
El tipo interbancario de oferta de Londres (LIBOR, por sus siglas en inglés) es la tasa de interés de referencia dominante y que desempeña un papel fundamental en la dinámica diaria de los mercados financieros. Las entidades financieras utilizan la tasa LIBOR para representar su propio costo de financiamiento y transferirlo a sus clientes. La tasa LIBOR es la tasa de referencia de más de US$400 billones en instrumentos financieros, desde banca minorista, como tarjetas de crédito, préstamos para automóviles y préstamos estudiantiles, hasta instrumentos más sofisticados, como los derivados, que desempeñan un papel esencial para ayudar a las entidades financieras a gestionar sus riesgos.
A fin de comprender plenamente la tasa LIBOR y su importancia, es necesario remontarse a los orígenes y el desarrollo del mercado monetario en Londres y la historia del surgimiento del eurodólar. Hace casi medio siglo, las empresas mundiales y los bancos internacionales empezaron a mover entre sí el excedente de liquidez a corto plazo, en forma de depósitos en dólares en Londres. Este mercado era una especie de club que funcionaba sin garantías, al que solo podían acceder las entidades de primera categoría y gran solvencia. Dados los grandes volúmenes, la alta liquidez y la amplia gama de vencimientos, el mercado de la tasa LIBOR se convirtió gradualmente en una referencia mundial para los costos de financiamiento de las grandes empresas. En la década de 1980, la volatilidad de las tasas de interés se disparó, impulsando el desarrollo de los mercados de derivados que pronto se convirtieron en la mayor clase de activos del mundo en términos nominales. Los swaps de tasas de interés se basaban principalmente en la tasa LIBOR como referencia.
El principio del fin para la tasa LIBOR
Pero todo terminó con la crisis financiera mundial, cuando se perdió la confianza en la solvencia crediticia entre los bancos. Las entidades siguieron negociando entre sí el excedente de financiamiento, pero exigiendo garantía (un poco como lo hacen los prestamistas) y a plazos mucho más cortos, principalmente a un día. El mercado monetario, tal y como se le conocía, prácticamente desapareció, pero la continua dependencia y los grandes volúmenes de derivados de tasas de interés crearon poderosos incentivos para la manipulación. Resulta irónico que muchos consideren que la manipulación es la razón para la discontinuación de la tasa LIBOR, cuando la verdadera razón es precisamente todo lo contrario. La manipulación se hizo posible debido a la falta de liquidez en el mercado monetario. Ahora, el nuevo mercado monetario garantizado se basa en acuerdos de recompra (repos), en los que se utilizan bonos como garantía colateral.
La industria financiera comenzó a planificar la transición de la tasa LIBOR a otras tasas de referencia que superen los puntos débiles de la tasa LIBOR. Uno de los objetivos principales es garantizar que los nuevos puntos de referencia sean creíbles y robustos. La tasa de sustitución propuesta para el mercado del dólar estadounidense se basa en los mercados de repos que, como acabamos de explicar, sustituyeron al LIBOR hace una década. A pesar de los treinta años de fama de la tasa LIBOR y de su dependencia mundial, la Financial Conduct Authority (FCA), el organismo de regulación financiera del Reino Unido, anima al mundo a dejar de utilizarla a partir de ahora, después de que surgieran algunas dudas sobre su gobernanza y su pertinencia actual para representar los costos de financiamiento actualizados.
Aún hay muchas cosas por determinar y el tiempo apremia, ya que la tasa LIBOR podría desaparecer a partir de diciembre de 2021 si los reguladores así lo deciden (circulan consultas para extender la vida de algunos plazos de la LIBOR en dólares estadounidenses). Los grupos de trabajo de los mercados financieros han dado los primeros pasos, pero hay que decidir y definir muchos factores. Un grupo de expertos ha estudiado las principales diferencias estructurales entre la tasa LIBOR y las posibles nuevas referencias. A fin de tenerlos en cuenta, se añaden márgenes y ajustes a la tasa de sustitución, como primas de riesgo de crédito y ajuste por plazo.
Todavía rondan dudas sobre cómo aplicar los cambios, cómo se adaptarán todos los actores a dichos cambios y cómo estos afectarán los mercados de préstamos soberanos, corporativos y minoristas. La transición a tasas alternativas afectará la forma de determinar los precios tanto de los contratos existentes como de los nuevos, y las entidades financieras tendrán que actualizar sus modelos operativos. Algunas entidades se están preparando para una transición proactiva, meses antes de un difícil final de la tasa LIBOR.
Tres fuentes de incertidumbre en torno a las nuevas tasas de referencia
Las incertidumbres en torno a la transición pueden agruparse en tres factores determinantes. El primero es cómo se calcularán las nuevas tasas. Según se ha mencionado anteriormente, las nuevas tasas de referencia son diferentes a la tasa LIBOR. Todavía está por definirse cómo se ajustarán y cómo se fijarán los precios de los nuevos productos financieros.
El segundo factor es el nivel y la rapidez de la aceptación de las nuevas tasas de referencia por parte de los mercados financieros, que se reflejan en el número de contratos (o nivel de “liquidez”) que adoptan las nuevas alternativas. Por ejemplo, un rápido aumento del número de nuevos préstamos vinculados a las nuevas tasas supone una rápida aceptación por parte de bancos y clientes. Un crecimiento moderado puede significar que los participantes no están convencidos de que la tasa de sustitución propuesta sea la mejor opción.
El tercer y último factor es el comportamiento de los prestatarios. Los clientes minoristas, los gobiernos y los bancos más pequeños podrían adoptar una actitud receptiva hacia la reforma, o podría presentarse una ola de demandas. Por ejemplo, los clientes podrían demandar a los bancos después de que la tasa de su actual hipoteca haya cambiado.
Dada la compleja red de interacciones y el gran número de contratos, la sustitución de la tasa LIBOR representa un reto considerable en muchas dimensiones, y constituye un inmenso desafío para el mercado financiero mundial. La falta de preparación en todo el mundo podría provocar serias perturbaciones en los mercados financieros.
Escenarios para un mundo después de la tasa LIBOR
Para preparar la transición a una nueva tasa de referencia, el BID ha creado una serie de posibles escenarios basados en los tres factores determinantes descritos anteriormente. El objetivo es apoyar la toma de decisiones y también poder ayudar a abordar las preguntas sobre el plazo de la transición, y sobre cómo podrían los reguladores acelerar el proceso, y cómo el BID debe responder si el mercado no converge en una sola tasa de sustitución para la tasa LIBOR. A medida que estas cuestiones se van desarrollando, el plan institucional para la transición de abandono de la tasa LIBOR puede probarse bajo dichos escenarios, y se pueden hacer los ajustes necesarios. Al adentrarnos en este territorio inexplorado, la planificación de escenarios puede ser una poderosa herramienta para prepararse para lo desconocido.
Abandonar la tasa LIBOR representa un cambio de paradigma para la industria financiera, y está ocurriendo ahora.
Cualquier tasa que se aplique lo importante es apoyar a la Reactivación Económica pos pandemia, que se eliminen tantas trabas burocráticas, requisitos y mala practicas bancarias para otorgar créditos. tiene que manejarse otros indicadores como el PRI periodo de recuperación de la inversión de acuerdo al proyecto planteado; actualmente todos los bancos estatales y privados ven que se tiene algún crédito anterior y lo primero que hacen es decir que ya no puede n otorgar crédito pero ni siquiera analizan el patrimonio y la rentabilidad de un proyecto, algunos funcionarios no saben ni que es un proyecto sostenible y rentable. ESTO TIENE QUE CAMBIAR