Las ciudades son el principal motor del desarrollo económico y social, tanto en América Latina y el Caribe como en todo el mundo. Actualmente, cien ciudades representan el 40% del producto interno bruto (PIB) mundial. La tendencia es que esta proporción continúe aumentando rápidamente, principalmente debido a un mejor desempeño de las ciudades medianas en China, India y América Latina. La urbanización también está asociada con la reducción de la pobreza, ya que conlleva mejoras en el acceso a la salud pública, a los servicios de educación y a los mercados laborales. Sin embargo, a pesar de contribuir al desarrollo económico y social, las ciudades tienen altos niveles de desigualdad en términos de acceso a servicios y oportunidades.
Son varios los colectivos sociales excluidos o con acceso limitado a los beneficios de vivir en ciudades, ya sea por su condición socioeconómica, por residir en áreas de movilidad reducida o por la existencia de un entorno urbano inadecuado y con una limitada oferta de servicios públicos. Entre estos grupos, se destacan las mujeres, las personas con discapacidad, los niños y niñas pequeños y los adultos mayores. En este contexto, las ciudades de América Latina y el Caribe se enfrentan actualmente al reto de desarrollar ciudades inclusivas: núcleos urbanos que promuevan el bienestar económico, social y ambiental de todos los ciudadanos. Para materializar esta aspiración es necesario que las ciudades adopten políticas urbanas que contribuyan a reducir disparidades de oportunidades entre hombres y mujeres de distintos grupos sociales, razas y etnicidades, y que promuevan el acceso a los servicios y beneficios ofrecidos adecuados a las necesidades de toda la población. Repasamos a continuación tres ejes con tres ejemplos a tener en cuenta para la promoción del hábitat y diseño urbano incluyente: género, infancia, ancianos, discapacidad.
Ciudades inclusivas: equidad de género
Las mujeres que residen en ciudades de América Latina y el Caribe cuentan con acceso a mejores niveles de ingresos que aquellas que residen en áreas rurales, pero aun por debajo del de los hombres residentes en áreas urbanas. La mayoría de los hogares urbanos de bajos ingresos en la región están encabezados por mujeres, quienes a menudo residen en barrios carentes de espacios públicos adecuados. Son varios los factores que llevan a que las mujeres tengan menor acceso a los beneficios de vivir en ciudades. Algunos de estos tienen su origen en la desigualdad en la compensación salarial entre hombres y mujeres, la cual promedia un 30% en la región.
Esta desigualdad cercena el acceso de las mujeres a los mercados formales laborales y de vivienda. Además, varios de los servicios de las ciudades, como los recorridos de transporte público, no atienden adecuadamente las necesidades de las mujeres que las habitan, particularmente en el caso de aquellas que realizan desplazamientos cotidianos múltiples para atender las tareas de cuidado del hogar, de los niños y ancianos. Por ejemplo, se estima que en América Latina y en el Caribe las mujeres gastan en promedio 3.3. veces más de tiempo que los hombres realizando trabajos de cuidado no remunerado. A esto se suma que la gran mayoría de las mujeres expresan sentirse inseguras en el transporte público. En el 2017, el 31% de las mujeres en América Latina se sentía segura para caminar durante la noche, contra el 45% de los hombres. Asimismo, las mujeres enfrentan desigualdades persistentes en el acceso a la gobernanza urbana: en los gobiernos locales, las mujeres representan menos del 10% de los alcaldes, y de las 300 ciudades más grandes del mundo, solamente 25 tenían alcaldesas en el año 2017.
Frente a este contexto, planificar las ciudades pensando en las mujeres proporciona una base sólida para hacerlas más inclusivas. La planificación urbana con enfoque de género no solo beneficia a las mujeres, sino que también ayuda a mejorar las condiciones de vida de personas de distintos grupos sociales que conviven en las ciudades. Por ejemplo, una ciudad que toma medidas para mejorar la movilidad y la seguridad de los peatones (tales como la pavimentación ampliada, la iluminación adecuada y la adopción del diseño universal) facilita la movilidad de las mujeres, quienes suelen hacer más desplazamientos a pie que los hombres, así como también de las personas con movilidad reducida y de los adultos mayores. Por ejemplo, en Sao Paulo, Brasil, las mujeres hicieron 8,8% más viajes a pie que los hombres en el año 2017.
Ciudades inclusivas: niños, niñas y jóvenes
Según el informe del Fondo de la Población de las Naciones Unidas en 2014, la población mundial aumentó un 50% en los últimos tres décadas. ¿El dato? la mitad de esa población es menor de 24 años: el 25% tiene entre 10 y 24 años y el 26% abarca menores de 10 años. Nunca el mundo ha tenido tanta población joven como ahora. En la región, si bien la tendencia al envejecimiento es visible en los países andinos y en el Cono Sur, los países del Caribe y América Central seguirán teniendo una proporción importante de jóvenes en su población hacia el 2050.
Los jóvenes y los niños se ven particularmente afectados por los altos niveles de desigualdad en términos de acceso a los beneficios urbanos. Por ejemplo, la tasa promedio de desempleo juvenil (entre 15 y 24 años de edad) en América Latina y el Caribe en las últimas dos décadas ha sido del 15%, es decir, tres veces más alta que la tasa promedio de desempleo entre adultos (de 25 a 64 años) en el mismo período. Otro problema enfrentado por los jóvenes es la inseguridad: un estudio encontró que el 40% de las niñas y mujeres jóvenes que viven en Ecuador y Nicaragua limita sus movimientos y evita tomar el transporte público por la noche si están solas.
Los niños y las niñas también representan una gran parte de los pobres urbanos que viven en condiciones de vivienda inadecuadas. En Argentina, por ejemplo, el 40% de las personas que habita en barrios informales tienen menos de 15 años (contra el 24,9% a nivel nacional). Entre los niños más pequeños, el 14% de los habitantes en los barrios informales en el país tiene entre 0 y 4 años, contra el 8.4% a nivel nacional. Estos datos son alarmantes considerando que las experiencias tempranas de los niños tienen un impacto duradero, por ejemplo, condicionando sus respuestas al estrés en el futuro y las probabilidades de permanecer en la escuela.
Ciudades inclusivas: personas con discapacidades
Estimaciones indican que 85 millones de personas en América Latina y el Caribe tienen algún tipo de discapacidad, lo que representaría alrededor del 13% de la población total en la región. La mayoría de las personas con discapacidad tienen discapacidades físicas, seguida de discapacidad visual. Se estima que el 80% de las personas con discapacidades están desempleadas, mientras que las que tienen trabajo reciben un salario insuficiente o no reciben compensación monetaria. Además, la mayoría de las personas con discapacidades tienen niveles educativos más bajos. Considerando que la mayoría de las ciudades de la región no tienen en cuenta las necesidades de movilidad de las personas con discapacidad, su independencia y acceso a puestos de trabajo se ve aún más limitada. Asimismo, es probable que la tendencia del envejecimiento demográfico aumente el número de hogares con personas con discapacidades adquiridas.
3 EJEMPLOS de hábitat y diseño urbano incluyente
- Iniciativa Bájale al Acoso en Quito, Ecuador: una encuesta realizada por el Sistema Metropolitano Público de Transporte en Quito en 2014 identificó que el 82% de las mujeres encuestadas aseguraba haber sido víctima de acoso sexual en el transporte público y el 91% en el espacio público. Desde ese año, las estrategias emprendidas por la Alcaldía de Quito para mejorar el servicio incluyeron una arista que no había sido tomada en cuenta en años anteriores: la de construir un transporte público con enfoque de género y libre de acoso sexual. Varias acciones de prevención se han implementado desde entonces, las cuales incluyeron capacitaciones y campañas educativas y de comunicación, tanto para hombres como mujeres, para reconocer la violencia de género. Desde el 2017, la Alcaldía viene ejecutando la estrategia de prevención “Bájale al Acoso” la cual promueve la solidaridad y convivencia entre los pasajeros, quienes pueden reportar casos de acoso enviando un mensaje de texto gratuito al 6367. Una vez recibido el mensaje de texto, un audio de respeto y convivencia se activa al interior de las unidades de transporte. En 22 meses de aplicación, más de 2.700 denuncias de acoso sexual fueron recibidas, 71 casos han sido canalizados hacia la Fiscalía y se ha logrado que 21 agresores sean sentenciados a prisión de entre 1 a 9 años. El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) hizo una medición y determinó que el 65% de usuarios transporte hoy conocen de esta estrategia y que el 98.7 % la consideran beneficiosa para la ciudad.
- Iniciativa Urban95 en Bogotá, Colombia: La fundación Bernard Van Leer creó a la iniciativa Urban95 con el fin de invitar a todos los actores involucrados en la planeación y gestión de ciudades a pensar sus territorios desde 95 centímetros de altura, que es la estatura promedio de un niño de 3 años. El piloto de Urban95 en la ciudad de Bogotá, en Colombia, llamado de “Crezco con mi barrio”, se implementó en la localidad de Ciudad Bolívar, UPZ San Francisco. En esta zona, que cuenta con varios equipamientos destinados a primera infancia, Urban95 busca generar conectividad entre los espacios públicos recreativos y los lugares de cuidado para los niños pequeños, al tiempo que busca consolidar el tejido social a partir del trabajo conjunto entre los líderes comunitarios y los cuidadores. Las intervenciones de Urban95 incluyeron mejoras de seguridad a lo largo de 1.5 km de cruces y rutas, pintura de calles temporales y señales de velocidad permanentes, y la modificación de dos espacios recreativos públicos mediante superficies más suaves y equipamientos para niños pequeños y en consulta con la comunidad. Luego de la intervención, se ha triplicado el número de niños jugando en la zona y ha aumento del 60 al 67 el porcentaje de vehículos que paran en los cruces de carreteras.
- Plaza de juegos inclusivo de Rosedale en Washington DC, Estados Unidos: La plaza de juegos de Rosedale es la primera plaza totalmente inclusiva en Washington D.C., la cual brinda a los niños de todas las capacidades la oportunidad de jugar y aprender juntos. Las rampas son suficientemente amplias para que dos sillas de ruedas puedan maniobrar al mismo tiempo y los juegos incluyen columpios accesibles para sillas de ruedas. El parque cuenta con un área sombreada donde los niños y sus cuidadores pueden descansar. El espacio de juegos se construyó como parte de la renovación completa del centro comunitario ubicado en Rosedale, que comenzó en el 2009 y se abrió al público en mayo de 2013.
A partir de la importancia de la planificación de ciudades incluyentes, la Red de Ciudades del BID organizó un taller durantes tres días con más de 30 mujeres líderes de América Latina y el Caribe en la gestión urbana local. El taller “Ciudades Incluyentes: Liderazgo Femenino en la Gestión Urbana”, desarrollado del 19 al 21 de junio del 2019 en la sede del BID, tuvo como propósito compartir experiencias y buenas prácticas a la hora de promover políticas urbanas inclusivas como así fomentar el liderazgo femenino para la transformación urbana.
Daniel Balarezo dice
Iniciativa en Japón:
https://www.youtube.com/watch?v=TVLYU34E5Fo