El uso de la facturación electrónica (FE) se ha venido consolidando en América Latina y el Caribe,[1] generando amplios beneficios para las administraciones tributarias y aduaneras, así como para los contribuyentes. Este instrumento ha sido utilizado en gran medida para las transacciones domésticas a fines de mejorar el cumplimiento tributario, reducir el fraude y mejorar la calidad del servicio al contribuyente.
Pero aún hay más por hacer para apalancar los beneficios de su uso. Una gran oportunidad poco explorada en nuestra región es la utilización de la factura electrónica para mejorar el cumplimiento tributario y aduanero en las operaciones de comercio exterior en nuestros países.
Esta oportunidad fue discutida en el webinar ¨Usos de la facturación electrónica en el Comercio Exterior – desafíos y oportunidades¨ llevado a cabo de forma conjunta entre las Divisiones del área fiscal y del área de comercio e inversión del BID y el CIAT.
Durante el evento, representantes de las administraciones tributarias de Brasil y México, por ejemplo, resaltaron que la mayor parte de las operaciones de facturación electrónica en sus países se refieren a operaciones que ocurren exclusivamente dentro de la jurisdicción nacional. A pesar de que Brasil y México son unos de los pocos países en nuestra región que utilizan la facturación electrónica para operaciones de comercio exterior, ellos también señalaron que estas operaciones representan solamente una pequeña fracción del potencial esperado.
Por ejemplo, en Brasil en 2020 se emitieron 3.2 mil millones de FE, de las que solo 60.8 millones fueron FE de operaciones de importación y exportación. En México, se generaron 6.7 mil millones de FE, y de ellas solo se emitieron 18.8 millones de FE de importación entre octubre de 2020 a septiembre de 2021. Se debe señalar que los montos e importancia de las operaciones de comercio exterior son muy significativos.
¿La FE para el comercio exterior?
La FE de comercio exterior es una herramienta innovadora que permite automatizar y mejorar el flujo de información entre las administraciones de aduanas y de tributos internos sin que ninguna de estas pierda su independencia funcional, mejorando así sus capacidades operativas.
La información de una operación comercial es recibida por la autoridad fiscal cuando se emite una FE, o se realiza cualquier modificación a esta, y puede ser transferida o verificada por la aduana directamente o a través de la ventanilla única de comercio exterior, facilitando la trazabilidad de la transacción. Al mismo tiempo, la FE de comercio exterior mejora el control administrativo y fiscal del contribuyente, al quedar automáticamente asentada en sus registros contables y en su cuenta tributaria.
Un buen ejemplo de estos beneficios es el caso de Brasil, que en 2018 implementó el sistema de Declaración Única de Exportación, que tiene como elemento principal la FE de exportación. Este desarrollo, hecho por la Receita Federal do Brasil, ha traído resultados substanciales desde el punto de vista de la confiabilidad de los datos asociados a la transacción, accesibles mediante una clave vía la FE. Además, el proyecto ha generado una disminución de 85% de los documentos en papel, una reducción de 60% de la cantidad de información requerida y de más de 50% del tiempo de trámites, pasando de 13 días en 2014 para 6 días, y resultando en un ahorro potencial de US$ 12,5 mil millones en 2019. Además, con el uso de la FE, es posible rastrear el producto desde el productor hasta el exportador, disminuyendo los fraudes.
Implementación de una factura electrónica a nivel regional para el comercio exterior
El valor del uso de la FE de exportación e importación se incrementa en tanto se implemente de manera generalizada a nivel regional e internacional como elemento fundamental de las operaciones de comercio exterior. La factura electrónica de comercio exterior no solo tiene un impacto positivo en la gestión de la recaudación, sino que es una piedra angular para promover la integración regional y una mejor inserción de las empresas en las cadenas de valor regionales y globales.
A medida que los países van implementando sistemas de facturación electrónica para control de tributos internos y para facilitar el cumplimiento de los contribuyentes, se potencian las condiciones para desarrollar una factura electrónica de comercio exterior a nivel regional. Además, existe actualmente entre los países y entre las administraciones tributarias y aduaneras una renovada voluntad de cooperación para el intercambio de información, y hay un abanico de tecnologías que facilitan el intercambio de datos, incluidos los intercambios transfronterizos gracias a la automatización y a la interoperabilidad de los sistemas.
La Organización Mundial de Aduanas resaltó durante el webinar los beneficios de la cooperación entre tributos internos y aduanas, para verificar la autenticidad de las transacciones y combatir los flujos financieros ilícitos, al tiempo que se mejora la facilitación comercial de los operadores con alto grados de cumplimiento.[2]
Los actores involucrados son las administraciones tributarias y aduaneras de los países que son partes e intervienen en la operación, pero también se deben sumar los otros actores: exportadores, importadores, agentes de aduana, transportistas, puertos y aeropuertos y, agencias de gobierno involucradas en la gestión de certificados, y en materia de seguridad en un contexto de gestión coordinada de fronteras.
No cabe duda de que existen múltiples desafíos relacionados con aspectos normativos, de armonización del modelo de datos, de la definición del conjunto de datos, de la introducción o uso masivo de la firma, y también de carácter técnico para contar con la debida interoperabilidad. Pero, de nuevo, las tecnologías modernas abren un mundo de oportunidades para propiciar la adecuada transmisión de datos, así como su trazabilidad con tecnologías como blockchain.
De igual manera, la implementación de la factura electrónica de comercio exterior genera una mina de datos que pueden ser aprovechados para el uso de la analítica de datos y de técnicas de inteligencia artificial o machine learning y diseñar así intervenciones de política pública más efectivas y eficientes.
Claramente, las oportunidades superan los desafíos de la mano de la cooperación y la tecnología. Tanto desde del BID como del CIAT apostamos por incentivar y apoyar iniciativas que desarrollen y fortalezcan el uso de la factura electrónica también en su vertiente de comercio exterior.
[1] Los países con implementaciones consolidadas de FE incluyen Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Guatemala México, Perú, Uruguay; y en proceso de implementación o expansión Bolivia, El Salvador, Panamá, Paraguay y la República Dominicana.
[2] customs-tax-guidelines.pdf (wcoomd.org) y customs_tax_guidelines_sp.pdf (wcoomd.org)
Rafael Monge says
Un tema relevante para las economías latinoamericanas, la tecnología es un elemento indispensable para el desarrollo de la región. Su uso y correcta aplicación es la llave a un sin número de oportunidades de negocio, con los cuales, los Estados podrán generar más y mejores oportunidades de empleo entre otros. De igual manera, la transparencia en estos procesos productivos se convierte en un aliciente para los contribuyentes, sin embargo, aun existe el importante reto de la educación y cultura tributaria, pues la implementación de estos mecanismos es rechazada por algunos sectores económicos de los Estados y, por ende, las oportunidades en innovar y avanzar en esta temática se ven reducidas e sobremanera.