Tres medidas que permitirían que la movilidad de las mujeres sea segura, asequible y eficiente
La organización Sueca Include Gender! resalta que “la forma en que los hombres se desplazan representa costos ambientales y económicos significativos. Si los hombres empezaran a desplazarse como las mujeres, los beneficios para la sociedad serían importantes”. Efectivamente, los patrones de movilidad de las mujeres son más sostenibles que los de los hombres. Por ejemplo, el estudio Gender, Travel and Job access: evidence from Buenos Aires del Banco Mundial declara que un 25% de los viajes que realizan las mujeres en Buenos Aires son a pie y, en la mayoría de las ciudades de la región, las mujeres son las principales usuarias del transporte público. En cambio, los hombres son los principales usuarios de los automóviles.
Me atrevería a decir que en la mayoría de los casos estos patrones de desplazamiento no son el resultado de una preferencia consciente de las mujeres por usar medios de transporte sostenibles sino que son el resultado de una escasez de opciones. La realidad es que muchas mujeres se ven obligadas a movilizarse a pie porque: 1) el costo de comprar un automóvil o tomar taxis todos los días es prohibitivo para un gran porcentaje de ellas – tengamos en cuenta que 7 de cada 10 personas pobres en el mundo son mujeres-; 2) los sistemas no responden a sus necesidades de movilidad (ver Mujeres y Movilidad: una parada pendiente); y 3) el transporte público no suele llegar donde las mujeres quieren ir (guarderías, centros médicos o áreas donde ellas trabajan).
Además, esta forma de desplazamiento “limpio” no significa que sea más eficiente o que las mujeres deban conformarse con la situación actual. En nuestras ciudades generalmente caminar expone a las mujeres a situaciones de inseguridad, obligándolas a desplazarse únicamente en horarios considerados seguros para andar solas por la calle o tomando rutas más largas pero mejor iluminadas o con mayor tránsito. Asimismo, caminar limita las distancias que se pueden recorrer diariamente lo que implica que a las mujeres les toma mucho más tiempo realizar sus viajes. Todo esto tiene impactos negativos en las mujeres pues las hace “pobres de tiempo”, limita sus opciones de empleo y afecta un derecho tan básico como es su libertad de movimiento.
Teniendo en cuenta esta realidad, es importante poner en marcha medidas que permitan que las mujeres se desplacen de forma segura, asequible y eficiente, tales como:
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Incrementar la participación de las mujeres en los procesos de planeamiento y toma de decisiones. Investigaciones han demostrado que la participación de las mujeres en procesos de planeamiento y toma de decisiones relacionados con los sistemas de transporte es mucho más baja que la de los hombres. Esto se traduce en que las necesidades de las mujeres no son consideradas en el diseño y la implementación de proyectos de transporte. Incluir a las mujeres en procesos de consulta, fomentar su participación activa en todas las etapas de proyecto y asegurar su designación a puestos de decisión en comités vecinales permitirá diseñar sistemas más inclusivos y con mejor perspectiva de género (ver el caso de Viena).
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Mejorar la infraestructura urbana. Teniendo en consideración que las mujeres realizan un gran número de sus desplazamientos a pie o transporte público, mejorar la infraestructura urbana (construcción o mejora de aceras, iluminación en las calles y estaciones o mayor presencia de agentes de seguridad) ayudará a mejorar su movilidad y seguridad. Actualmente, ONU Mujeres cuenta con varios pilotos que buscan adaptar las ciudades a las necesidades de las mujeres.
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Fomentar la regulación de transportes alternativos. La región cuenta con diferentes medios de transporte alternativo (mototaxis o tuktuks) que, en grandes ciudades, complementan a los sistemas de transporte público y en ciudades medias y comunidades rurales representan el único medio de transporte. Sin embargo, estos medios suelen ser informales, lo que los hace peligrosos y poco fiables. Apoyar la formalización y la regularización de estos medios alternativos permitirá mejorar la oferta y el acceso del transporte a zonas donde los sistemas formales no han podido ni podrán llegar, beneficiando principalmente a las mujeres.
¿Qué otras medidas consideras que podrían ayudar a mejorar la movilidad de las mujeres en tu ciudad?
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