Cinco años parecen muchos más en Ayiti (Haití en creole haitiano). Y tomará mucho más que eso para llevar a esta nación caribeña a los niveles que tenía en la mañana del 12 de enero de 2010, cuando el peor desastre natural, de su historia moderna, asoló su capital, la que albergaba 3 de los 10.2 millones de haitianos.
El camino a la recuperación será largo, pero un lustro después, proyectos como el del Parque Industrial Caracol (PIC), en el Norte del país, han comenzado la tarea de reconstruir no el Haití de 2010 sino el Haití del futuro.
La descentralización del país es una de las apuestas del nuevo modelo de desarrollo para Haití. Reconstruir el país con una visión a largo plazo va más allá de resolver los problemas más urgentes del país sino que incluye pensar en las inversiones que pondrán al país en el camino de su crecimiento económico viable.
El PIC representa una oportunidad para abrir camino a una nueva base industrial y urbana de Haití dentro de un contexto de sostenibilidad ambiental. La prioridad de las autoridades es contribuir a la descentralización del país, fomentando el crecimiento económico por medio de la generación de puestos de trabajo en nuevas zonas del país para aminorar la vulnerabilidad económica y la presión de la alta concentración en la capital del país. De acuerdo a estimaciones del año 2012, Haití tiene una población de 10,2 millones, de los cuales 3 millones viven en la zona metropolitana de Puerto Príncipe y 1, 8 millones viven en los departamentos Norte y Noreste del país.
Este modelo busca mejorar una de las zonas más pobres del país e incentivar la inversión privada con el fin de incrementar la manufactura y la capacidad de exportación del país.
Tratándose de la estrategia urbana, las ciudades y la vivienda sostenible en Haití solo serán viables en el futuro si se crean las condiciones para que estas sean exitosas.
Bajo este enfoque se espera enfrentar uno de los enormes desafíos del país: uno de los problemas cruciales que afronta el país es un desempleo de 40,6 por ciento estimado en 2010 y el 71 por ciento de la población con ingresos menores a US$2 por día.
Un nuevo compromiso con Haití
En el mes de diciembre pasado, el BID anunció una donación no reembolsable de $55 millones como parte de la cuarta etapa del PIC. Las tres etapas anteriores han contribuido a la creación de casi 5,000 empleos. Los $55 millones de esta operación apoyarán a mediano plazo el fortalecimiento de la base económica e institucional del Parque Industrial Caracol para que con el apoyo del Banco, esta pueda seguir siendo una intervención sostenible financiera y ambientalmente.
Así entonces, a cinco años del terremoto, Haití ha comenzado con ayuda de la comunidad internacional a trazar los rasgos de un nuevo modelo de desarrollo que capitalice las lecciones de uno de los momentos más amargos de su historia.
El camino es largo todavía, pero al menos los primeros pasos están trazados. Como dice el proverbio haitiano “Piti piti na rive” que quiere decir poco a poco vamos llegando.
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