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En los últimos veinte años, la inversión extranjera directa (IED) hacia América Latina y el Caribe (ALC) aumentó seis veces. Las empresas multinacionales (EMN) invierten, en promedio, 170 mil millones dólares por año en la región, lo que representa el 11% de los flujos globales de IED. Pero ¿cuáles son los efectos de la inversión extranjera en los países receptores? y ¿qué están haciendo los países de ALC para atraer la inversión y aprovecharla al máximo?
Los efectos de la inversión extranjera
Los efectos más visibles de la IED son un mayor crecimiento económico y la generación de empleos de mayor calidad (las EMN tienen una productividad que es 15% más alta que la de empresas nacionales exportadoras y 60% más alta que la productividad de las empresas nacionales no-exportadoras). No obstante, algunos de los beneficios más importantes de la atracción de las inversiones son de carácter indirecto. La transferencia tecnológica sucede, por ejemplo, cuando empresarios o trabajadores de una franquicia de una cadena multinacional de café adquieren el conocimiento implícito en los procesos gerenciales y productivos de la multinacional. Al cabo de un tiempo, pueden abandonar la franquicia y abrir sus propias cafeterías u otros negocios, con otros empleados a los que enseñaran estos procesos. A su vez, estos empleados se verán beneficiados del nuevo conocimiento y podrán llevarlo consigo si van a trabajar a otras cafeterías o en un sector relacionado (servicio de alimentos y bebidas, hotelería, turismo). A través de estos efectos de demostración y de la movilidad laboral, la IED aumenta indirectamente la productividad y competitividad de la economía del país receptor.
Otro tipo de efecto ocurre cuando la entrada de multinacionales a un mercado incrementa la demanda de insumos intermedios para un producto final. A medida que las compañías locales compiten para hacer negocios con las EMN, no solo aumenta la cantidad de estos insumos si no también su calidad. No solo las multinacionales se benefician de fenómeno; las empresas nacionales que utilizan estos mismos bienes intermedios también se benefician de la disponibilidad de una variedad de insumos de mayor calidad que antes.
Por otro lado, las empresas también pueden beneficiarse de la proximidad entre sí, lo que facilita el desarrollo de productos intermedios especializados. Asimismo, la presencia de vínculos con proveedores y compradores locales crea incentivos adicionales para que las empresas se ubiquen cerca unas de otras, lo que fomenta un círculo virtuoso de inversión y productividad. Un ejemplo de esta aglomeración productiva (conocida también como clustering) es la alta concentración de empresas nacionales que suministran bienes y servicios a los fabricantes internacionales de automóviles en el estado mexicano de Puebla.
¿Como están aprovechando los países de ALC la IED?
Para aprovechar al máximo estos beneficios potenciales, los países de ALC están ajustando sus políticas de inversión extranjera para alinearlas con sus objetivos nacionales de desarrollo y maximizar el impacto positivo de la IED. Por ejemplo, Chile, con su un programa de centros de investigación científica y tecnológica, la iniciativa de emprendimiento Start-up Chile, y otras iniciativas, busca fomentar innovación por medio de inversiones extranjeras. De manera similar, cuando Costa Rica logró atraer una inversión cuantiosa de Intel en 1997 después de un proceso muy cuidadoso y estratégico, ambas partes asumieron compromisos de beneficio mutuo: Intel ayudó a financiar infraestructura energética y, a cambio, el gobierno costarricense rebajó el costo de la electricidad para usuarios de alto consumo como Intel. Además, la presencia de Intel en Costa Rica motivó a otras EMN que el país era un destino seguro para invertir y eso contribuyó a que Costa Rica pudiera atraer más IED en tecnología de punta en los años siguientes. Estos ejemplos muestran que las políticas de IED diseñadas para lograr objetivos estratégicos pueden beneficiar a un país. Aunque Intel cerró su planta de producción en Costa Rica, sigue teniendo un laboratorio de I+D que emplea a 1.900 trabajadores altamente capacitados en ingeniería, tecnología de la información, finanzas, recursos humanos, y marketing.
Otros países de la región también están fortaleciendo proactivamente la capacidad de sus agencias de atracción de la inversión. Uruguay está implementando un programa de desarrollo de habilidades para su agencia con el apoyo de un préstamo del BID. De manera similar, la Asociación de Agencias de Atracción de Inversiones del Caribe (CAIPA, por sus siglas en inglés), desarrolló herramientas virtuales, como la visualización de datos que mapean oportunidades de inversión, con el apoyo de la Iniciativa de Bienes Públicos Regionales del BID. Esto se complementa con otras actividades como foros de negocios y la plataforma ConnectAmericas, la mayor red social que reúne a empresas, proveedores, clientes, e inversionistas interesados en la región, tanto de ALC como de otras partes del mundo.
¿Quieres saber más?
Además de los efectos obvios de la IED sobre el crecimiento económico y el empleo, sus efectos indirectos contribuyen de manera importante al papel de la inversión extranjera como motor del desarrollo. Con el uso de políticas proactivas para atraer inversión extranjera que cumpla con los objetivos nacionales de desarrollo, la IED puede tener un impacto positivo y sostenible en los países de América Latina y el Caribe.
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