Que la lactancia materna es el mejor alimento para el bebé y tiene numerosos beneficios para la madre no es novedad. Desde hace décadas, año a año, 170 países llaman a la acción a través de la Semana de la Lactancia Materna, una campaña para generar conciencia sobre la importancia de proteger, promover y respaldar la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida y seguir con la leche materna junto con otros alimentos hasta al menos los dos años de edad.
Así y todo, a pesar de los esfuerzos de sensibilización y el creciente conocimiento sobre el tema, hoy menos de la mitad de los bebés e infantes entre 0 y 36 meses en el mundo son amamantados. Y en la región, solo el 38% recibe leche materna de forma exclusiva hasta los 6 meses, aunque los datos varían de un país a otro: en Surinam, por ejemplo, la tasa es del 2,8%, mientras que en Perú asciende al 68,4%.
Esto se puede explicar a partir de múltiples causas, y una de ellas tiene que ver con la maternidad y la vuelta al trabajo. ¿Cómo abordarla?
Hacer que la lactancia materna sea posible
Del mismo modo que nadie elegiría comer su almuerzo en el cubículo del baño laboral, no se puede pretender que una madre extraiga el alimento para su hijo o hija en un sanitario. Hoy, a través de la Organización Mundial de la Salud (OMS), sabemos que son más de 500 millones las mujeres trabajadoras que no cuentan con medidas de protección de la maternidad, como licencias y pausas remuneradas para la lactancia o la extracción de leche tras la vuelta al trabajo. Y solo el 20% de los países exigen a los empleadores que garanticen pausas remuneradas y espacios destinados para que las personas lactantes puedan darle continuidad durante la jornada laboral.
Para que la lactancia materna sea posible, es necesario que los países promuevan y defiendan los derechos esenciales de la maternidad, que son la licencia por un mínimo de 18 semanas luego del nacimiento –y preferiblemente más de 6 meses–, y un espacio en el lugar de trabajo donde amamantar posteriormente.
En la gran mayoría de los casos, el retorno al trabajo no es una opción: es parte del sustento necesario para una familia. Y si las condiciones para la lactancia no están dadas, la madre no tendrá alternativa más que suspender el amamantamiento y apelar a fórmulas de leche comerciales u otros. Entonces, la decisión de amamantar o no hacerlo deja de depender del deseo de la madre y pasa a estar sujeta a las condiciones que su país –a través de la legislación– y su trabajo –a través de las propias políticas– le proporcionan.
Los beneficios de la lactancia, más allá de la mamá y el bebé
La leche materna proporciona toda la energía y los nutrientes que la criatura requiere durante sus primeros meses de vida, y sigue aportando al menos la mitad de sus necesidades nutricionales durante la segunda mitad del primer año y un tercio durante el segundo año, como sostiene la OMS. Evidencia científica muestra que no solo presenta resultados positivos en el corto plazo, como la reducción de la mortalidad debido a enfermedades infecciosas, sino que además tiene efectos a largo plazo: los niños amamantados muestran un mejor rendimiento en pruebas de inteligencia, tienen menor propensión a padecer sobrepeso u obesidad, e incluso tienen menos riesgo de desarrollar diabetes en etapas posteriores de la vida.
Las madres también ven beneficios claros, más allá del vínculo que generan con su bebé. A corto plazo, ayuda a su recuperación física, disminuye el riesgo de hemorragia después del nacimiento y el riesgo de depresión post- parto. Además, experimentan un menor riesgo de desarrollar diabetes tipo II, cáncer de mama y de ovario, entre otras enfermedades, en comparación con quienes que no amamantan o amamantan menos.
Pero la lactancia materna también trae ventajas más allá de la persona que amamanta y su bebé:
- reduce costos para el sistema de salud, ya que ayuda a prevenir enfermedades;
- cuida al medio ambiente, ya que no requiere empaquetados ni transporte;
- y para las organizaciones que apoyan a sus empleadas para que continúen amamantando al regresar al trabajo, aumenta la satisfacción laboral, se reduce el ausentismo y se incrementa la fidelidad y la retención, ¡además de una mejora en la imagen corporativa!
La lactancia materna trae muchos beneficios, y es necesario seguir generando conciencia para que cada vez sean más los países y las organizaciones que incluyan los derechos de la maternidad como parte de sus agendas. Solo así las mujeres podrán regresar al trabajo sin enfrentarse a la disyuntiva de cómo lograrlo.
¿Estás por regresar al trabajo y te encuentras en período de lactancia? ¿Ya lo atravesaste? ¡Cuéntanos tu experiencia!
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