La migración es desde siempre parte de la realidad de los países del Caribe. Pero, aunque la migración en el Caribe se analiza principalmente en relación con la emigración a los Estados Unidos, Canadá y los países europeos, los movimientos migratorios hacia y dentro del Caribe son una parte igualmente importante de esta historia. En las últimas décadas, en gran parte a cause del cambio climático, los desastres naturales y los cambios en los patrones de movilidad global, el panorama migratorio en el Caribe ha cambiado significativamente.
Para proporcionar a los gobiernos, organizaciones no gubernamentales y socios interesados en fortalecer la capacidad de la región para adaptarse a los cambios en los patrones migratorios, el Banco Interamericano de Desarrollo y el Migration Policy Institute se asociaron para producir un documento que ofrezca un panorama actualizado sobre la migración en el Caribe.
El informe Migración, Integración y Diáspora en el Caribe: Una Revisión de Políticas brinda a aquellos interesados en la movilidad humana en América Latina y el Caribe un panorama general de las tendencias de la migración extra e intrarregional de la región del Caribe, los marcos institucionales y los desafíos y oportunidades que presentan los nuevos flujos migratorios para su desarrollo e integración regional.
Cambios recientes en los flujos migratorios en el Caribe
En 2020, se estima que había 859.400 inmigrantes intrarregionales y 745.700 extrarregionales viviendo en países del Caribe. En sólo 20 años la proporción de migrantes intrarregionales creció un 10% del 46% en 2000 al 56% en 2020.
La proporción de migrantes intrarregionales y sus países de origen varían de un país a otro. En los nueve países principales estudiados en el informe (Bahamas, Barbados, Belice, República Dominicana, Guyana, Haití, Jamaica, Surinam y Trinidad y Tobago), los inmigrantes de otras naciones del Caribe representaron el 63 por ciento de todos los inmigrantes en 2020. La migración intrarregional se destaca en países como la República Dominicana, Barbados y Las Bahamas, y los migrantes de Haití fueron, con mucho, el grupo más grande de inmigrantes en estos países, seguidos por migrantes guyaneses.
Migración extrarregional en el Caribe
En algunos países, hay poblaciones grandes de inmigrantes de fuera de la región. Venezuela es el segundo país de origen con más migrantes (después de Haití) en los nueve países analizados y se destaca en números particularmente grandes en República Dominicana, Trinidad y Tobago y Guyana. En algunos de los nueve países analizados también encontramos una presencia importante de inmigrantes de Estados Unidos, Reino Unido, China y Canadá.
Migración intrarregional en el Caribe
De manera similar a los patrones de migración en todo el mundo, la migración dentro del Caribe tiende a originarse en países con niveles de vida más bajos y menos oportunidades, con destino a economías más desarrolladas y con más oportunidades de empleo. Los países y territorios con industrias turísticas prósperas y mayores ingresos, como las Bahamas, las Islas Vírgenes, las Islas Turcas y Caicos y San Cristóbal y Nieves, tienden a atraer a ciudadanos de Haití, la República Dominicana, Guyana y Jamaica. Además, un número menor de trabajadores altamente calificados de países como Jamaica, Cuba y Trinidad y Tobago tiende a migrar a países donde tendrán mayores oportunidades de empleo y recibirán mayores ingresos.
El impacto del cambio climático y los desastres naturales en la migración en el Caribe
El cambio climático y los desastres naturales han sido impulsores importantes del desplazamiento interno, intrarregional y extrarregional en el Caribe, y los expertos han expresado su preocupación de que la frecuencia y el impacto de los eventos relacionados con el clima probablemente aumenten en los próximos años. En las últimas décadas, la región ha experimentado huracanes devastadores, que probablemente sean el tipo de desastre natural más impactante en la región, además de terremotos, tormentas tropicales, inundaciones y sequías, que han obligado a las personas a abandonar sus hogares. Estos desastres se encuentran entre los factores que contribuyen al aumento de la migración de ciudadanos del Caribe, en particular desde Haití, tanto a América del Sur como a América del Norte.
Marcos regionales e instituciones que facilitan la movilidad
Los acuerdos regionales y otras formas de cooperación también han surgido como características destacadas de la movilidad en la región. A modo de ejemplo, en el marco del Caribbean Single Market and Economy (CSME) de CARICOM, los nacionales de los Estados miembros del CSME se benefician de estancias de seis meses sin visado en otros países de la Comunidad. Si bien estas estancias de seis meses no cuentan con autorización de trabajo, el CSME también incluye un régimen de Certificados de Habilidades que brinda libre movilidad y autorización de trabajo para categorías específicas de trabajadores.
Además, el sistema universitario público de la región, la Universidad de las Indias Occidentales, ha facilitado la migración con fines educativos, principalmente dentro del Caribe anglófono.
Desafíos para una integración regional más fuerte
Los regímenes únicos de libre movilidad de la región han ayudado, hasta cierto punto, a facilitar el movimiento de personas desplazadas y trabajadores de respuesta durante tiempos de crisis ambiental. Sin embargo, una mirada más cercana a los sistemas migratorios del Caribe indica que, en la mayoría de los países incluidos en el estudio, estos regímenes están desactualizados y esto limita la capacidad de las sociedades para gestionar la migración e integrar con éxito a los nuevos inmigrantes.
Diásporas: una oportunidad para el desarrollo del Caribe
Una dimensión final y crucial de la política migratoria en el Caribe es el rol de las diásporas en los esfuerzos para impulsar el desarrollo económico de la región. Los emigrantes y sus descendientes son bien reconocidos por su papel en la canalización del apoyo financiero que tanto necesitan sus familias en el Caribe a través de las remesas, pero su compromiso con sus países de origen o ascendencia también puede tomar la forma de desarrollo empresarial y creación de empleo, inversión, y el fortalecimiento de las redes sociales y profesionales. Además, la diáspora caribeña ha contribuido a la región a través de la transferencia de conocimientos y habilidades, incluso a través de iniciativas específicas que buscan contrarrestar el problema de décadas de fuga de cerebros.
Conclusión
A medida que las naciones del Caribe continúan enfrentando importantes desafíos de migración y desarrollo, el diálogo a través de las instituciones de la región proporciona un camino hacia la adaptación de los sistemas migratorios del Caribe, al tiempo que promueve políticas migratorias que tengan en cuenta las preocupaciones de los países de origen y destino.
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