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Por Julienne Gage
Un nuevo informe de la Oficina de las Naciones Unidas sobre el Crimen y las Drogas (UNODC) indica que la tasa de homicidios en Haití está subiendo. No obstante, los haitianos tienen razones para sentirse más optimistas con el futuro de su país.
Según el Estudio Global Sobre el Homicidio 2013 de la UNODC, la tasa de homicidios actual en Haití de 10,2 por 100.000 habitantes más que duplica la tasa en 2007. Pero es menos de la mitad de su vecina República Dominicana (22,1) y una carta parte la de Jamaica (39,3). Además, cerca de un 75 por ciento de los homicidios de 2012 ocurrieron cerca de la capital Port-au-Prince. La mayor parte de Haití es bastante segura.
El informe sugiere que una investigación de la correlación entre el crimen y el desarrollo puede ser la clave para el éxito económico y social en un lugar como Haití. La reducción en la violencia no fue incluida como una de las metas del desarrollo del milenio de la ONU, pero a lo largo de los años los expertos han concluido que una ausencia de violencia contribuye a un mayor crecimiento. De hecho, el informe dice que un país necesita 14 años de paz para tener tasas más altas de crecimiento.
No es de sorprenderse, entonces, que el caso de Haití fue incluido con Iraq, Afganistán, Sierra Leone, Liberia y Sudán del Sur. Todos ellos vieron su tasa de homicidio subir dramáticamente al terminar sus conflictos armados. En todos estos países vieron sus sistemas de justicia criminal quedar debilitados post-conflictos, y muchos ciudadanos se acostumbraron a la violencia como una forma de arreglar disputas.
Décadas de inestabilidad política debilitaron el estado de derecho y el tejido social en Haití. La situación quedó aún peor por la crisis económica global, las tormentas tropicales, falta de alimentos y un terremoto en el 2010 que destruyó gran parte de la capital, mató a decenas de miles de personas, desplazó a millón, y dejó a las instituciones públicas del país con enormes dañós.
¿El lado positivo? Desde el 2010, organizaciones como la ONU, el BID y USAID han estado trabajando con el gobierno haitiano para fortalecer su capacidad institucional a la vez que promueven proyectos de desarrollo alejados de los epicentros urbanos sobrepoblados. Asi que, si bien la mayor parte de Haití ve apenas una pequeña fracción de su alta tasa de homicidios, la continuación de la cooperación internacional en estas dos áreas pueden darle al país una chance decente a lograr más paz y prosperidad.
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