La primera vez que vi este video, producido por las amigas del Instituto de Investigación Nutricional en Perú, no pude dejar de sentir que me invadiera algo de culpa por recordar las veces que he dado de comer de apuro a mis hijas.
El mensaje del video es muy claro: la buena nutrición no depende solo del qué dar de comer pero también del cómo hacerlo. En otras palabras, la interacción entre el adulto y el niño a la hora de la comida es fundamental para lograr una buena alimentación.
Los primeros meses en que el niño es introducido a los alimentos sólidos (es decir, a partir de los seis meses de edad) son fundamentales para establecer una rutina positiva durante el momento de la comida. El video caracteriza con mucha claridad diferentes tipos de estilos de dar de comer. El elemento clave que los diferencia es la calidad de la interacción entre el adulto y el niño.
¿Qué mensajes nos deja el video sobre las características de una buena interacción durante la comida? Hablar al niño, responder a sus señales, promover que explore sus alimentos, animarle, evitar que se distraiga y alimentarlo con paciencia… estas son las recomendaciones principales.
Me gusta la idea con la cual termina el video: hacer de la comida otro momento más para estimular el desarrollo socio emocional y cognitivo de los niños. El momento de la comida es todavía en muchos hogares latinoamericanos y caribeños un espacio que reúne a las familias.
El mensaje del video es convincente. Sin embargo, para ninguno de nosotros, adultos, resulta fácil cambiar la forma cómo hacemos las cosas. De ahí que uno de los desafíos más importantes para la alimentación interactiva es traducir estas recomendaciones en cambios de comportamiento duraderos entre los padres y madres de nuestra región.
Veronica Rodriguez dice
Muy de acuerdo con el valor trascendental que tiene para el niño/a la interacción con un otro, más aún si este otro es una figura parental. Me gustaría recalcar que este valor no es solo relevante en los primeros años… Cuánta diferencia hace el organizarse para compartir una comida diaria con los hijos en edades post-infancia, pubertad, adolescencia, e incluso cuando universitarios o padres de familia, vuelven a casa de sus padres de visita!
El valor de la comida en familia, del intercambio de pensamientos y afectos alrededor de la mesa, deja huellas y patrones que luego uno repetirá en la familia que construya en la edad adulta.
Alex dice
Felicitaciones por la apertura de este espacio y por el enfoque con que se aborda el desarrollo infantil, visto no sólo desde la dimensión del aprendizaje y desarrollo cognitivo motor, socio emocional, sino también incluyendo aspectos de salud y nutrición, componentes fundamentales para el desarrollo integral; como diría Bronfenbrenner, ningún comoponente es más importante que otro, todos confluyen a la vez en la misma importancia.
Bueno, remitiéndonos al tema del artículo “Alimentación Responsiva”, impulsado ampliamente por el IIN y en especial por H Creed, me animo a hacer algunas precisiones:
1.- En un país, donde la mitad de las niñas y niños menores de 3 años tienen anemia y 1 de cada 4 sufren de desnutrición crónica, es una enorme responsabilidad de TODAS y TODOS lograr que las niñas y niños consuman sus alimentos en cantidad y calidad suficiente para satisfacer sus necesidades nutricionales.
2.- Bajo esta premisa, la alimentación responsiva es un elemento clave para que las niñas y niños consuman estos alimentos. Sin embargo no debemos olvidar los otros 2 factores: “calidad de la comida” y “estado del niño”. Sobre el primero, debemos asegurar brindar alimentos nutritivos, pero también agradables, atractivos, pertinentes y variados….(punto aparte, por eso el bajo consumo de la papilla, según Endes y Enaho 2011) y el segundo, se refiere a la salud física y anímica de los niños.
3.- Desde la experiencia desarrollada en otros espacios, considero que la “alimentación responsiva” no sólo se debe entenderse como las habilidades y comportamientos a desarrollar en el momento mismo de la alimentación, sino que implica también un antes y un después. Por ejmplo,
Antes:
* Asegurarse que la comida a ofrecer a las niñas y niños sean muy agradables y con una presentación atractiva.
* Crear la expectativa en los niños sobre los alimentos, a través de cantos, juegos, rimas, con gestos agradables.
* Asegurarse que la niña(o) no halla ingerido algún alimento, por lo menos 1 1/2 hora antes de ingerir los refrigerios o almuerzo (vaciamiento gástrico).
Después:
* Propiciar actividades ligeras, de desplazamiento, que favorezcan la digestión de los alimentos (caminar, jugar a la ronda, trencito, etc).
Finalmente, nunca debemos olvidar el significado más amplio de la alimentación; que más allá de proporcionarnos los nutrientes para la vida, es el espacio de interacción íntimo de una familia, de un grupo o una sociedad; consecuentemente no debemos perder esta oportunidad para comunicarnos con nuestros niños y aprovechar hasta la comida misma como elemento para su aprendizaje.
Saludos