Se estima que la industria aérea contribuye en un 5% al cambio climático producido por humanos[1]. Para descarbonizar la aviación se ha planteado 4 tipos de medidas:
- Desarrollo de combustibles de aviación sostenibles,
- Desarrollo de nuevas tecnologías,
- Mejoras operacionales y de infraestructura, y
- Compensación de emisiones a través de bonos de carbono y tecnología de captura de carbono.
Las estimaciones indican que la principal reducción de emisiones, más de un 53%[2], provendrá del desarrollo de los combustibles de aviación sostenbles, también llamados SAF. Pero…
…¿QUÉ SON LOS SAF?
Los SAF (sustainable aviation fuels por sus siglas en inglés) son combustibles de aviación sostenibles. Tienen la característica de ser combustibles no convencionales producidos a partir de materias primas biológicas y no biológicas. Estos combustibles son de sustitución directa para uso en motores, y para su utilización deben ser certificados de forma tal que cumplan con los criterios de sostenibilidad establecidos en el anexo 16 volumen IV del Convenio de Chicago. La producción de SAF debe cumplir estrictos criterios para ser certificada: primero, garantizar que no se perjudique la seguridad alimenticia ni generen deforestación; segundo, que los combustibles cumplan con altos estándares que permitan su utilización por parte de la industria de la aviación de manera segura para las operaciones; y tercero, que se produzcan en base a materias primas alternativas al petróleo.
Si bien los SAF podrían ser la principal solución para la descarbonización de la industria aérea, esta industria no es económicamente rentable en el escenario actual, y no se desarrollará sin la intervención de otras fuerzas.
Sin embargo, no es fácil abordar este desafío, que requiere de la colaboración e involucramiento de múltiples actores involucrados en esta posible nueva industria, como son los productores de materias primas, los distribuidores de combustibles, los productores de aeronaves, las empresas de transporte aéreo, entidades gubernamentales reguladoras, entre muchos otros.
Con la meta de abordar el desafío de abastecer de SAF a la aviación nacional, Chile plantea un posible camino para establecer las primeras políticas públicas en materia de combustibles de aviación sostenibles. El pasado jueves 20 de octubre se dio el puntapié inicial a una mesa de trabajo público-privada, llamada DeSAFío, que reúne a actores de todos los sectores involucrados, y que es desarrollada en el marco del programa Vuelo Limpio, liderado por la Junta Aeronáutica Civil (JAC) del Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones y por la Agencia de Sostenibilidad Energética, con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), y del Ministerio de Energía.
El objetivo de esta mesa es elaborar una estrategia nacional para fomentar el desarrollo y uso de SAF en la matriz energética de todo el país, recogiendo las apreciaciones de la industria en este ámbito, y así aportar con la descarbonización de la industria de la aviación.
Durante el encuentro, la Gerenta General Cono Sur y representante del BID en Chile, María Florencia Attademo-Hirt, señaló que, según estimaciones del banco, “los daños causados por el cambio climático podrían costarle a la región US $ 100.000 millones anuales para 2050” razón por la cual “tenemos que cambiar las prioridades en las políticas y definiciones del sector público y privado”. La representante del BID reiteró el compromiso y apoyo del banco con el desarrollo sostenible y con el país, además de aportar con la perspectiva regional.
Dentro de los lineamientos de la mesa se establece que existirá 3 roles para lograr la elaboración de la estrategia de SAF:
- Mesas temáticas público-privadas, para recoger las apreciaciones, contribuciones y sugerencias de los actores interesados, que sesionarán por 6 meses aproximadamente;
- Comité asesor Equipo de trabajo, que tiene la responsabilidad de participar en todas las mesas, acompañar el desarrollo como contraparte técnica, y establecer los lineamientos para elaborar la estrategia nacional de SAF; y la
- Coordinación Mesa SAF, que gestionará el cumplimiento de los objetivos y lineamientos de cada mesa temática, y elaborará una hoja de ruta para la estrategia nacional de SAF. Esta coordinación es financiada por el BID y liderada por el Programa Vuelo Limpio.
Antes de Chile, Brasil fue el primer país de ALC en iniciar el proceso para abordar la producción de SAF, recientemente en 2021. La Agencia Nacional de Aviación Civil de Brasil está impulsando el desarrollo de combustibles en base a biomasa, y ha enfatizado que se requerirá complementar múltiples tecnologías para satisfacer la demanda de SAF.
Es importante contar con certificaciones que garanticen la seguridad de las operaciones de la industria aérea. Y que el estándar de la región permita la adquisición de combustibles para todo tipo de aeronave que provenga desde cualquier país del mundo.
Actualmente, el desafío de la industria es la capacidad de producción de SAF. Esta industria tiene el potencial de terminar con la dependencia del petróleo; lo que es deseable para las economías no productoras, y especialmente para garantizar la independencia energética en tiempos de conflicto bélico. Para alcanzar las metas de carbono neutralidad se requiere producir cerca de 450 mil millones de litros de combustibles para el 2050. A la vez requiere construir unas 700 plantas de producción con una inversión de unos 170 mil millones de dólares; lo que podría generar 1,9 millones de empleos.
[1] International Civil Aviation Organization
[2] Air Transport Action Group, 2021
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