En América Latina y el Caribe se generan 231 millones toneladas de Residuos Sólidos Municipales (RSM) al año. Esto equivale a 0.99 kilos por persona por día. De esos residuos, sólo reciclamos menos del 5%. En nuestra región, la recolección y clasificación del material reciclable es realizada principalmente por recicladores de base, conocidos como pepenadores, buzos o catadores, entre otros. Se estima que 2 millones de personas trabajan en esta actividad, siendo responsables de hasta 50% de la recuperación del material reciclado en la región.
A 15 años del Primer Encuentro Mundial de Recicladores, la plataforma Latitud R celebró el Día Mundial del Reciclador en el evento Oportunidades y Desafíos del Reciclaje Inclusivo en América Latina y el Caribe (ALC), donde se discutieron los avances y desafíos en materia de reciclaje. Si estás interesado en conocer más, puedes encontrar la sesión aquí.
En el evento —que celebró la actividad de los recicladores— se destacó cómo la narrativa está cambiando. Históricamente los recicladores eran vistos como un problema a resolver o, incluso, a eliminar. Actualmente, siempre con matices según el país o ciudad, los recicladores de base son crecientemente vistos como parte de la solución al desafío de gestión de RSM y como actores clave de la transición hacia una región más circular.
Reconociendo el valor del reciclador
Gran parte de las regulaciones y políticas relacionadas con la gestión de RSM contemplan y anticipan la posibilidad de contratar a recicladores, integrarlos en los sistemas de gestión de RSM y reconocer el servicio ambiental que prestan.
Misma dinámica se observa en el sector privado. Cada día más empresas consideran al reciclador como un socio a la hora de recuperar materiales. Estos avances son, en parte, resultado de los crecientes niveles de organización y profesionalización de los recicladores, algo que igualmente debe seguir fomentándose en el sector, ya que actualmente sólo 10% de los mismos forma parte de algún tipo de cooperativa u organización.
Desafíos del reciclaje inclusivo
A pesar de los avances en materia de narrativa y políticas públicas, todavía hay desafíos importantes por enfrentar. Hay que avanzar en el reconocimiento de los recicladores como parte de la solución. A la hora de incrementar los niveles de separación y reciclaje, es difícil pensar en un mejor promotor ambiental que el reciclador.
El costo del reciclaje es más alto que la disposición final de residuos, lo que lo hace que su viabilidad financiera como actividad siempre esté en el límite. Las variaciones en el precio de los materiales, atado al precio de ciertas materias primas, genera poca previsibilidad e incrementa los riesgos de inversión. La región todavía no ha desarrollado una arquitectura financiera que brinde previsibilidad a la actividad ni permita actuar de manera contra-cíclica.
Existen ejemplos positivos a seguir. En el Estado de Minas Gerais, Brasil, se logró integrar a los recicladores de base en el sistema de RSM, generando impactos sociales y económicos positivos, a través de la implementación de un pago por servicios ambientales denominado “Bolsa Reciclagem”.
La plataforma Latitud R ha jugado un rol clave en la implementación de marcos normativos de reciclaje inclusivo y en la organización, capacitación, y profesionalización de los recicladores de base.
En los próximos años, Latitud R seguirá cumpliendo ese rol para que la región transite hacia la economía circular de manera inclusiva. Y de esta manera, hacer de los recicladores uno de los actores clave de esa transición.
Sobre Latitud R
Latitud R es una plataforma cuyo propósito es contribuir al desarrollo de sistemas de reciclaje inclusivo con sostenibilidad económica, social y ambiental en todo el continente, aportando a la formalización y mejora de condiciones de los recicladores de base, y al desarrollo de la Economía Circular en la América Latina y el Caribe.
Esta colaboración es la evolución de la Iniciativa Regional para el Reciclaje Inclusivo (IRR), que fue creada en 2011 por la División de Agua y Saneamiento del Banco Interamericano de Desarrollo, BID LAB, Coca-Cola Latinoamérica, PepsiCo Latinoamérica, la Red Latinoamericana y del Caribe de Recicladores y Fundación Avina, a los que en 2020 se sumó la empresa Dow Chemical y en 2021 Nestlé.
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