El 3 de junio de cada año se celebra el día Mundial de la Bicicleta, dónde en esta entrada de blog destacamos lo que representa este medio de transporte en la región en terminos de movilidad sostenible y seguridad vial; este último, un componente fundamental para fomentar el uso de la bicicleta en todos y todas.
Desde hace algunos años, Jacinta lleva a su hijo Pedro a la escuela en su bicicleta para aprovechar el viaje de camino a su trabajo. Este año, Pedro ha pedido a su madre una bicicleta propia para salir a pasear con sus amigos.
Cambio de hábitos
Enseñar a los niños y niñas a montar en bicicleta no solo es una actividad divertida, sino también una forma poderosa de inculcar hábitos saludables y responsables desde una edad temprana. Montar en bicicleta promueve un estilo de vida activo y saludable, mejora la coordinación, el equilibrio y la confianza. Además, alienta la exploración del entorno, la apropiación del espacio público y fomenta la independencia.
La forma en que nos desplazamos en la infancia puede influir en nuestras opciones de transporte en la edad adulta. Los niños que son alentados a caminar, andar en bicicleta o usar transporte público son más propensos a adoptar estas formas de movilidad en el futuro.
El papel de los padres y madres
Según un estudio realizado por el BID (2015) en 38 ciudades de la región, los viajes en bicicleta variaban entre el 0 y el 5% de los totales. Si bien se carece de datos sobre la edad de quienes utilizan la bicicleta, algunos estudios indican que la mayoría de los usuarios tiene entre 18 y 24 años. Al ser las personas jóvenes quienes más utilizan la bicicleta, existe potencial para aumentar estos números si se fomenta el uso de la bicicleta desde temprana edad.
Los padres y madres desempeñan un papel fundamental en la movilización de los niños y niñas. Su actitud positiva hacia el uso de la bicicleta y el ejemplo a seguir incorporándola en la rutina diaria se convierten en una guía para los menores. Incluir a los niños y niñas en la actividad ciclista como pasajeros a edad temprana les permite ganar confianza y familiaridad con este modo de transporte. Posteriormente, con la edad adecuada como Pedro, es necesario acompañarlos en bicicleta o establecer rutas seguras donde haya otros ciclistas para generar poco a poco independencia en el uso de la bicicleta.
Barreras a la hora de llevar a los niños y niñas en bicicleta
Según el estudio Viajes de cuidado en bicicleta en cuatro localidades de Bogotá, los adultos que transportan a niños y niñas como pasajeros no han sido visibles en las políticas públicas. Entre las principales barreras se encuentran la falta de infraestructura segura como carriles segregados o cruces seguros. Otra preocupación son los posibles robos y la falta de espacios adecuados y seguros para estacionar las bicicletas, así como la falta de acceso a accesorios adecuados para transportar en bicicleta a infantes de forma segura.
Planes y programas para fomentar el ciclismo en niños y niñas
En el marco del Día Mundial de la Bicicleta que se celebra el 3 de junio, cada vez más ciudades de América Latina y el Caribe están implementando políticas públicas y programas específicos para fomentar el uso de la bicicleta entre niños y niñas. Un ejemplo destacado es el programa de la alcaldía de Bogotá Al Colegio en Bici. Este programa tiene como objetivo incentivar a los niños y niñas a utilizar la bicicleta para ir a la escuela. Proporciona rutas seguras y adecuadas, estacionamientos para bicicletas en las escuelas y educación vial para estudiantes, padres y profesores.
Enseñar a manejar bicicleta puede ser un reto para los padres, por lo que es importante implementar también programas de enseñanza. Las Biciescuelas ofrecen clases gratuitas de ciclismo para niños y niñas donde aprenden habilidades de conducción, seguridad vial y mantenimiento de bicicletas. Además, promueven el uso de la bicicleta como medio de transporte seguro y sostenible. Algunos ejemplos de la región son Ciudad de México con las iniciativas BiciEntrénate y Biciescuelas del programa Muévete en Bici, y ¡Soltate, dejá tus rueditas! de Buenos Aires, Argentina.
En Antioquia, Colombia, el programa “En Mi Bici a la Escuela” se enfoca en comunidades rurales donde el acceso al transporte público es limitado. Este programa proporciona bicicletas a estudiantes que viven a distancias significativas de sus escuelas, lo que les permite llegar a tiempo y de manera segura. Además, se brinda capacitación en seguridad vial y mantenimiento de bicicletas.
Otras intervenciones que pueden implementar los gobiernos incluyen la creación de rutas seguras y de programas de incentivos y premios para quienes utilicen la bicicleta, y establecer programas de préstamos de bicicletas durante los días de escuela.
Fomentar que los niños y niñas se movilicen en bicicleta implica un cambio en la forma en que nos desplazamos, y representa un cambio cultural hacia la adopción de hábitos saludables y sostenibles desde una edad temprana. A medida que más familias como la de Jacinta y Pedro opten por el uso de la bicicleta, se abre paso a una generación que valora la actividad física, la independencia y el cuidado del medio ambiente. Sobre todo, se promueve la autonomía de los niños y niñas, lo que reduce la carga de trabajo de cuidado de las mujeres, quienes generalmente son las responsables de los traslados.
Autor Invitado
Valeria Bernal es consultora externa del Transport Gender Lab del Banco Interamericano de Desarrollo. Arquitecta de la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín y Master en Planificación Urbana y diseño de políticas del Politécnico de Milán, su investigación ha estado enfocada en la gobernanza en los sistemas de transporte público de Colombia. Su experiencia profesional ha estado vinculada principalmente con el diseño y la planificación urbana. Anteriormente trabajó como arquitecta líder de proyectos en la Agencia para la gestión del paisaje, Patrimonio y las Alianzas Público Privadas (Medellín), y con el Departamento Administrativo de planeación (Medellín) donde participó en la formulación de los macroproyectos urbanos del Área de Intervención estratégica MEDRío y los planes parciales en su interior asociados al Plan de Ordenamiento Territorial, lo cual obtuvo mención de honor en la Bienal de Arquitectura de Colombia.
Leave a Reply