Los servicios de transporte basados en aplicaciones (ride-hailing) existen desde hace casi una década, pero sus efectos sobre la movilidad urbana, inclusión social y la sostenibilidad siguen siendo objeto de debate. ¿Cómo esto afecta el transporte en Latinoamérica y el Caribe?
* Escrito por Lynn Scholl, Orlando Sabogal-Cardona, Daniel Oviedo, and Felipe Bedoya-Maya
En los últimos años, en las ciudades de todo el mundo han surgido nuevos servicios de transporte cuya principal característica es la incorporación de aplicaciones móviles. Forman parte del ecosistema de nuevas alternativas de movilidad empresas de redes de transporte, como DiDi, Lyft o InDriver, que a través de una aplicación instalada en el celular ofrecen al usuario viajes (compartidos o no). También están otros servicios como los sistemas de patinetas (e-scooters), bicicletas o flotas de carros eléctricos, que son alquiladas por pequeños periodos de tiempo.
Hay mucho debate sobre el impacto de estos servicios en el transporte sostenible. Por ejemplo, hay preocupación sobre si generan más kilómetros viajados que los vehículos privados, si compiten con los sistemas de transporte públicos, si incentivan la compra de automóviles (para el trabajo como conductores) o si están causando más congestión. Por otro lado, estas nuevas alternativas de transporte pueden ofrecer beneficios como generar oportunidades para empleos flexibles, mejorar la forma en que las personas acceden al transporte, o incluso ayudar en la sostenibilidad ambiental si en un contexto multi-modal integrada se elimina la necesidad de comprar autos privados.
Además, en ciertos contextos, la disponibilidad de estos servicios por aplicación móvil podrían ser una solución para lugares u horas sin presencia de transporte público (conocidos como desiertos de transporte). De igual manera, muchos de estos servicios tienen el potencial de integrarse a sistemas de transporte masivos. Por ejemplo, la última encuesta de movilidad de Medellín (2017) señala que 35% de los viajes hechos con estas plataformas se hicieron en complemento con el transporte público, y principalmente fueron en la primera y última etapa del viaje.
Sin embargo, procesos de exclusión son también posibles. Personas sin acceso a internet en sus celulares, sin acceso a tarjetas de crédito o con poca familiaridad para usar estas tecnologías pueden quedar discriminadas. También es posible que estos servicios emergentes capturen parte de la demanda de sistemas de transporte masivo y disminuyan los viajes que son ambientalmente sostenibles.
Nuestras investigaciones para el diseño de políticas públicas
Se necesitan más investigaciones que contribuyan con el diseño de políticas públicas que saquen provecho del potencial que la movilidad basada en aplicaciones tiene, que busquen mejorar la accesibilidad de todos y que al mismo tiempo reduzcan las externalidades negativas.
Desde la división de Transporte del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) tenemos una amplia agenda de investigación sobre cómo estos nuevos servicios están cambiando los patrones de movilidad de las personas, a quiénes están beneficiando o perjudicando, de qué manera está afectando otros modos de transporte, y cuáles son los posibles marcos regulatorios. Nuestra investigación ya ha empezado a arrojar luces sobre el fenómeno de la movilidad basada en aplicaciones, que llegan a ser muy específicos del contexto latinoamericano.
Nuestra reciente publicación, Mi viaje no usual: caracterización del servicio de taxi por aplicación en Ciudad de México (También ver: Travel Behavior and Society) arroja resultados del comportamiento de usuarios de estos servicios en la Ciudad de México. A través de datos de una encuesta, para comprender mejor quién y por qué usan los servicios, se concluyó que el uso principal de estos servicios de transporte por aplicaciones (ride-hailing) era para viajes de salud y de cuidado.
Adicionalmente, se descubrió efectos importantes asociados al género y adopción de ride-hailing; específicamente, las mujeres tienen 35% más probabilidades de ser usuarias en comparación a los hombres. Además, es más probable que mujeres que conviven con al menos un adulto mayor usen el servicio por encima de otra modalidad. Es decir, las mujeres posiblemente usan estos modos de transporte como acompañantes en viajes con propósito de salud, cuidado, compras diarias, entre otros.
Estos resultados sugieren que la movilidad basada en aplicaciones puede jugar un rol clave en resolver problemas de movilidad que experimentan las mujeres, quienes suelen tener menos acceso a vehículos privados, tienen cadenas de viaje más complejas y/o enfrentan problemas de acoso en el transporte público.
Continuaremos la conversación sobre la movilidad basada en aplicaciones
Esta es el primer artículo de una serie que presentaremos sobre movilidad basada en aplicaciones. Trataremos temas como la caracterización de las personas que usan servicios de ride-hailing, debates de regulación, las interacciones entre el transporte público y ride-hailing como modos sustitutos o complementarios, y sus implicaciones en términos de inclusión social, seguridad personal y género.
Adicionalmente, pronto compartiremos investigaciones sobre ride-hailing y exclusión social, resultados de una evaluación de impacto del ride-hailing en el uso de transporte público en Colombia entre otros.
Autores invitado
Dr. Daniel Oviedo. Ingeniero civil con un máster en Planificación del Transporte y un doctorado en Planificación del Desarrollo. Daniel tiene más de 12 años de experiencia como investigador y profesor de Transporte y Desarrollo en el Reino Unido y en el extranjero. Su investigación y consultoría se centran en el transporte urbano e interurbano, habiendo trabajado en América Latina, África, Asia y el Reino Unido. Daniel está especializado en el análisis social, económico y espacial de las desigualdades relacionadas con el transporte urbano y la evaluación de políticas en los países en desarrollo. Ha sido asesor de varios gobiernos nacionales, como los de Colombia, Perú, Panamá, Nigeria y Sierra Leona. Es consultor del Banco Interamericano de Desarrollo y del Banco Mundial en temas relacionados con la planificación del transporte, la equidad social y la sostenibilidad. Es el director de la Red Internacional de Transporte y Accesibilidad en Comunidades de Bajos Ingresos (INTALInC) en América Latina y el Caribe (intalinc-lac.com).
Orlando Sabogal. Doctorando en University College London, investigando actualmente sobre ciclismo y capital social. Se enfoca en estudiar temas urbanos y de transporte. Como parte de trabajos anteriores ha ganado experiencia en programación (usuario R) para hacer análisis de datos, modelos estadísticos, geografía computacional, visualización, mapas y, en general, darle sentido a los datos. Su trabajo tiene dos características: un enfoque teórico para analizar datos y un componente geográfico. Es un activista de R, los datos abiertos y la investigación reproducible.
Erika Cruz Coria dice
Hola, mi nombre es Erika. Soy profesor-investigadora y junto con otras colegas estudiamos la movilidad de las mujeres en las ciudades turísticas. Estamos interesadas en escribir una nota al respecto en alguno de los Blog del BID. ¿Qué posibilidades habría?
Saludos