Si quieres interiorizarte más sobre este tema, puedes leer el Capítulo 1 del reporte institucional del Sector de Integración y Comercio del BID Cómo salir del laberinto fronterizo y el Documento de Trabajo IDB-WP-702 “Tiempos fronterizos endógenos (en inglés). |
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En los últimos años se han desarrollado varios indicadores con el objetivo de medir los tiempos en frontera. En general, dichas medidas se basan en encuestas a empresas transportistas de carga internacional y son unidimensionales, es decir, toman un único valor por país.
Las medidas actualmente utilizadas de los tiempos en frontera
Los indicadores más conocidos son: 1) la cantidad de días que lleva comerciar del Doing Business (DB) y 2) el Índice de Desempeño Logístico (IDL) (Logistic Performance Index), ambos producidos por el Banco Mundial. En su versión más reciente, el primero informa los tiempos que demandan, además del transporte interno, el cumplimiento de los requisitos documentales y los trámites fronterizos. El segundo reporta el tiempo que se tarda en ir desde la fábrica del vendedor hasta el puerto/aeropuerto o hasta el depósito del comprador, en el caso de las exportaciones, y viceversa para el caso de las importaciones, así como el tiempo que demanda el despacho aduanero, ya sea que los cargamentos estén sometidos a inspección física o no, así como la proporción de estos sujetos a inspección.
Dichos indicadores, que representan un esfuerzo inicial de medición muy valioso, son ciertamente útiles como primera aproximación práctica, tienen una amplia cobertura nominal de países y permiten hacer un seguimiento de la evolución de los tiempos fronterizos a lo largo de los años.
Sin embargo, tales indicadores tienen limitaciones
Dichas limitaciones están relacionadas, antes que nada, con la cobertura y los supuestos subyacentes de las encuestas, que, a su vez, afectan su precisión. Una segunda limitación de estas mediciones es que no permiten tener en cuenta la existencia de heterogeneidades importantes en los tiempos necesarios para comerciar. Esto tiene relevancia ya que dichos tiempos en frontera pueden ser muy variables, lo cual puede afectar significativamente los resultados comerciales de las empresas.[1]
Las Encuestas de Empresas (EE) (Enterprise Surveys) del Banco Mundial brindan una primera aproximación a esta heterogeneidad del lado de las exportaciones, ya que incluyen una medida del tiempo en frontera a nivel de firma específico para la etapa aduanera. Estos datos informan la cantidad promedio de días transcurridos desde que los bienes procedentes de cierto establecimiento llegan a su punto de salida y el momento en el que estos bienes son despachados por la aduana.
Los datos transaccionales de las aduanas permiten dar un paso adelante en términos de medición
En varios países del mundo, las aduanas y otros organismos fronterizos reúnen sistemáticamente y en tiempo real información altamente detallada específica por transacción, que incluye el momento en que se inician y culminan los procedimientos, lo cual permite una caracterización precisa y exhaustiva de los tiempos en frontera del universo de los cargamentos que ingresan a una economía o egresan de esta y no sólo de una simple muestra de estos. Cuando se comparan las distribuciones de la cantidad de días que insume el despacho aduanero de las exportaciones a partir del big data de los sistemas informáticos de las aduanas con las contrapartes basadas en los datos de las EE, se observa que estos últimos tienden a subrepresentar los tiempos de despacho más breves y sobrerrepresentar los más prolongados y, por ende, sobreestiman sistemáticamente el tiempo de despacho aduanero (Gráfico 1).
La clave está en los detalles
En el caso de las importaciones, las declaraciones aduaneras y los manifiestos de carga electrónicos informan, por ejemplo, la fecha de arribo del envío, la fecha en que este fue descargado, la fecha de creación y registro de la declaración aduanera de importación, el canal de procesamiento aduanero, la fecha en que se llevó a cabo la inspección física si correspondiera y la fecha en que el cargamento fue liberado de la aduana.
Un análisis de estos datos para el caso de Perú revela cuatro hechos estilizados.
Hecho 1: Los tiempos totales en frontera combinan el necesario procesamiento portuario y aduanero y el tiempo de almacenamiento y preparación entre dichas etapas (y después de estas).
Hecho 2: Los tiempos de importación están altamente sesgados hacia ingresos rápidos con una cola larga de ingresos lentos. Cerca del 50 % de los envíos completa el proceso en 12 días o menos, pero este puede demorar más de 30 días en el extremo superior de la distribución. La mediana del tiempo fronterizo total es 12 días (Gráfico 2).
Hecho 3: Los tiempos de importación varían según los países de origen, productos y empresas exportadoras e importadoras.
Hecho 4: Las firmas absorben los tiempos prolongados de descarga en el puerto incurriendo en menores tiempos de preparación y almacenamiento, o sea, los márgenes de tiempo que prevén las firmas responden a los tiempos que insume la manipulación portuaria de la carga. En particular, las empresas reducen en un 1,5% el tiempo de preparación y almacenamiento por cada 10% de aumento en el tiempo que demanda completar las operaciones portuarias. Teniendo en cuenta que, según datos de 2013, el tiempo mediano en el puerto es 48 horas y el tiempo mediano de almacenamiento y preparación es 168 horas, ello implica que las empresas disminuyen en 2 horas y media este último cuando el primero aumenta en casi 5 horas. Esto es así ya que, si los tiempos de procesamiento portuario y aduanero reales son inciertos y extender el plazo de entrega es costoso, las firmas realizan un balance entre el costo de ese tiempo adicional y los costos de una entrega tardía cuando deciden qué margen de tiempo asignarle a la etapa de la cadena de suministro que transcurre en la frontera.
La evidencia anterior tiene dos implicancias claras para la medición de los tiempos en frontera
Primero, los tiempos fronterizos relevantes para la política se pueden medir con más precisión si se utilizan los tiempos de procesamiento asociados con la manipulación portuaria y aduanera. Los tiempos totales de permanencia en la frontera pueden diferir de estos últimos porque las empresas pueden incluir un margen de tiempo para evitar una entrega tardía y, al combinar medidas de tiempo debidas al procesamiento con medidas que dependen del comportamiento de las firmas, pueden dar lugar a ranking de países que no son totalmente consistentes si se supone que reflejen la eficiencia portuaria o aduanera.
Segundo, es indispensable contar con información sobre las distribuciones de los tiempos fronterizos para dar cuenta de heterogeneidades críticas, ya que dichos tiempos varían entre productos, orígenes e importadores. Si no se tiene en cuenta dicha información, las medidas a nivel país pueden estar influenciadas por los conjuntos de bienes que comercian, los socios comerciales y las características específicas de sus empresas y, en consecuencia, la variación de estas medidas entre países puede no necesariamente reflejar las diferencias en la eficiencia de sus respectivos puertos y organismos aduaneros.
A su vez, la medición tiene implicancias para la estimación de los efectos de los tiempos en frontera y la evaluación del impacto de las políticas de facilitación comercial
Si se miden utilizando los tiempos de procesamiento portuario y aduanero, los tiempos fronterizos tienen un impacto negativo significativo sobre las importaciones. Específicamente, la reducción estimada de las importaciones como consecuencia de un incremento del 10 % del tiempo en frontera es un 2,4 % El efecto estimado sería de un 5,7 % si se utilizaran, en cambio, los tiempos totales en frontera (Gráfico 3). Esto muestra que las medidas del tiempo total que lleva comerciar, que incluyen porciones atribuibles al comportamiento optimizador de las firmas, pueden dar como resultado estimaciones sesgadas de los costos de los tiempos en frontera.
Recapitulando, los datos transaccionales sobre el procesamiento de los flujos comerciales que recopilan los organismos fronterizos pueden permitir medir e informar los tiempos en frontera para un conjunto amplio de países, ordenarlos correctamente y realizar un seguimiento de su evolución, aplicando criterios de medición, como los que utiliza el estudio de los tiempos de despacho aduanero de la Organización Mundial de Aduanas (OMA), e incluyendo reglas para calcular medidas resumen de la distribución de los tiempos. A fin evaluar las inversiones en facilitación comercial, es importante centrarse en los tiempos fronterizos vinculados al procesamiento necesario de los cargamentos que se pueden computar con tales datos y en las estimaciones del costo de tales tiempos.
[1] Por ejemplo, el caso de estudio estandarizado sobre el cual se basa la recolección de los datos de DB parte del supuesto de que cada economía importa un cargamento de 15 toneladas métricas de autopartes en un contenedor desde su principal socio de importación y exporta el principal producto de exportación a su principal socio desde el punto de vista de las ventas externas, por vía del medio de transporte más ampliamente utilizado. Según los datos de comercio de los últimos cinco años, las exportaciones de carne y despojos de carne a la Federación Rusa a través del puerto de Montevideo y las importaciones de partes, piezas y accesorios de vehículos automotores de Brasil a través del paso fronterizo de Río Branco son las exportaciones e importaciones de referencia para medir los tiempos en frontera en Uruguay. Los primeros dieron cuenta del 2% del valor total exportado y el 1,5% de la cantidad total de empresas exportadoras, mientras que los segundos representaron únicamente el 0,1% del valor total importado y el 0,2% de las empresas importadoras. Por consiguiente, los indicadores de tiempo correspondientes difícilmente pueden considerarse representativos del comercio exterior uruguayo.
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