Carlosfelipe Pardo es psicólogo y urbanista de London School of Economics, es Director Ejecutivo de Despacio y autor de las fotos de este post.
La idea de montar a un coro grandote en un bus no es realmente mía. Es una copia de una idea que vi en el flashmob de Copenhague donde metieron a una banda entera (instrumentos y todo) a tocar una canción de Peer Gynt. En vez de describirlo, les invito a que lo vean:
Después de verlo allá por el 2012, lo compartí con el resto de Despacio y nos dijimos “listo, esto toca hacerlo, pero con algunas adaptaciones”. Decidimos hacerlo en TransMilenio (el BRT de Bogotá) y no en un metro como en Copenhague (básicamente porque Bogotá no tiene metro, a pesar de tener ya 8 estudios distintos sobre cómo sería ese metro). Definimos hacerlo con un coro – porque meter un contrabajo, un violín y una flauta traversa en TransMilenio es, ¿cómo decirlo?, poco viable.
Preferimos hacerlo con un coro y con una canción de música clásica, en lugar de hacerlo una solapersona y con otro tipo de música. Lo quisimos así porque ya en TransMilenio había mucho de esto. Para planear el flashmob, tuvimos que recurrir a tres coros distintos. El primero nos dijo que prefería no hacerlo porque pensaban que iban a ser arrestados. El segundo nos quería cobrar. Y el tercero, el maravilloso coro de cámara de la Universidad Javeriana, aceptó hacerlo y lo realizó como un examen parcial de los estudiantes de música. Afortunadamente, tuvimos apoyo de productores de cine y tele, de camarógrafos profesionales que fueron voluntarios para este ejercicio y que incluso editaron el video con un experto en sonido que mezcló el producto final. Este fue el resultado:
Todos nos felicitaron, alcanzamos 100.000 visitas en dos días, el video se publicó en varios medios de comunicación y hasta algunos pidieron que les hiciéramos otro para sus empresas (obviamente rechazamos la invitación). Sin embargo, lo más importante de haberlo realizado es que pudimos resaltar varias cosas positivas de andar en transporte público.
El transporte público es eso: un lugar donde todos están con todos. De hecho, el primer sistema de transporte público del mundo (en París) se llamó omnibus porque esa palabra quiere decir “para todos”.
La importancia del transporte público es que permite que la gente se comunique (de manera verbal y no verbal) y que tengamos la oportunidad de conocer y comprender a los demás ciudadanos. Totalmente opuesta a la situación de un viaje en automóvil, donde hay una introspección hacia uno mismo y lo único que importa es mi viaje, mi espacio y mi música.
Con el flashmob presentamos una situación donde la gente tenía un viaje común, un espacio compartido y una música para todos. Además de que una ciudad y su espacio urbano (así sea dentro de un bus) puede prestarse para situaciones totalmente inesperadas y positivas.
Creo que el gran éxito fue que no presentamos la situación típica de un bus con 8 personas por metro cuadrado donde hay un robo, o un manoseo, o algo así. Que aunque son problemas graves que deben afrontarse, quisimos mostrar otra situación alterna donde el mismo espacio era escenario para algo positivo.
Pudimos demostrar que un viaje es una oportunidad para aprender, para divertirse o para hacer algo que uno no se esperaría. Cuando una persona está en un autobús, piensa que lo único que puede, o debe hacer es poner pausa a su vida y esperar a que continúe cuando se abran las puertas. Como máximo, la persona intentaría leer algo y la situación más frecuente es leer los últimos tweets, los últimos updates de sus “amigos” en Facebook (mientras oyen cualquier música, sin prestarle mucha atención ni a lo uno ni a lo otro).
Un viaje de 20-30 minutos se presta a situaciones mucho más satisfactorias como las de leer un libro o escuchar con atención buena música. Pocas personas se dan cuenta de que ese lugar donde supuestamente estamos solos, esperando nuestra próxima etapa del día tiene varias opciones de actividad significativa. Y pocas personas han investigado lo significativo que puede ser una experiencia de viaje (un ejemplo es este artículo que habla de la relevancia del mindfulness durante un viaje).
Creo que todo esto es importante para mostrar que la promoción del transporte sostenible no es solamente una idea de los nerds de la eficiencia del espacio urbano, el ambientalismo y del cambio climático, sino que también tiene relevancia para la experiencia vital de cualquier persona. Y con esta experiencia, logramos mejorar la forma en cómo nos aproximamos a la ciudadanía y a explicarles por qué nos da por cantar en el transporte público.
Este es el tercer post de la Serie Humanizando el transporte.
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liliana dice
Buenísima la idea , podrían volverlo a hacer en otro lugar , es increíble la alegría que se produce con algo tan inusual, todo el mundo necesita momentos de estos .
Noruega en Argentina dice
Me encanta! Hermoso! Que bueno que el tercer coro dijo que si. 🙂