El desarrollo urbano del siglo XXI se enfrenta a una disyuntiva con la que las generaciones anteriores no pensaban con demasiada frecuencia: ¿Deben nuestras ciudades expandirse cada vez más para albergar a un número creciente de habitantes o, por el contrario, deben crecer preferiblemente hacia arriba para volverse cada vez más compactas y albergar a sus nuevos pobladores dentro de los mismos límites?
Los críticos del modelo expansionista señalan que el expandir la huella urbana supone un impacto económico y ambiental demasiado alto, ya que requiere invertir en infraestructura y acceso a servicios básicos como agua, alcantarillado y transporte colectivo, además de la deforestación que en muchas ocasiones supone el construir en terrenos recientemente urbanizados.
Por otra parte los críticos de la densificación urbana apuntan hacia el hacinamiento, el congestión del tránsito y el encarecimiento de la vivienda y la propiedad raíz en general como consecuencia de centros urbanos limitados a fronteras rígidas.
Pero ambos modelos presentan pros y contras, como lo explican nuestros expertos Andrés Blanco y Diego Arcia en este video.
¿Y usted qué piensa? Utilice nuestra sección de comentarios para sumarse a éste, uno de los más intensos del urbanismo del siglo XXI.
Mauricio De Lille dice
Pienso que para la operacion real de la mezcla de politica de expansion o densificacion urbana, se requieren instrumentos como los derechos transferbles de desarrollo y pago por servicios ecosistemicos. Esto dentro de un marco de ordenamiento territorial integral a nivel cuenca cuando sea posible. Lo anterior permite la redistribucion mas equitativa de los costos y beneficios del desarrollo y la conservacion entre los habitantes de la ciudad y apuntala su sostenibilidad.
Bruno mejia dice
Hay alguna herramienta que permita hacer un assestement a una ciudad de manera que sea una guía para un gobernante? Yo creó que en Colombia el urbanizador esta desconectado de la proyección de largo plazo, llevando a las ciudades al caos.
Liliana Fernández dice
Este tipo de disyuntiva no debe leerse a través de un solo lente…el problema no atañe sólo a lo urbano…sino al resto del territorio como parte de un todo, es decir, a lo rural incluyendo las áreas de producción de alimentos, de servicios ambientales o ecosistémicos como también, a las áreas naturales. Por supuesto que es una política de estado que debe ser pensada, evaluada y decisidida en un marco técnico científico, pero también consensuado con la población o más bien…con la sociedad toda.
En la Provincia de Mendoza (Argentina) el clima es árido, y nuestra vida y desarrollo depende principalmente de los deshielos de la Cordillera de Los Andes, por ello, nuestros pueblos y ciudades están concentrados en oasis. Hoy se están expandiendo hacia los bordes de esos oasis, perjudicando las zonas agrícolas y cambiando el uso del suelo por urbano, para el asentamiento de barrios privados y cerrados. Por nuestras características geográficas no debemos permitir que la ciudad se extienda, sino que adquiera el modelo compacto, brindando mejores condiciones de vida a la población que quiere vivir en los lugares centrales. Y por otro lado, protegiendo las áreas periurbanas o de cinturones verdes. En esta tarea, nos encontramos hoy los mendocinos.