A partir de los levantamientos de los Planes Nacionales de Logística (PNLOGs), ha sido posible realizar mapeos de cadenas de valor regionales para las economías centroamericanas e identificar los principales flujos de carga y cuellos de botella.[1] Se realizó un análisis geoespacial de la producción local y consumo intra y extrarregional de productos de mayor valor agregado que conectan eslabones entre distintas industrias de la región. Para ello, se analizaron fuentes de datos logísticos y de comercio exterior que permiten confirmar y complementar las carteras de proyectos estratégicos para potenciar dichas cadenas.[2] El mapa mostrado abajo identifica algunas de las principales cadenas regionales de valor, los corredores que utilizan y sus principales puertos de salida. A continuación, revisaremos algunos de los principales corredores de Norte a Sur.
Por ejemplo, los corredores que conectan con Puerto Cortés y San Pedro Sula (al norte de Honduras) desde los Puertos Acajutla o La Unión (El Salvador) y los nodos productivos salvadoreños como San Salvador y Santa Ana son relevantes para el transporte de textiles –1,600 millones de USD exportados en 2020–, al igual que papel y cartón (281 millones USD), plásticos y cauchos (357 millones USD).
De la misma forma, el canal seco y los corredores bioceánicos hondureños que conectan los puertos del norte con el interior del país, Tegucigalpa y San Lorenzo (al sur de Honduras) sirve al transporte de café y frutas –con un valor reportado de 1,350 millones de USD en su conjunto para exportaciones en 2019.
El Corredor Pacífico facilita la salida de carga de Nicaragua hacia el Caribe a través de los puertos de Honduras.
En especial en el caso de textiles –para los que reportó exportaciones por 1,126 millones de USD en 2019–; y café, tés o yerbas (460 millones USD). El Corredor Pacífico destaca como corredor logístico regional; conectando desde la frontera de Tecún-Umán en Guatemala hasta el Canal de Panamá. Transporta en sus distintos tramos, casi la totalidad de las cadenas de valor mapeadas; papel y cartón, textiles, frutos, plásticos y cauchos en el norte del Corredor (Guatemala, El Salvador y Honduras); textiles, café y té, alimentos, y frutos en la parte media (Nicaragua, Costa Rica) y maquinaria; plásticos, instrumentos médicos, hidrocarburos y medicamentos en la parte sur del Corredor (Costa Rica y Panamá).
Más al sur en Costa Rica, destaca el corredor bioceánico Puerto Limón–Puerto Caldera[3] que transporta un volumen considerable de carga frutícola, alcanzando los 4.3 millones de toneladas en 2020 (1,950 millones USD), y también de productos de menor volumen pero alto valor agregado como instrumentos médicos (920 millones USD), maquinara y aparatos eléctricos (890 millones USD), plásticos y cauchos (360 millones USD) y preparaciones alimenticias (610 millones USD). Los puertos de Panamá (Colón y Panamá Pacífico) consiguen exportar una variedad notable de productos –pescado, fruta, medicamentos, maquinaria. Pero el grueso de la carga que transita, cercana al 99%, se debe a la presencia del Canal de Panamá que ofrece los servicios logísticos de cruce. Siendo que muchos de estos productos se internan hacia Centroamérica a través del Corredor Pacífico, se remarca la importancia estratégica de este último.
¿Quieres aprender más sobre la hoja de ruta para mejorar el desempeño logístico de Centroamérica?
La pandemia del COVID-19 ha evidenciado la fragilidad de las cadenas de suministro y el carácter esencial de los servicios de transporte y logística para el movimiento de mercancías. Como parte de la Estrategia del BID a estos desafíos, se fomentan intervenciones y políticas que mejoren la eficiencia y calidad de los servicios de transporte y logística, que apoyen la reconfiguración de las cadenas de valor y contribuyan a profundizar la integración regional y global de América latin ay el Caribe.
Estas temáticas se abordaron en el evento virtual Logística: el momento es hoy.
Durante el evento se realizó el lanzamiento de la monografía Logística en América Latina y el Caribe: oportunidades, desafíos y líneas de acción. Ésta analiza el estado de la logística de América Latina y el Caribe (incluyendo sus diferentes modos de transporte). También dentifica los desafíos presentes y futuros (abarcando áreas como innovación, sostenibilidad e integración regional); y presenta una hoja de ruta para los países.
[1] La logística está conformada por diferentes procesos y modos de transporte. Dado que en la economía moderna llevar un producto desde su origen hasta su destino final frecuentemente implica utilizar diferentes modos; mejorar el desempeño logístico requiere de una visión sistémica, que apunte a fortalecer infraestructura, servicios e instituciones.
[2] El BID puso a disposición de los países y mecanismos regionales de integración el Portal Logístico Mesoamericano; una herramienta de visualización diseñada para observar de forma dinámica estadísticas e indicadores de comercio exterior; movimientos de carga entre los países de Mesoamérica y sus socios principales, así como infraestructura logística y su uso en cada país de la región. Es posible consultarla en el siguiente enlace: https://dblogistico.com
[3] El corredor bioceánico Puerto Caldera-Puerto Limón está compuesto por las rutas locales 27 (Caldera-San José) y 32 (San José – Limón).
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