Nuestros hábitos de consumo han cambiado significativamente desde la declaratoria de emergencia sanitaria mundial por el COVID-19. El miedo al contagio, junto con las medidas de confinamiento estricto hicieron que las plataformas y aplicaciones de consumo digitales tuvieran que adaptarse a la creciente demanda de la población. Como resultado, profesiones como la de repartidor a domicilio experimentaron un incremento del 81% entre marzo y junio de 2020 en América Latina y Caribe (ALC), según un estudio realizado por el BID Lab y Digital Future Society de 2020.
Montevideo, donde radican 5.000 de los 12.000 repartidores a domicilio de Uruguay, no fue ajena a esta realidad. Un año después de la declaratoria de emergencia sanitaria, es todavía común encontrar a repartidores aglomerados en el espacio público sin cumplir con las normas sanitarias. Esta situación se replica en todos los países de ALC, evidenciando el riesgo al que se exponen los repartidores, quienes tienden a ser mayoritariamente población migrante en situación de mayor vulnerabilidad.
Piloto de Urbanismo Colaborativo en Tiempos de Pandemia: Estación Armonía, Montevideo
Ante este desafío urbano, desde el Laboratorio de Ciudades del Banco Interamericano de Desarrollo se decidió trabajar junto con la Intendencia de Montevideo para mejorar el espacio público de permanencia para repartidores. Se propuso diseñar un piloto de urbanismo táctico que fomentara el distanciamiento físico, contara con un área de descanso-espera y dispositivos de higienización, entre otros servicios. El proceso se resume en 5 etapas clave que se retroalimentan entre sí:
Etapa de Diagnóstico
Esta etapa se enfocó en entender la actividad del reparto a domicilio a profundidad y sus implicaciones para el espacio público. Adicionalmente, esta etapa buscó entender las necesidades, opiniones y aspiraciones de repartidores, empresas de reparto, residentes y otros actores del barrio donde se implementaría el prototipo, las cuales constituyeron insumos para la ideación del prototipo.
Se mantuvieron reuniones de forma periódica con distintos departamentos de la Intendencia de Montevideo, como Movilidad y Espacio Público, aliados estratégicos a lo largo de todo el proceso.
Paralelamente se estudiaron casos internacionales como los Pit Stops – Rappi en Colombia, los Oasis de Vecindario (Grätzloase) de Viena, y la Guía de Parklets de San Francisco para nutrir el proceso de ideación con los actores mencionados. Se escogió el sector del Parque Rodó de Montevideo, en las inmediaciones de un colegio, un área con comercios y negocios que presentaba aglomeraciones de repartidores.
Metodología Participativa
Esta etapa fue fundamental para promover la apropiación y corresponsabilidad de la intervención para cuidar y mantener sus elementos. Se ejecutó un “Taller de Diagnóstico” para conocer detalles del barrio a través de la percepción de los ciudadanos. Para evitar la aglomeración de las personas, se diseñó un Maletín Participativo destinado a recorrer el barrio invitando a los transeúntes a georreferenciar puntos positivos y negativos en torno a 2 ejes, seguridad y convivencia, marcar áreas verdes de agrado, y espacios con equipamiento urbano. Posteriormente se realizó un “Taller de Validación y Visualización” en el lugar de implantación del prototipo para que las personas visualizaran la creación de un nuevo espacio en ese punto. Así mismo, se realizaron actividades de co-diseño y se llevó a cabo una intervención efímera sobre el área de implantación. En total participaron aproximadamente 100 personas de diversos géneros y grupos etarios, destacando la presencia de vecinos, alumnos y comerciantes.
Ideación
La ideación consistió en trabajar sobre un anteproyecto, que se retroalimentó de los datos generados en las instancias participativas, y que fue validado por los distintos grupos. En este proceso, además de los datos de los talleres y las distintas reuniones, se toman en cuenta: los posibles usuarios del espacio, la relación entre los distintos usuarios y los usos y horarios en que utilizaban el espacio. Para el diseño se analizó la accesibilidad al espacio tanto por parte de los peatones como de los repartidores y se tuvo en cuenta el género, identidad, sostenibilidad ambiental, distanciamiento físico, y pacificación de tráfico.
Prototipo
Esta etapa contempla la realización de un diseño compatible con las medidas de seguridad para hacer frente a la pandemia, conjuga las necesidades, aspiraciones y opiniones de los actores involucrados en los talleres participativos, y materializa conceptos amigables con el ambiente. El nuevo espacio lleva el nombre de Estación Armonía (en honor a Armonía Somers, escritora uruguaya), e incluye energía solar para alimentar la instalación de puertos USB para cargar celulares, recipientes para el reciclaje de colillas de cigarrillo, vegetación, taller de auto-reparación y un estacionamiento de bicicletas para fomentar la movilidad activa, plástico reciclado como material principal del mobiliario, y un dispensador de alcohol en gel para higienizarse las manos.
El proceso participativo logró que actores colaboren con el mantenimiento y co-gestión de la Estación Armonía. El mantenimiento de la vegetación es financiado por una empresa de una plataforma de reparto a domicilio y el alcohol en gel fue donado por una farmacéutica. Por otro lado, el colegio se encarga de reponer el gel todas las semanas durante los 6 meses del piloto.
Evaluación
Esta última etapapermite entender factores de éxito y oportunidades de mejora, comparando datos tomados antes, durante y después de la implementación. Los principales hallazgos fueron:
- La nueva estación construida es el punto que cuenta con mayor diversidad de usuarios y convivencia en la zona. Antes de su instalación se registraron cero personas permaneciendo en el sitio por más de 10 minutos. Después de la intervención se registraron 26 personas que permanecieron al menos 10 minutos.
- Usuarios y vecinos perciben que la instalación de la estación fomentó a que los autos disminuyan la velocidad a su paso por la zona.
- El diseño de la estación fomenta la ocupación formal del espacio público, reemplazando el uso de fachadas para sentarse y veredas para estacionar motocicletas.
- La estación de bicicletas y los cargadores de celulares son muy utilizados, y constituyen los principales atractores de usuarios de la Estación Armonía, pero también se comprobó que son elementos que sufrieron vandalismo y tuvieron que ser reemplazados.
Lecciones aprendidas
Aprendimos que para garantizar mayor sostenibilidad es fundamental la participación ciudadana en el co-diseño y el vínculo con los socios operadores desde el inicio, sin poner en riesgo el carácter público del espacio. La participación de los socios operadores debe ser heterogénea, buscando asociaciones que fomenten el uso por distintos grupos para que distintas personas (grupos etarios, género, condición socioeconómica, etc.) se puedan sentir identificadas y atraídas por el lugar. Finalmente, el trabajo en conjunto con las dependencias gubernamentales más próximas al territorio enriquece los vínculos con la ciudadanía y garantiza un mayor acercamiento a organizaciones, colectivos y ciudadanos más involucrados con el territorio inmediato y las problemáticas urbanas.
La Estación Armonía es un ejemplo de cómo tres estacionamientos vehiculares son transformados en un lugar de descanso para repartidores y un lugar de encuentro para el barrio. Esta intervención de urbanismo táctico puede aplicarse en muchas ciudades de ALC de forma fácil, rápida y a bajo coste. ¿Te animas a replicarlo en la tuya?
Orlando Manjarrés dice
Soy Docente de la Universidad del Atlántico,Colombia y realizo un Trabajo sobre el Deterioro del Paisaje Urbano por las Redes de Cables y Publicidad en Espacios Públicos.gustaría tener el contacto de Elisa Porley para tratar el tema con otros Países.