En un post anterior vimos como la Economía Digital ha generado nuevos espacios y oportunidades para el crecimiento económico, veamos ahora el rol de los gobiernos en cultivarlos para el desarrollo.
En general, creemos que los gobiernos tienen un rol dual que cumplir. El primero es el de habilitar un entorno favorable para que tanto ciudadanos como empresas puedan aprovechar al máximo y de manera inclusiva las oportunidades que la economía digital presenta. El segundo es el de apalancar estas nuevas tendencias para poder innovar y mejorar la prestación de servicios públicos.
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El Gobierno como Habilitador e Impulsor de la Economía Digital
De acuerdo al Banco Mundial, existen tres “complementos analógicos” que los gobiernos deben poner en marcha para poder aprovechar al máximo los beneficios que la economía digital ofrece, a saber:
- Un marco de competencia efectivo para mercados digitales. Se debe crear un entorno habilitador que permita a las empresas usar tecnologías digitales para competir e innovar. Se debe mantener un equilibrio: por un lado, la falta de reglas claras puede generar prácticas anticompetitivas por parte de jugadordigitaes establecidos, frenando el surgimiento de nuevos emprendimientos digitales; por otro lado, una regulación excesiva puede crear barreras para el surgimiento de nuevos modelos de negocio, inhibiendo la innovación y reduciendo la competencia efectiva.
- Mecanismos de rendición de cuentas por parte del gobierno. Los gobiernos deben usar tecnologías digitales para empoderar a sus ciudadanos y brindar mejores servicios. De esta manera, los ciudadanos pueden usar esas mismas tecnologías para apoyar en la mejora de la prestación de servicios públicos y exigir instituciones transparentes, que no excedan sus funcionen y rindan cuentas.
- La generación de habilidades digitales en la población. Con todos los beneficios potenciales de la tecnología, pocos podrán ser apropiados por países que no cuentan con capital humano que posean las habilidades necesarias. Estas habilidades digitales no incluyen únicamente aquellas directamente relacionadas a tecnología (alfabetización digital o programación, por ejemplo) sino también las llamadas “habilidades del siglo XXI”: pensamiento crítico, creatividad, solución de problemas, colaboración, etc.
La falta de estos “complementos” no solo frena el crecimiento económico, sino que también puede terminar generando mayor desigualdad y potenciales abusos de poder.
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El Gobierno como Innovador en el marco de la Economía Digital
Por otro lado, los gobiernos también podrían apoyarse en estas mismas tendencias para innovar en la prestación de servicios públicos. Sin embargo, esto requiere a su vez de mecanismos no tradicionales para el diseño de servicios, identificando y abriendo espacios en los que el gobierno pueda fungir como “conector” o “nodo” para la innovación y el emprendimiento en colaboración con ciudadanos y sector privado.
En este sentido, los gobiernos podrían convertirse en plataformas para la innovación, sobre las cuales se podrían construir nuevas asociaciones con el sector privado y/o apoyarse en usuarios comprometidos con la mejora en la prestación de servicios públicos.
Fig. 1 – Espacios Creados por la Economía Digital
El rol del Gobierno como plataforma se beneficia también de la introducción de los “complementos analógicos” descritos arriba. Por ejemplo, los ciudadanos y el sector privado aumentarán su colaboración con el gobierno si éste introduce mecanismos de rendición de cuentas y transparencia que permitan una relación abierta entre los distintos actores. Por otro lado, a fin de diseñar e implementar prácticas innovadoras, se requiere de capital humano capacitado y empresas competitivas en mercados digitales. En un próximo post veremos algunas herramientas y prácticas para la innovación.
Pablo dice
El Gobierno abierto la mejor estratégia contra la corrupción y transparencia.
Santiago Garcia Devis dice
Arturo, gracias por estos dos artículos sobre la economía digital y el doble rol del gobierno dentro de ésta. De forma complementaria a lo mencionado, hay una oportunidad de realizar innovaciones disruptivas en el gobierno.
Asi como en la economía se habilitaron nuevos modelos de negocio gracias a la tecnología, la información y la evolución de los papeles de productor/consumidor, los gobiernos tienen la misma oportunidad para ir más allá de un gobierno habilitante e innovador (incremental) en servicios, eficiencia y transparencia.
Las tecnologías digitales inicialmente impactaron el gobierno a través de la tendencia del gobierno electrónico (una automatización del gobierno convencional), ahora se habla del gobierno digital como la evolución del anterior, modificando el papel ciudadano/Estado hacia un entorno de co-creación (similar a lo sucedido en la economía digital).
No obstante, allí no acaba el potencial de innovación, pues al igual que en la economía, desde el gobierno se pueden desarrollar productos y servicios que antes no eran posibles dado el marco tecnológico disponible.
Por ejemplo, con la analítica avanzada de datos y con la inteligencia artificial, es factible hacer disrupción en la forma en la que trabaja el Estado, pasando de ser uno que responde a las solicitudes de los ciudadanos, a uno que se anticipa a resolver sus requerimientos. Cambios como estos, requerirán también de un arreglo normativo e institucional, tal y como lo requieren modelos de negocio como Airbnb, Uber, Netflix y similares.