUANUCO- MINISTERIO DE CULTURA
En América Latina urge una reforma integral de la educación para resolver sus grandes problemas, el mismo que debe llegar a tod@s l@s ciudadan@s, sin distinción social y geográfica para lograr la superación de miles de habitantes que por muchísimos años han sido olvidados.
Muy buen enfoque y muy claro!!
Alejandro, muy acertado tu análisis, gracias por compartirlo. Falta mucha tela por cortar en este tema tan complejo así que seguramente seguirás escribiendo un Capítulo II de este artículo que espero leer. Ojalá se tomen más acciones y menos política para beneficio de nuestra juventud.
El sector educativo en el Perú ya viene sufriendo en razón a cobertura de la migración del sector privado al público. Esto hace que los sistemas educativos tienen que repensarse y reinventarse, por ahora no se necesita infraestructura y equipamiento, pero si para el retorno a la presencialidad; en cuanto a capacitación docente en entornos digitales, es urgente. Los colegios privados que tengan una visión coherente a las demandas y necesidades educativas de los padres y estudiantes, sobrevivirán.
Tengo una pregunta que posiblemente muchas personas la tienen:
¿Es aconsejable invertir en educación en estos tiempos de pandemia?
En mi caso soy docente y aspiro poder escalafones con una maestría que tengo pensado hacer.
Gracias!
Buenas tardes, quedé encantada con el análisis efectuado por el titular de este articulo. Estoy escribiendo mi tesis doctoral de grado en economía sobre “La inversión realizada por el Estado Paraguayo en el Sistema Educativo Público, como factor de desarrollo económico del país” y me gustaría poder interactuar al respecto con el Dr Alejandro, teniendo en cuenta su basta y rica experiencia en el tema. Quedo atenta a su respuesta por favor.
Mis respetos y saludos cordiales
Represento a una reconocida institución educativa de Córdoba, Argentina, que, coincidentemente con el diagnóstico del artículo, atraviesa severos contratiempos económicos tales que amenazan su continuidad.
Es una escuela que alberga los tres niveles, inicial, primario y secundario y su proyecto educativo incluye importantes actividades de apoyo académico a otras instituciones del medio.
Nos interesaría conocer alternativas de eventuales líneas de ayuda financiera del BID destinadas fundamentalmente a la concreción de obras de infraestructura edilicia propia.
El colegio se desenvuelve bajo la órbita de la DiPE y cuenta con algún aporte estatal pero su principal fuente de ingresos son las cuotas de los alumnos. Esperando respuesta a nuestra inquietud y a disposición para cualquier duda o aclaración, los saludamos cordialmente.