Estas últimas semanas han sido de gran controversia en el mundo de los economistas por la publicación de Capital en el Siglo XXI de Thomas Piketty. El libro ha causado revuelo porque hace referencia al rol de las instituciones del capitalismo en la evolución y distribución de ingresos, y concluye que nos estaría conduciendo a una sociedad más desigual.
Otros autores como Per Krusell y Tony Smith han abordado el problema de la desigualdad de ingreso con una óptica distinta y se han enfocado, entre otros factores, en el rol de la educación y su eventual importancia para generar mejores oportunidades para todos. Entonces, nos preguntamos: ¿qué sabemos de la evolución del logro educativo y de su evolución en el tiempo? ¿Los jóvenes de hoy tienen más y mejor educación que los de hace cincuenta años?
Antes de responder a estas preguntas, definamos qué es el logro educativo y por qué es importante. El logro educativo se define como los años de educación que alcanzan las personas dentro del sistema educativo formal y es uno de los principales componentes del capital humano, el cual a su vez es determinante para el crecimiento económico. Existe evidencia de que los países con mayor logro educativo crecen económicamente más rápido y de que las personas con logros educativos más altos tienden a tener salarios más altos en el futuro [1].
Ahora, volvamos a las preguntas que nos planteamos sobre la evolución del logro educativo. Gracias al sostenido esfuerzo de recolección de datos por parte de los persistentes investigadores Barro y Lee, pudimos analizar si los individuos acumulan más o menos años de educación hoy en día. De la figura anterior, podemos sacar dos conclusiones importantes:
- A nivel mundial, el logro educativo del ciudadano promedio [2] mejoró abismalmente en los últimos sesenta años. ¡Este ciudadano, en los años cincuenta, tenía cero años de educación y ahora en el 2010 tiene 9!
- ¡Todos mejoramos! Tanto los individuos que antes tenían un logro educativo alto como los que lo tenían bajo ahora permanecen por más tiempo en el sistema educativo.
Sin embargo, no todas las noticias son buenas. A nivel mundial, los individuos con alto logro educativo aumentaron 6 años, mientras que aquellos con bajo nivel subieron solo 3. Esto implica que la brecha entre los individuos con alto y bajo logro educativo se ha expandido con el correr del tiempo.
Además, la mejora también varía por regiones y por países (ver tabla). Por ejemplo, en países desarrollados el individuo promedio pasó de 6 a 12 años de logro educativo, y la diferencia entre los individuos con alto y bajo logro educativo se redujo de 6 a 5 años.
En América Latina y el Caribe la historia es distinta. En la región, aunque el individuo promedio pasó de 3 a 9 años de logro educativo, la diferencia entre los individuos con alto y bajo logro educativo aumentó de 3 a 6 años. En África Sub-Sahariana, donde los niveles de escolaridad eran muy bajos, el individuo promedio ha avanzado de 0 a 3 años de educación y la diferencia entre los individuos con alto y bajo logro educativo se ha acelerado de 0 a 9 años.
Los sistemas educativos están realizando grandes esfuerzos por aumentar el logro educativo y reducir brechas, pero todavía la tarea es ardua. Usualmente los individuos con padres pobres y que no han concluido la escuela son aquellos que tienen el logro educativo más bajo por lo que se generan patrones viciosos de transmisión intergeneracional de pobreza y de falta de oportunidades. Así, como se aprecia en la tabla, si bien la diferencia entre los de alto nivel y bajo nivel se ha reducido, el logro educativo del individuo con bajo nivel en América Latina es de sólo 6 años, es decir el equivalente a primaria completa.
Para cerrar estas brechas es necesario el esfuerzo sostenido de los diversos países con el apoyo de organismos internacionales. En ese sentido, con gusto informo en este blog que el gobierno de Honduras acaba de crear 2500 cupos adicionales en secundaria con respaldo del BID. Así, muchos más estudiantes de las zonas rurales aisladas podrán acceder a la secundaria y graduarse, lo cual les permitirá tener mejores oportunidades e ingresos más altos en el futuro. Si bien este puede parecer un avance pequeño frente a los monumentales desafíos a los que nos enfrentamos, estamos en el camino correcto para disminuir las diferencias. Solo así podremos ofrecer a todos nuestros ciudadanos la oportunidad de permanecer en la escuela y de adquirir las habilidades necesarias para acceder a trabajos bien remunerados que les aseguren una mejor calidad de vida.
[1] Estudios recientes presentan medidas de logro cognitivo como mejor indicador de capital humano, por ejemplo Hanushek y Woessman (2008). No obstante, las series de logro cognitivo son cortas y cubren numero reducidos de países.
[2] Individuo mediano, el percentil 50 en la distribución del logro educativo.
La desigualdad de oportunidades en la educación es un factor de acrecentamiento de la pobreza, el hambre y la mortalidad infantil, y priva las perspectivas de crecimiento económico. Por eso, los gobiernos deben actuar con un mayor sentido de decisión ”.
La desigualdad de oportunidades en la educación es un factor de acrecentamiento de la pobreza, el hambre y la mortalidad infantil, y priva las perspectivas de crecimiento económico. Por eso, los gobiernos deben actuar con un mayor sentido
de decisión ”.
En los últimos años los países latinoamericanos están realizando muchos esfuerzos haciendo cumplir las políticas públicas del buen vivir, y una de ellas,que las personas accedan a procesos educativos, que les permitan desarrollar y generar capacidades,y a la vez oportunidades que mejoraran sus condiciones de vida. Pero también podemos observa que no hay verdadero acompañamiento para el desarrollo de la cultura, valores y/o principios que permitan a lo largo que sea sostenible, por que la vida nos enseña y esta demostrado que esto se aprende en la casa, en el hogar… y se convierte un verdadero desafío, un paradigma como alguien diría, transferir estos conocimientos desde las escuelas, colegio y universidades……pero no se puede ganar un partido si no se jugó, y esto es un verdadero, más allá de decir cuantos niños, jóvenes, personas acceden a educación.
Permítanme compartir el caso dominicano.
EDUCACION EN IGUALDAD VS OPORTUNIDADES LABORALES.
En la última década los jóvenes profesionales dominicanos se han visto beneficiados por las múltiples oportunidades de educación superior para realizar estudios en importantes universidades del extranjero en diversas partes del mundo. El resultado de esto es que tenemos una gran cantidad de recursos humanos ampliamente capacitados y con todas las herramientas para poder aplicar sus conocimientos en áreas de vital importancia para el desarrollo humano y económico de nuestro país, como lo es, la educación, las políticas públicas, la salud, la agricultura, entre otros.
Sin embargo, surgen las siguientes incógnitas ¿Están de las manos las oportunidades educativas con las oportunidades laborales? ¿Nos hemos preguntado si acaso no se han beneficiado los países donantes de estas oportunidades a través de la fuga de cerebros? ¿Qué podemos hacer para que este capital humano vuelva a trabajar en pro del país sin poner en detrimento su carrera profesional?
Cuando hablamos de educación en igualdad nos referimos ciertamente a las oportunidades que tienen los jóvenes de excelencia académica, sin distinción de clases sociales, de acceder a una educación superior de calidad. Gracias a los distintos programas de becas otorgadas por algunas instituciones como la MEESCYT, Fundación Carolina, AECID, Organización de Estados Americanos (OEA), entre otras, un gran número de jóvenes han podido acceder y prepararse. El gran reto lo tenemos en la aplicación de estos conocimientos y en las oportunidades laborales. En el país aún persiste ese mal social conocido tradicionalmente como “la cuña” para poder acceder a un puesto de trabajo.
Todo lo anterior, unido al clientelismo político forma un gran sesgo para los jóvenes egresados. A consecuencia de esto tenemos entonces la fuga de cerebros hacia los países donantes y el aumento de la emigración a países donde las oportunidades de empleo son más igualitarias para algunos, como los médicos, pero también el desperdicio de capital, pues muchos deciden emplearse en trabajos donde no se requiere ninguna capacitación pues piensan que aun así ganan más que si trabajaran en su propio país.
En respuesta a esto, instituciones como la MEESCYT han creado una bolsa de empleo para los egresados dominicanos que hayan participado en un programa de becas, pero en un país donde la tradición en el mercado laboral tanto público como privado ha sido el “amiguismo” y “el clientelismo político” se puede confiar en un banco de datos de una institución pública?. Posiblemente debamos explorar las posibilidades de un acercamiento y potenciación de las redes sociales públicas y privadas. Esto es un avance significativo mas no una solución absoluta.
Si queremos construir una sociedad igualitaria para todos, sin exclusión social y laboral, entonces debemos hacer partícipes a todas las instituciones tanto públicas como privadas. Nuestro país no avanza solo con la participación de las empresas públicas, todos estamos en deber de hacer una sociedad inclusiva. La propuesta sería entonces crear una red de base de datos donde todas las instituciones tanto públicas como privadas puedan acceder y donde todos los estudiantes capacitados en distintas áreas puedan tener igualdad de oportunidades.
Esto debe ir de la mano con una campaña de comunicación y apoyo de parte de las instituciones y un compromiso ético para brindar igual oportunidad a todos, tanto a los profesionales formados en el exterior como en las universidades locales del país. Esto conviene a todas las partes, pues las empresas se beneficiaran de un capital humano que desarrollará su trabajo con calidad y eficiencia; a la vez se estará fomentando la inclusión social y la lucha contra la pobreza y el desempleo pues no habrá desigualdad de clases sociales en esta participación.
Solo así dejaremos de ver profesionales con unos grandes conocimientos trabajando en empleos de obreros en un país extranjero. Solo así podemos recuperar la confianza en nuestro país y trabajar en y para él mismo, construyendo un desarrollo económico sostenible con nuestro propio capital humano, que nos permita salir del subdesarrollo para coquetear con el tan anhelado desarrollo.
“Si queremos educar en igualdad debemos hacerlo desde la igualdad de oportunidades para todos”.
Geovanny Vicente Romero,
Abogado y Politólogo y Académico.
Dir. CPDL-RD @cpdlrd @geovannyvicentr