La seguridad vial es una problemática central en América Latina y, particularmente, en Argentina donde casi 4 mil personas fallecieron por esta causa en 2022[1]. Lamentablemente, para esta cuestión no existen soluciones genéricas y universales que garanticen disminuir el número de defunciones y traumatismos graves, en línea con los compromisos asumidos en el Plan Mundial del Decenio de Acción para la Seguridad Vial. El carácter multifacético del problema y la compleja red de interrelaciones entre diversas dimensiones (seguridad, salud, tránsito, transporte, desarrollo urbano, obras públicas, entre otras), exige un trabajo conjunto y coordinado entre muchos actores, organismos y niveles gubernamentales que conforman el estado.
En particular, la seguridad vial en entornos urbanos es de gran relevancia y complejidad. Casi la mitad de los siniestros con víctimas fatales suceden en entornos urbanos, pero las causas o factores principales que inciden sobre ellos difieren sensiblemente dependiendo de las características y funcionamiento de las ciudades (tamaño, red vial, uso y modos de transporte, reglamentaciones, etc.). Además, no todos los gobiernos municipales, que en general son los responsables de gestionar la seguridad vial, cuentan con los recursos técnicos, humanos y materiales para hacer frente a este desafío.
Con esto en mente, se ha desarrollado una guía destinada a gobiernos locales para enfrentar esta problemática en forma integral y práctica siguiendo el Enfoque de los Sistemas Seguros Integrados, desde el diagnóstico inicial hasta la estructuración del Plan de Seguridad Vial Municipal que incluya políticas públicas y herramientas para lograr el objetivo de disminuir las muertes y heridos graves en la ciudad.
La publicación Seguridad Vial Urbana está estructurada en 4 capítulos que van profundizando en los conceptos y acciones necesarios para este fin. Inicia con el capítulo 1 que hace un recorrido sobre la seguridad vial, su historia y presente, con elementos y estadísticas para pensar y comunicar su relevancia, con una fuerte vinculación a la movilidad y la planificación urbana sostenible. El capítulo 2 se avanza con los conceptos fundamentales para aprehender y dominar a nivel teórico los determinantes de los siniestros viales que producen fallecimientos y heridos, para poder intervenir eficazmente sobre ellos. Acá se presentan los Sistemas Seguros Integrados, el rol clave de la Velocidad en la seguridad Vial, la descripción y clasificación de los usuarios y las vías públicas, y la importancia de la Gestión de Riesgos.
El capítulo 3 se ahonda en el proceso de elaboración de un Plan de Seguridad Vial Municipal, sin una fórmula con pasos a seguir acríticamente, sino que brinda las guías principales para que la confección de este plan se ajuste a cada ciudad, a sus características, a cómo los procesos abordados en la segunda parte se dan localmente, identificándolos correctamente y a partir de ese diagnóstico buscar cuáles son las intervenciones que tendrán el mayor impacto real. Recién entonces esta guía brinda en su cuarta y última parte un conjunto de fichas sobre intervenciones concretas, que deberían aplicarse de manera conjunta e integral, en sintonía con las ideas elaboradas a lo largo de las etapas previas. Estas fichas recogen recomendaciones en publicaciones de gran reconocimiento internacional y se encuentran adaptadas al contexto local argentino, especialmente para ciudades pequeñas y medianas.
Por último, la guía busca recalcar la importancia de un abordaje del problema basado en evidencia. Más allá de toda falencia o sesgo de la construcción de cualquier estadística, sólo se puede transformar aquello que se puede medir. De otro modo no se sabrá si se transforma lo que realmente se quiere modificar, en qué sentido y con qué velocidad. Al igual que la naturaleza del fenómeno que produce los hechos de inseguridad vial, la construcción del dato que lo refleja es también compleja, involucra a diferentes agencias y niveles de gobierno. Definir, a partir de un objetivo concreto, una meta a partir de una línea de base, es lo que permitirá ir ajustando las intervenciones y políticas, retroalimentando el plan formulado que se irá enriqueciendo con los conocimientos ganados con la experiencia.
Esperamos que esta guía, que elaboramos en conjunto entre la División Transporte y la Agencia Nacional de Seguridad Vial de Argentina, permita apoyar a la estrategia del BID en materia de Seguridad Vial y sea de gran utilidad para los gobiernos municipales y regionales de Argentina.
Agradecemos al equipo de El Gato y La Caja que acompañaron y guiaron el proceso de escritura y edición del documento, y a los funcionarios y académicos que retroalimentaron el proceso con sus experiencias y opiniones.
Autores externos
- Cristian Moleres es Ingeniero Civil y Magíster en Política y Planificación del Transporte. Se desempeña como consultor para proyectos y estudios de movilidad y transporte en el Banco Interamericano de Desarrollo. Además, es secretario del Departamento de Transporte de la Facultad de Ingeniería de la UBA, donde también desarrolla tareas como investigador y docente de grado y posgrado. Previamente, trabajó como consultor vial y de transporte en diversas entidades públicas y privadas.
- Felipe Gonzalez es Sociólogo y Master en Ciencias Urbanas Aplicadas e Informática, y Master en Generación y Análisis de Información Estadística. Se desempeña como cientista de datos urbanos especializado en movilidad sostenible y transporte público. Ha trabajado en la industria y para diferentes agencias públicas en la utilización de evidencia para sustentar políticas públicas.
- Juan del Valle es Ingeniero Civil y especialista en Seguridad Vial con enfoque en Sistemas Seguros Integrados, Movilidad y Diseño Vial. Se desempeña como consultor en Seguridad Vial y Movilidad, con 20 años de experiencia tanto en el ámbito público como en el privado, con participación en todas las etapas del proceso de obras de infraestructura desde el planeamiento y diseño hasta la construcción y control de ejecución.
[1] El promedio entre 2010 y 2019 se ubicó por encima de las 5 mil (ANSV, 2023)
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