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Frecuentemente alcaldes y expertos de la gestión municipal en América Latina y el Caribe enfrentan una amplia gama de desafíos a la hora de buscar una ciudad sostenible, ya de por sí un camino arduo y complejo. La realidad demuestra que no existe la panacea para la sostenibilidad urbana, puesto que tanto la ciudad como sus partes interesadas presentan particularidades que las hacen únicas. Aun así, hay muchos conceptos fundamentales que se pueden seguir en el proceso y mucha inspiración para compartir y aprender cuando se trata de soluciones prácticas que han funcionado bien en otros contextos.
Gran parte de los actuales desafíos globales se deben principalmente a problemas subyacentes compartidos, como el exceso de demanda de recursos más allá de su disponibilidad presente y futura, la inaceptablemente alta contaminación del aire y del agua, la segregación social, la congestión del tráfico y la resistencia inadecuada al cambio climático. La actitud y visiones consistentes, la coherencia, la comunicación, la participación y los conceptos innovadores a menudo conducen a resultados inspiradores y, como es bien sabido, los grandes resultados no provienen necesariamente de proyectos costosos. Es exactamente en ese punto donde el intercambio de experiencias puede ser un elemento diferencial. La comprensión de los mecanismos y necesidades relacionadas con el ser humano, más allá de las especificaciones técnicas, puede significar la diferencia entre éxito o fracaso. Imagine cuántas páginas de metadatos se necesitarían para describir por completo todo el conocimiento humano detrás de un proyecto implementado con éxito. Incluso si se contara con esta información por escrito, aún se la tendría que adaptar al contexto de otra ciudad, para su implementación.
Que una ciudad se convierta en sostenible pasa necesariamente por la planificación, en el establecimiento de prioridades y las inversiones requeridas para lograrlo, implementadas paso a paso. Sin embargo, para garantizar proyectos con impacto significativo en la mitigación y/o adaptación al cambio climático, existen varias opciones de financiamiento disponibles. Como suele suceder, un proyecto bien formulado con una clara necesidad y visión, con un decidido compromiso municipal, con apoyo de las partes interesadas y algunos elementos de innovación lógicamente se destacará, tendrá más probabilidades de ganar la competencia.
Recuerde que los inversores y donantes también buscan que el proyecto logre resultados exitosos. En este contexto, suele ser frecuente que aparezcan dudas acerca de cómo puede una ciudad ser más sostenible o responder a un determinado conjunto de impactos del cambio climático. También nos preguntaremos dónde encontrar la información necesaria, cuánto costará crear soluciones a nuestros problemas urbanos y qué puede salir mal, dónde podemos ver si iniciativas similares ya están funcionando, con un historial comprobado de satisfacción de las partes interesadas. Asimismo, es relevante comprender cómo se puede adaptar una solución que haya funcionado en otro territorio a una nueva realidad geográfica y cultural, quizás hasta con intereses muy distintos de las partes interesadas. Finalmente, cabe preguntarnos de qué manera las inversiones en sostenibilidad y medidas de mitigación del cambio climático pueden ser rentables para la ciudad.
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— BID Ciudades Sostenibles (@BID_Ciudades) May 27, 2019
Es probable que muchas ciudades tengan preparadas diferentes proyecciones climáticas. Si tal fuera el caso, tendrán una idea mucho más clara sobre los detalles de a qué deberán adaptarse en las próximas décadas. Pero no siempre resulta fácil avanzar con un asunto que desde el principio se percibe como un desafío técnico relativamente simple, pero que luego resulta ser mucho más complejo y diverso.
Pongamos por ejemplo el caso de las inundaciones urbanas; podría parecer a simple vista un riesgo físico que sucede a consecuencia del cambio climático, pero habrá que comprender el fenómeno en toda su complejidad, desglosado por elementos específicos del problema: concientización, salud pública, ordenación del territorio, pólizas de seguros, gestión de desechos sólidos y líquidos, planificación de riesgos, planificación del ciclo de negocios, sistemas de alerta temprana, evacuación, recuperación y reconstrucción, entre otros. Por lo tanto, el problema deberá ser tratado desde la complejidad y en interacción entre los diferentes sectores municipales y las partes interesadas. Otro ejemplo. Si la ciudad está pensando en lograr un transporte masivo moderno y en crear condiciones amistosas para promover la cultura ciclista, se necesita una preparación mucho más rigurosa para arrancar con el proyecto, que simplemente limitarse a seguir una lista de verificación o contratar un consultor. Si el éxito es el criterio principal, la idea original debe concretarse alrededor de una visión fuerte que pueda ser compartida, discutida, desarrollada y profesionalmente adaptada a las diversas necesidades locales.
Evidentemente se puede encontrar mucha información en bases de datos –páginas web– y leyendo estudios con mejores prácticas, pero no hay nada mejor que tener la oportunidad de contactar a las personas directamente involucradas en dicha implementación, y así obtener información detallada necesarias para tomar las decisiones correctas. Así, se logrará un mayor grado de flexibilidad, necesaria para la adaptación de un concepto de proyecto a una configuración frecuentemente distinta.
El 25 de septiembre de 2015, los países del mundo adoptaron un conjunto de objetivos para erradicar la pobreza, proteger el planeta y garantizar la prosperidad de todos, como parte de una nueva agenda de desarrollo sostenible. Apenas dos meses después de la firma de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) 2015-2030, el Acuerdo de París, suscrito en la COP21 en diciembre de 2015 dio a los ODS una dimensión mucho más amplia, ya que los dos esfuerzos, de alguna manera, se vincularon intrínsecamente. Nordic Climate Solutions es la propuesta general para los cinco países nórdicos –Dinamarca, Suecia, Noruega, Finlandia e Islandia– que buscan cumplir con los 17 objetivos del SDG, que incluyen el desarrollo de ciudades y comunidades sostenibles, acción climática y soluciones de energía renovable, limpia y asequible. La cooperación nórdica presenta un modelo interesante, por lo comprehensivo y por la experiencia previa de estos países en el desarrollo de soluciones prácticas en temas de medio ambiente, energía y desarrollo de ciudades inteligentes.
Las inversiones en soluciones urbanas sostenibles de adaptación al cambio climático tienen el potencial de afectar la vida de una porción importante de la población mundial. En la actualidad, vemos muchas ciudades experimentando con nuevas formas de inversión de recursos en soluciones sostenibles, pero muchos de estos esfuerzos parecen tener dificultades para alcanzar un nivel satisfactorio de replicabilidad y ser escalables en la práctica, y así alcanzar un impacto significativo. Muchas ciudades se encuentran en etapas iniciales y están comenzando a dar los primeros pasos para realizar esfuerzos e inversiones en soluciones sostenibles.
Los países nórdicos a través del programa regional “Green to Scale” se han fijado como objetivo una considerable reducción en las emisiones globales (4,1 Gt de emisiones de CO2 para 2030) a través de la aplicación de 15 soluciones climáticas del modelo nórdico. De estas soluciones de mitigación, varias ya son factibles desde el punto de vista económico. El conjunto propuesto por Nordic Climate Solutions también incluye otras varias soluciones de adaptación y mitigación más sencillas para implementar en ciudades sostenibles. Prácticamente todas estas soluciones nos ilustran cómo resolver determinados problemas de una manera inteligente. Incluso la solución más inteligente necesita adaptación para adaptarse a un nuevo entorno, ya sea físico, geográfico, biológico, social, cultural o financiero.
Taller urbano: aprendiendo de la experiencia nórdica (Mayo 2019)
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De ciudades emergentes a ciudades sostenibles
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– Cuáles son los desafíos y dimensiones de las ciudades emergentes.
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david dice
Me gusta mucho la idea. El desarrollo sustentable desde las ciudades es fundamental por el alcance de su impacto. Pienso que discutir políticas y difundir ideas y desarrollos que hacen otros paises es muy util para que proyectos de ese tipo se desarrollen en Latinoamérica.
Yo escribo constantemente sobre el tema y me gustaria conocer más para compartir las ideas.