Frente al incremento de los costos de vida, y de los combustibles fósiles, la motocicleta se presenta como una opción de bajo costo y con menor consumo cuando se compara con el automóvil, o como una opción con mayor agilidad o comodidad frente al sistema de transporte público, muchas veces deficiente en términos de cobertura y calidad. No obstante, estas aparentes ventajas quedan eclipsadas cuando se consideran las estadísticas en cuanto a la seguridad de sus usuarios. Analicemos en detalle algunos datos de esta problemática en Paraguay.
De acuerdo con el informe del 2021 de la Agencia Nacional de Tránsito y Seguridad Vial (ANTSV), las motocicletas abarcan el 36% del parque automotor. Sin embargo, los motociclistas constituyen alrededor del 55% de los fallecidos en siniestros viales. De igual manera, cuando echamos una mirada al número total de lesionados a causa de siniestros viales, el 75% está compuesto por ocupantes de motocicleta. De acuerdo al informe, entre los años 2009 y 2019, los fallecimientos a causa de siniestros viales en motocicleta se incrementaron en un 48%.
De acuerdo con datos del Hospital de Trauma, principal centro de Traumas en Paraguay, se estima que el estado paraguayo gasta US$50.000 dólares por cada motociclista siniestrado grave. En un informe elevado al Congreso paraguayo en el año 2016, se estimaba que el costo anual de atención a las víctimas de siniestros viales ascendía a 37 millones de dólares.
Parte de los altos números observados pueden atribuirse a la carencia del uso de equipamiento adecuado. De acuerdo con un estudio del comportamiento vial de la población paraguaya, el 74% de los motociclistas no utiliza casco, por lo que se torna vital el fomento y control de su utilización de forma a mitigar las altas tasas de fallecidos y lesionados. Dentro de las iniciativas para revertir esta situación, se llevó a cabo el proyecto denominado “Cascos seguros y asequibles”, impulsado por la ANTSV, el Touring de Automóvil Club Paraguayo y la Federación Internacional del Automóvil (FIA) y el Banco Interamericano de Desarrollo, con fondos del programa de subvenciones FIA Road Safety Grants Programme.
El objetivo principal del proyecto consistió en la concientización acerca de la seguridad con énfasis en la correcta utilización de cascos, mediante la distribución de 1776 cascos certificados[1], provenientes de una donación gestionada a través de FIA, capacitaciones en manejo defensivo, normas de tránsito y primeros auxilios. A su vez, el proyecto desarrolló encuestas para caracterizar demográfica y socioeconómicamente a los beneficiarios y analizar el comportamiento vial de estos. También se recolectaron los cascos antiguos de los beneficiaros para realizar un estudio sobre el desempeño de los cascos en circulación para el proyecto de reglamentación de cascos homologados en Paraguay.
[1] El proyecto también incluyó a otros países de la región, como Colombia, Uruguay, Costa Rica, y República Dominicana. Para ver los resultados del proyecto en Colombia, ver el siguiente enlace.
Los beneficiarios del proyecto fueron elegidos en 18 distritos del país, que se seleccionaron de acuerdo con la tasa de motociclistas fallecidos, y a la disponibilidad de infraestructura de los municipios para la realización de los cursos de capacitación. Durante su desarrollo, se realizaron encuestas de caracterización a los potenciales beneficiaros y se obtuvo respuesta de 5.840 conductores.
Caracterizando al motociclista paraguayo
La encuesta reveló algunos datos interesantes. En primer lugar, se observó que el 81% de los conductores se encuentran en el rango etario de 18 a 39 años, y que el 92% utiliza la motocicleta para actividades laborales.
En cuanto al nivel socioeconómico, se evidenció la preocupante cifra de que el casi el 90% de los usuarios ganan un salario igual o inferior al mínimo, por lo que disponen de menos recursos para adquirir equipamiento de protección o solventar los gastos de los siniestros.
Además, el 53.4% de los encuestados respondió que ha tenido un siniestro de tránsito mientras utilizaba una motocicleta.
Algunas reflexiones sobre el proyecto
El proyecto permitió la capacitación y concientización de los conductores para promover conductas seguras a su vez para mitigar el riesgo y la gravedad de sufrir un siniestro vial. Así mismo, obtener la caracterización demográfica y socioeconómica de los motociclistas: los conductores son principalmente jóvenes que utilizan la motocicleta para fines laborales, con bajo nivel de ingreso y tienen una alta probabilidad (mayor al 50%) de sufrir un siniestro.
Recientemente, el Ministerio de Industria y Comercio, a través de la resolución N° 1.434/22, reglamentó el Decreto 7.621/17 para la fabricación e importación de cascos para motocicletas, estableciendo la certificación obligatoria, el régimen de licencia previa de importación y el rotulado y etiquetado de los mismos, lo que puede considerarse también un logro específico y concreto relacionado al proyecto. Esta nueva reglamentación permitirá a los conductores asegurarse de que están accediendo a equipamientos más seguros y que cumplen estándares internacionales.
¿Cómo podemos mejorar la seguridad vial de los usuarios de motocicleta?
Si quieres conocer más sobre mejores prácticas que se pueden aplicar que han tenido resultados positivos en nuestra región, te invitamos a leer la publicación del BID La motocicleta en América Latina: Actualidad y buenas prácticas recomendadas para el cuidado de sus usuarios.
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