Isabela tiene 20 años, vive en las afueras de Caracas y estudia y trabaja para mantenerse. Antes del COVID-19, se dirigía a la parada de autobús a las 4 am para llegar a tiempo a su primera clase de la universidad. Al no tener acceso a medios de transporte privados, su trayecto lo percibe como peligroso, la calle usualmente no tiene alumbrado y se encuentra a oscuras, hay muy pocos usuarios, principalmente hombres, apenas mujeres, y no hay ningún tipo de vigilancia (pública o privada).
Cuando la movilidad nocturna es un riesgo, quedarte es la opción
Para las mujeres, el espacio público de noche es asociado con el peligro constante de sufrir agresiones sexuales, acoso o cualquier otro tipo de crimen. Por un lado, las historias de terceros y nuestras propias vivencias refuerzan esta conducta y nos ayudan a generar mapas mentales que dividen las zonas donde podemos y no estar según una dimensión espacial y temporal [1]. Por otro lado, estar en la calle de noche es generalmente considerado como “impropio” de las mujeres e “inseguro” [2]. La percepción pública en contra de las víctimas también ayuda a reforzar estos patrones.
Transitar en un espacio sin iluminación con baja afluencia de personas (o mayoritariamente hombres), como lo hace Isabela, muchas veces no es una opción. El miedo a ser víctimas parecer ser el mecanismo más efectivo para restringir las decisiones de las mujeres en términos de movilidad y oportunidades. Sobre esto último, en Bogotá, 40% de las mujeres que declara haberse sentido insegura usando el transporte público, ha decido al menos una vez no tomarlo [3]. Otras estrategias como modificar la ruta de viaje, cambiar las horas, viajar acompañada o vestirse diferente son usuales para generar mayor seguridad o pasar desapercibida.
Proporción de viajes iniciados de noche (entre 6pm a 6am) según género
Los resultados de las encuestas de movilidad en la región muestran las grandes limitaciones que tienen las mujeres para desenvolverse en la vida nocturna. Entre las 6 pm a las 6 am, las mujeres en América Latina realizan en promedio 16% menos viajes que los hombres. Estas diferencias resultan aún más dramáticas en países como Argentina y México; donde la cantidad de viajes de mujeres de noche es un 25% y 35% menor en comparación a la de los hombres, respectivamente. En términos de viajes con motivo de trabajo, en promedio, las mujeres realizan 51% menos viajes; lo que representa alrededor de 2 millones menos de empleos para mujeres en los seis países estudiados. Adicionalmente, viajes con motivo de disfrute y ocio son igualmente reducidos con una diferencia entre hombres y mujeres de 12% menos.
Diferencia porcentual entre viajes de hombres y mujeres de noche según motivo
Mientras en el día las mujeres realizan una mayor cantidad de viajes, normalmente por sus roles de cuidado y viajes de tipo encadenado, los hombres dominan el espectro de la noche. Así, estás diferencias en el número de viajes según el especto temporal resultan significativas en todos países estudiados. Además, la pertenencia del espacio de los hombres de noche se incrementa y alcanza un pico durante las 3 am y las 5 am.
Proporción de viajes nocturnos según género y hora de inicio
Todxs sufrimos los riesgos
El riesgo está presente también para las mujeres que viajan de noche; esto produce un estado de ansiedad y una sensación de peligro en el espacio público. Así, una joven afirma que: “Tienes que estar alerta por la noche. Quiero decir, siempre estoy alerta, soy como un radar en la noche, el menor ruido y lo oiré” [1, pp. 387].
A pesar del miedo de las mujeres, es difícil conocer la situación actual de violencia contra la mujer. Los datos de acoso y violencia en la región son escasos y difíciles de recolectar, especialmente durante el horario nocturno. Los resultados del Transport Gender Lab del BID en un estudio en el Área Metropolitana de Guadalajara dan luces de la situación; las mujeres señalan que los horarios más frecuentes para acosos y agresiones suceden en la noche, en un pico entre las 8:00 pm y 11:00 pm. Además, la violencia contra la mujer es un fenómeno que traspasa fronteras sin importar el horario. En este sentido, UNWOMEN señala que en Ciudad de México 96% de las mujeres han sido víctimas de violencia, mientras que el Ciudad de Guatemala el 100% declararon haber sido víctimas de acoso [3].
Resulta importante resaltar que garantizar la movilidad plena de las mujeres es un mecanismo para asegurar la toma de oportunidades en ámbitos académicos, profesionales y sociales. Las actuales restricciones de movilidad para las mujeres son un obstáculo para lograr los avances necesarios en materia de igualdad de género, especialmente en el mercado laboral. De esta manera, se hace necesario en invertir en estrategias que ayuden a las mujeres en sentirse seguras en el espacio público. Será necesario recolectar datos de movilidad con perspectiva de género; atender el acoso y la violencia en el espacio público; y, sobre todo, desarrollar infraestructura con enfoque de género que asegure seguridad, confianza y accesibilidad para las mujeres.
Debemos seguir trabajando por un futuro donde todxs podamos desplazarnos libremente cuando así lo deseamos.
[1] G. Valentine, «The Geography of Women’s Fear», The Royal Geographical Society (with the Institute of British Geographers), 1989.
[2] R. Patel, «Working the Night Shift Gender and the Global Economy», ACME, vol. 5, n° 1, 2006, pp. 9 – 27.
[3] ONU Mujeres, «Programa Ciudades y Espacios Públicos Seguros para Mujeres y Niñas en América Latina: Informe de Resultados», Panamá, 2020.
Autora Invitada
Desireé Becerra
Desireé es consultora externa de género y transporte para el Transport Gender Lab del Banco Interamericano de Desarrollo. Es economista con maestría en Gerencia Pública del Instituto de Estudios Superiores en Administración (IESA) y de Desarrollo Económico Local en el London School of Economics. Ha sido galardonada con diversos reconocimientos académicos y becas internacionales, incluyendo la Chevening Scholarship y la Beca del Fortalecimiento para la Función Pública de la Fundación Botín. Durante su trayectoria profesional se ha desempeñado en el sector público, no-gubernamental y en la banca multilateral en áreas vinculadas a gobierno local, gerencia de proyectos e infraestructura. Sus intereses actuales están orientados en incorporar la perspectiva de género en investigaciones de infraestructura y mercado laborales.
María Sánchez Patiño dice
El artículo ilustra de manera clara y sustentada la situación de indefensión que experimenta la mujer latinoamericana en un área necesaria para su vida personal y académica. Este problema tiene raíces sociales profundas y requiere un trabajo educativo constante y bien diseñado. Nosotras lo merecemos.