En el pasado mes de enero, Suriname inauguró su primera planta solar para fines de electrificación rural. La planta, con una capacidad de 500 kWp, proveerá 24 horas de electricidad a las comunidades de Atjoni y Pokigron bajo la responsabilidad operativa de la empresa eléctrica estatal de Suriname (EBS) y con financiamiento del Banco Interamericano de Desarrollo.
Atjoni y Pokigron son poblaciones rurales alejadas de Paramaribo, la capital de Suriname. Se necesitan tres horas en coche por una carretera que se encuentra en buen estado, rodeada por un paisaje de bosques tropicales. Es una carretera con poco tránsito de vehículos, frecuentada, sin embargo, por camiones que transportan grandes lotes de madera. Durante el trayecto se observan múltiples comunidades indígenas compuestas por unas pocas casas, la mayor parte de ellas construidas a base de materiales tradicionales como madera u hojas de palmera para las cubiertas. La mayoría de estas comunidades no disponen de electricidad ni agua corriente, tienen una forma de vida muy tradicional, basada en la agricultura, la caza y la pesca.
Se estima que en Surinam más del 10% de la población vive en comunidades rurales (54,000 Maroons y 8,000 indígenas). La mayor parte de ellos son Maroon (cimarrones), descendientes de esclavos africanos que huyeron hacia el interior del país y se unieron a los indígenas, creando diferentes tribus independientes (Saramaka, Paramaka, Ndyka, Kwinti, Aluku y Matawai).
Atjoni, habitada por miembro de la tribu Saramaka, es la última comunidad accesible por carretera de la provincia de Sipaliwini, la cual cubre la mayor parte del territorio interior y la selva virgen del país. Entre Atjoni y Pokigron suman unos 400 hogares. Estas dos comunidades son adyacentes y comparten varios equipamientos, entre ellos una escuela primaria, una escuela secundaria, una clínica y varios supermercados, los cuales también dan servicio a las comunidades de Upper Suriname. Salen a diario decenas de embarcaciones que se dirigen a las más de 50 comunidades localizadas a lo largo del rio Upper Suriname. Se estima que, en estas comunidades, solo accesibles por río, viven alrededor de 15,000 personas, también de la tribu de los Saramaka. Atjoni es por lo tanto un hub de comunicaciones y de servicio para todas estas comunidades y los beneficios de desarrollo que se obtengan son reflejados a un ámbito mas amplio.
Hasta la inauguración de la planta solar, el sistema de provisión de electricidad para las dos comunidades era una pareja de generadores diésel con capacidad 700 kW que operaban con grandes limitaciones. El generador suministraba electricidad entre 4 y 6 horas al día (en el mejor de los casos) sin ningún pago por el servicio lo cual afecta la calidad en un círculo vicioso. Se estima que en Suriname hay otras 135 comunidades indígenas en la misma situación. La recesión económica que ha afectado el país durante los últimos años ha provocado que el combustible no llegue a todas las comunidades con la regularidad deseada, además de generar un importante gasto para el gobierno. En este contexto, la planta que se inaugura responde a una de las principales prioridades del gobierno de Suriname es la promoción de energías renovables, principalmente solar y minihidráulica, para poder subministrar 24 horas de electricidad libre de emisiones en comunidades rurales aisladas, lo que además contribuirá al desarrollo económico y social de estas comunidades aisladas.
La nueva planta solar, compuesta por 1680 paneles solares de 300 Wp por panel y un grupo de 8 bancos de baterías con capacidad 1000 Ah cada uno, operará de forma híbrida con los generadores diésel como respaldo. El sistema prioriza la recarga de baterías durante el día para disponer de reservas durante la noche, con el objetivo de minimizar el consumo de diésel. La electricidad se distribuye mediante una red renovada de distribución para reducir las pérdidas. El costo total de la planta fue $2,5 millones de dólares resultado de un proceso competitivo y con financiamiento completo de un préstamo del BID al Gobierno de Surinam.
El continuo progreso del servicio de electricidad no termina con la instalación de la planta. Durante 2018 se planea instalar medidores inteligentes con opción de prepago en las viviendas y equipamientos para facilitar facturación. En Surinam existe una tarifa social, para consumos menores de 150 kWh al mes, que va a beneficiar a la mayor parte de los usuarios de estas comunidades.
Uno de los principales retos de implementar este proyecto en un país como Suriname es entender y respetar los aspectos sociales y culturales de la población local, los cuales difieren entre las diferentes tribus que componen Suriname. Para asegurar el éxito y aceptación del proyecto por parte de la comunidad, la comunicación entre EBS y el líder tradicional de la comunidad (Captain) ha sido un factor decisivo.
La planta en Atjoni y Pokigron es la mayor planta solar aislada en Suriname que operará con un sistema híbrido de respaldo lo cual es un hito para el país y marca el camino para futuras plantas solares para electrificación rural. El Banco Interamericano de Desarrollo y el gobierno mantienen un continuo dialogo para seguir ampliando este tipo de experiencias con proyectos de promoción de energía renovable para beneficio de comunidades rurales.
Noriel Reynaldo says
hola soy ingeniero civil cubano residente en suriname y me encanta la idea saber mas sobre energias renovables y su implementacion en este pais. Me gustaria que me enviaran algo de informacion al respecto.
Gracias