Esta semana en New York se lleva a cabo el primer Foro de examen global del Pacto Mundial para las Migraciones (PMM). A pesar de no ser vinculante; en sus primeros cuatro años de implementación y desde su adopción por más de 150 países en Marruecos, el PMM se ha convertido en una guía fundamental para alinear e integrar la respuesta de los países para garantizar la protección y bienestar de todos los migrantes.
A lo largo de este año y junto a los países de América Latina y el Caribe, con el acompañamiento de otros países, agencias intergubernamentales, la cooperación internacional y organizaciones sociales, entre otros, participamos en la revisión regional del PMM de cara al examen global.
Estas instancias permitieron, entre otras cosas, destacar los avances logrados en la recolección de datos e información y el surgimiento de nuevos marcos normativos en materia de migración. También fue una oportunidad para reconocer el valor de la cooperación internacional y el rol de la banca multilateral en las alianzas estratégicas frente a los muchos desafíos y oportunidades que conlleva la movilidad humana a nivel mundial.
Nuestra región está cambiando su perfil migratorio. Fundamentalmente por la inmensa salida de migrantes venezolanos de su país, pero también por el tránsito de personas desde los países del norte de Centroamérica y de ciudadanos haitianos que se desplazan de sur a norte en condiciones de vulnerabilidad, entre otros nuevos fenómenos.
A esto se suman flujos migratorios con vocación de permanencia, que le imponen a los países de tránsito y destino nuevos retos y exigencias en su capacidad de adaptación para ofrecer una respuesta, no solo en la atención y la asistencia humanitaria, sino hacia los procesos de integración.
Bajo este entorno el BID viene fortaleciendo su presencia en la región apoyando a los países en el cumplimiento de los objetivos definidos en el Pacto Mundial de las Migraciones; profundizando en el conocimiento, fortaleciendo las capacidades de los funcionarios con roles en migración, convocando a la cooperación y las alianzas para un mayor apoyo a los países con agendas y propósitos comunes. Todo esto a la par del financiamiento de proyectos y operaciones que se constituyan en bienes públicos regionales para el fortalecimiento institucional de los países.
En los dos años desde la creación de la Unidad de Migración el Banco ha contribuido con más de US$95 millones en fondos no reembolsables para apalancar operaciones superiores a los US$1.300 millones para mejorar las condiciones de vida de las personas migrantes y sus comunidades de acogida y además tiene cooperaciones técnicas en más de 11 países para apoyar a los gobiernos en una integración efectiva.
Dos retos para la integración de las personas migrantes
Uno de los mayores retos, y así quedó evidenciado en las conclusiones del examen regional del PMM en ALC, tiene que ver con el acceso a información oportuna y de calidad para que los responsables de políticas públicas de los países de la región puedan tomar decisiones basadas en datos. La falta de datos en tiempo real o la ausencia de fuentes de información que permitan caracterizar a la población migrante con el detalle que necesitamos son trabas al desarrollo de políticas públicas eficaces.
Por eso desde el BID estamos trabajando para fortalecer las capacidades de los países para contar con información sólida y oportuna sobre los nuevos flujos migratorios regionales a través de 5 ejes:
- Fortalecer las capacidades de los Estados, para recolectar, analizar y sistematizar datos disponibles tanto en registros administrativos como en informaciones estadísticas.
- Profundizar en las fuentes alternativas de información como Big Data o redes sociales.
- Sistematizar los mecanismos e indicadores de monitoreo para medir la inclusión real de los migrantes en las políticas públicas, programas y proyectos.
- Visibilizar datos y resultados de investigaciones sobre los aportes puntuales y efectos positivos de la población migrante.
- Hacer foco en las poblaciones migrantes vulnerables a través de la creación y publicación de información y recursos destinados a mujeres, poblaciones LGTBIQ+, niñas, niños y adolescentes e indígenas, entre otros.
- Todo esto bajo un criterio transversal de protección de los datos y uso ético la información en el marco de la iniciativa de fAIr LAC, la mayor alianza regional para un uso ético y responsable de la tecnología que impulsamos desde el Banco.
Un segundo desafío que enfrenta nuestra región es el surgimiento de sentimientos negativos hacia los migrantes que generalmente son el resultado de temores o prejuicios basados en información falsa sobre los efectos de la migración en sus comunidades. La xenofobia es un tema nuevo para la región pero que sabemos, por experiencias de otras regiones con mayor historia migratoria en el mundo, que debemos atender con prontitud, pues termina convirtiéndose en un factor que dificulta los procesos de integración, que termina generando procesos discriminatorios, acrecentando las necesidades y dificultando la convivencia social.
Para incorporar estos temas en la agenda pública de la región en el BID empezamos a estudiar la percepción ciudadana y la migración. Y próximamente estaremos presentando nuestro laboratorio de percepción ciudadana y migración que va a ofrecer productos de conocimiento, experimentos de cambio de comportamiento y herramientas para el monitoreo del sentimiento de las personas sobre la migración en tiempo real.
Un llamado a redoblar el compromiso con la integración de las personas migrantes
El Pacto Mundial para una Migración Segura, Ordenada y Regular es el mejor ejemplo posible de un trabajo común y colaborativo entre países de origen, tránsito y acogida. Y de coordinación entre los diferentes actores y sectores que nos sumamos a los esfuerzos mundiales por mejorar las condiciones de vida de los migrantes.
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