La migración viene siendo un tema de gran importancia en la agenda de América Latina y el Caribe. La buena ejecución de una política migratoria depende de muchos factores adicionales a los políticos y sociales, tales como el cambio climático y desastres naturales. En la actualidad, 272 millones de personas se registraban como migrantes internacionales. Tan sólo en las últimas décadas, América Latina y el Caribe experimentó un aumento sin precedentes del 70% de migrantes provenientes de otras ciudades de la región. Las capitales y ciudades grandes se han convertido en los centros de acogimiento de esta población. Se estima que un 20% de los migrantes se concentre en las áreas metropolitanas más grandes del mundo, incluyendo las grandes ciudades latinoamericanas.
Hoy en día, la pandemia del coronavirus que ha afectado al mundo entero ha tenido un impacto aún mayor en los migrantes, quienes desde antes contaban con un apoyo limitado. Las medidas para mitigar la propagación de la COVID-19 han generado un cierre de fronteras a nivel mundial perjudicando principalmente a la población migrante. En primer lugar, se les impedirá el cruce fronterizo dejando a muchos en “el limbo”. Por otra parte, la pandemia será un factor adicional para que las personas migren, empeorando la situación. Esta crisis mundial adicionalmente afectará en especial a las ciudades y áreas densificadas, donde habitualmente se encuentra esta población.

¿Qué está ocurriendo con la migración en tiempos de la COVID-19?

Ciudades origen. Entender los flujos migratorios permite prever los impactos del aislamiento social en ciudades origen y destino, y en las redes de flujos migratorios. Los cierres internacionales y las cuarentenas tendrán un gran impacto en las ciudades origen. Habrá un menor flujo de remesas, estimadas hoy en 325 billones de dólares para países en desarrollo, lo cual disminuirá la actividad económica. ¿Qué ocurrirá entonces, en las ciudades de países como El Salvador, Haití, Honduras y Jamaica donde un 15% de su PIB proviene del envío de remesas?; ¿qué ocurrirá con la gran cantidad de menores migrantes no acompañados?
Por otra parte, resulta clave reflexionar sobre la vulnerabilidad que genera las familias divididas en las ciudades de origen y destino. El 85% de niños y adolescentes que emigran desde el Triángulo Norte de Centroamérica tienen padres o familiares residiendo en ciudades de destino de forma indocumentada. ¿Qué ocurrirá con las familias que pretendían migrar hacia países más prósperos?; ¿qué sucederá con las familias que han quedado divididas por un mayor tiempo de lo previsto debido al cierre de fronteras?

Ciudades destino. Los impactos en la cantidad de migrantes en las ciudades destino afectará entre otras cosas el acceso a los servicios que puede proveer la ciudad. Tanto el empleo como la actividad económica en las ciudades se verán afectados. Uno de los problemas más frecuentes para los migrantes es el acceso a la salud en las ciudades destino. En las circunstancias actuales, debido a la gran demanda mundial ante la crisis, es claro que esta población se verá aún más vulnerada y afectada. ¿Qué ocurrirá entonces con los migrantes y el tratamiento de enfermedades, cuando los sistemas de salud estén saturados?; ¿cuál será el impacto que tendrá para esta población en términos económicos?

Adicionalmente, gran parte de los migrantes son mano de obra de baja calificación, cuyos trabajos son presenciales y están vinculados a la prestación de servicios básicos o trabajos informales. ¿Qué pueden hacer los migrantes para generar ingresos bajo estas circunstancias y en un contexto de una ausencia en la red de apoyo en las ciudades destino?
Son estas y más preguntas las que nos hacen pensar que hoy, más que nunca, es importante regularizar la situación migratoria en América Latina y el Caribe. Pero, ¿cómo conseguir esto cuando hay un cierre o prestación de servicios consulares limitados?

Sobra recalcar que una parte importante de los migrantes hoy en día, viven en asentamientos informales. Por ejemplo, de acuerdo al último censo de la República Argentina, un 49% de los habitantes de asentamientos informales son migrantes. El alto hacinamiento, la escasez de agua potable, la pobre gestión de los residuos en áreas marginales, son factores que solo contribuirán a empeorar la situación de esta población y dificultará cómo poner práctica las recomendaciones de la OMS para controlar el virus.
El aislamiento social, el lavado de manos cada 20 minutos, el teletrabajo, y la gestión eficiente de residuos sólidos, entre otras recomendaciones, son prácticas difíciles de implementar en estas situaciones. Entonces, ¿cómo se puede apoyar a los migrantes que viven en asentamientos informales ante esta crisis?
Responder a los desafíos de la migración en tiempos de la COVID-19
La División de Vivienda y Desarrollo Urbano del Banco Interamericano de Desarrollo, en coordinación con la Iniciativa de Migración del BID, presentan el Tomo 1 de una serie de tres libros que presentan información relevante para responder a los desafíos de la migración en ciudades. “Inmigrando: Fortalecer Ciudades Destino” conceptualiza los desafíos que implica la migración contemporánea para la integración de la población migrante a las ciudades. Este trabajo recopila información sobre las causas de la migración y reflexiona sobre el volumen y flujos de migrantes, haciendo énfasis en América Latina y el Caribe. La publicación incentiva a tener una discusión sobre los principales motores de la migración aspiracional y forzada discutiendo las causas e impactos que tienen los distintos tipos de migración en las ciudades destino.
La publicación Inmigrando expone la problemática desde el punto de vista de los migrantes y busca comprender cómo las ciudades se pueden preparar para ser más inclusivas y manejar la situación. El libro muestra cómo funcionaba la movilidad anterior a los tiempos de la crisis mundial de la COVID-19. Las tendencias y las condiciones de vida de la población inmigrante a nivel de país, región y ciudad presenatadas en esta publicación refleja una línea base de la movilidad y del asentamiento previo a la pandemia; lo cual ayudará a comprender las transformaciones que esta coyuntura trae en el corto, mediano y largo plazo.
La información que podemos encontrar en Inmigrando, nos permitirá ver la magnitud que tendrá el desempleo en la población migrante durante y después de la pandemia. Sabremos cómo el acceso a la vivienda y a servicios se verán afectados por la crisis en comparación con los datos actuales. Los migrantes son especialmente una población que ha sobrevivido a situaciones difíciles, reflejando así una alta capacidad de resiliencia. Hoy, la situación mundial nos exige dar respuestas innovadoras, rápidas y focalizadas para mitigar los problemas que se presentan durante la pandemia de la COVID-19. Esta publicación nos permitirá encontrar un punto de partida para responder de manera adecuada a este gran desafío para esta población tan vulnerable.
Foto Portada: Stock de emigración intrarregional por países de LAC. Fuente: Inmigrando. Datos Originales: UN Stocks. Este diagrama de relieve (bump diagram) representa la evolución del stock de emigración intrarregional por países y sus cambios a lo largo del tiempo. Compara la posición de múltiples países y sus cambios más drásticos: por ejemplo, el descenso de la emigración de El Salvador entre 1990 y 2000. En este gráfico se omiten los datos de Venezuela, porque las estimaciones de Naciones Unidas para el 2017 (de 0.1 millones de emigrantes intrarregionales) no consideran su crisis. Para tener una idea de magnitud, según ONU DAES (OIM ONU) 2017-2018, la emigración intrarregional absoluta de Venezuela es de 1.69 millones. Colombia, que en esta representación lidera con 1.35 millones, sería superado por Venezuela como mayor emisor.
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