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Cada año, el 20 de junio, el mundo celebra el Día Mundial del Refugiado para honrar a las personas refugiadas y desplazadas de todo el mundo. Este año, la atención se centrará en el derecho a buscar protección. Todas las personas del mundo tienen derecho a buscar protección, sin importar quiénes sean, de dónde provengan ni cuándo hayan tenido que huir, incluyendo la protección de sus necesidades sanitarias. La salud es un derecho humano que no conoce fronteras. Pese a que aparece recogido en múltiples tratados internacionales, convenios y leyes, el 30% de la población de América Latina y el Caribe (ALC) no tiene acceso a atención sanitaria.
Con motivo de esta efeméride, desde el Departamento de Desarrollo Urbano y Vivienda del BID queremos abordar este tema tan importante para el desarrollo de las ciudades de nuestra región. Para ello, nos acercarnos a uno de los colectivos más vulnerables de nuestra sociedad, al que debemos proteger: los refugiados, migrantes, y desplazados.
Acompáñenos a conocer la historia de Nelitza, José Luis, María Teresa y David. Ellos no existen: creamos sus historias en base a las situaciones que escuchamos para preservar la privacidad de los protagonistas reales. Representan a los millones de migrantes y refugiados que, día a día, buscan una vida mejor.
Una historia en un millón
La migración es un fenómeno que trae beneficios a nuestras ciudades, con aportes en el ámbito laboral, económico, social y cultural. Las personas que emigran suelen ser jóvenes con buena salud y capacidad de trabajo. Son más bien, las condiciones adversas que encuentran las que terminan afectando a su bienestar, tanto físico como mental. Por eso, la migración por sí misma no es un riesgo para la salud, pero sí es un determinante social de esta.
Desde el Departamento de Desarrollo Urbano y Vivienda del BID hemos querido escuchar las voces de los migrantes que acuden a las ciudades de nuestra región en busca de un futuro mejor para ellos y sus familias con el objetivo de pensar en políticas para mejorar sus vidas. El principal fenómeno migratorio reciente dentro de ALC lo encontramos en Venezuela. Más de cuatro millones de venezolanos y venezolanas se han desplazado a otros países de la región desde 2015. Acceder a la salud no era fácil. Con la llegada de la pandemia de COVID-19, todavía se volvió más complejo.
En el blog de hoy desarrollamos cuatro historias a partir de una investigación realizada por un equipo del Departamento de Desarrollo Urbano y Vivienda, disponible aquí, sobre las barreras de acceso a la salud que afectan a comunidades migrantes en Colombia y Perú. Puedes navegar por estas trayectorias en nuestro relato interactivo, o continuar leyendo este blog.
Nelitza: excluida de la salud pública por falta de documentación
Nelitza estaba embarazada cuando se fue de Caracas, en 2019, y se estableció en Barranquilla, donde vive su tía María Teresa.
Aunque no tiene la ciudadanía colombiana, pudo dar a luz y hacer los controles del primer año de su hijo Boris en el hospital público.
Hace poco, Nelitza se cayó de su bicicleta y se lastimó la muñeca. En la guardia la vendaron pero, como no tiene el permiso legal, no la derivaron a un especialista.
¿Cómo mejorar el acceso a la salud de personas como Nelitza?
- Un primer obstáculo con el que se encuentran los migrantes es el legal: se les excluye de la salud pública por falta de documentación.
- Cerca del 55% de los migrantes venezolanos en Colombia y Perú carecen de estatus legal.
- Es necesario desligar el estatus legal del acceso a la salud y reforzar los mecanismos de veeduría sobre ese derecho.
José Luis: sin capacidad económica para permitirse el acceso a la salud
José Luis trabajaba como empleado de la construcción y nunca tenía tiempo para tramitar su permiso, pues de la paga diaria dependía su plato de comida.
Cuando se accidentó fue atendido en Urgencias pero, al carecer de permiso legal de residencia, no pudo hacer la rehabilitación necesaria. Sin jornal, tampoco tuvo capacidad económica como para pagar la clínica privada. Por suerte, un médico venezolano conocido le mandó por Whatsapp unos ejercicios para realizar en su casa.
Hoy está mejor, pero no ha vuelto a caminar bien, y subarrienda los cuartos de su casa para poder sobrevivir.
Cuando se accidentó fue atendido en Urgencias pero, al carecer de permiso legal de residencia, no pudo hacer la rehabilitación necesaria. Sin jornal, tampoco tuvo capacidad económica como para pagar la clínica privada. Por suerte, un médico venezolano conocido le mandó por Whatsapp unos ejercicios para realizar en su casa.
Hoy está mejor, pero no ha vuelto a caminar bien, y subarrienda los cuartos de su casa para poder sobrevivir.
¿Cómo mejorar el acceso a la salud de migrantes sin capacidad económica?
- El principal obstáculo por el cual los migrantes desisten de acceder al sistema de salud es el financiero.
- El 88% de los migrantes en Colombia tiene dificultades para cubrir sus gastos de salud y el 65% en Perú no es atendido por la falta de recursos económicos del migrante.
- Para proteger a todos y a todas, hay que impulsar el acceso a paquetes esenciales de servicios de salud para poblaciones migrantes.
David: desinformado y sin saber adónde acudir
David cruzó a Cúcuta justo antes de que cerraran la frontera, siguiendo los pasos de su novia Nelitza, que dio a luz al bebé de ambos en Barranquilla.
Para reunir el dinero necesario para el pasaje, trabaja para dos aplicaciones. El día que se despertó con fiebre se quedó en su cuarto. Cuando los síntomas empeoraron quiso ir al hospital, pero el dueño de la pensión le dijo: “Sin permiso no te atienden”.
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Para reunir el dinero necesario para el pasaje, trabaja para dos aplicaciones. El día que se despertó con fiebre se quedó en su cuarto. Cuando los síntomas empeoraron quiso ir al hospital, pero el dueño de la pensión le dijo: “Sin permiso no te atienden”.
Tres semanas más tarde, David se encuentra mejor. Pero perdió el olfato, el jornal de 20 días y una buena parte de su calificación en las apps.
¿Cómo mejorar el acceso a la salud de alguien que, como David, desconoce los requisitos burocráticos?
- La falta de conocimiento sobre los procedimientos, los recursos y derechos es un gran obstáculo para el acceso a la salud.
- El 93% de los migrantes que buscaron atención en Colombia señaló que los requisitos burocráticos son un problema y el 40% de los entrevistados en Perú indicó que no sabe qué documentos necesita para atenderse.
- Es necesario fomentar el conocimiento del sistema de salud para la población migrante y evitar las barreras relacionadas con su complejidad.
María Teresa: la importancia de la educación para agentes sanitarios
María Teresa vive desde hace cinco años en Soledad, en el área metropolitana de Barranquilla, donde trabaja como empleada doméstica.
Su patrona tuvo COVID y le recomendó testearse en un laboratorio cercano. Cuando llegó, a pesar de tener sus papeles en regla, la recepcionista se negó a darle turno.
A María Teresa ya le ha ocurrido otras veces. Hay miradas que dicen más que muchas palabras: no hace falta que le expliquen que es por ser migrante.
¿Qué hacer para que personas como María Teresa no vuelvan a vivir una situación similar?
- Al intentar acceder a servicios de salud, muchos migrantes sufren un trato hostil por su condición.
- El 53% de los participantes del estudio reportó haber sufrido discriminación en el sistema de salud.
- Para mejorar la equidad cultural y de género hay que proveer materiales de educación para los agentes sanitarios que interactúan con personas migrantes.
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