Cuando somos chicos y chicas, una pregunta que se repite constantemente es: ¿qué quieres ser cuándo crezcas? Abogado y médico son algunas de las opciones que más se pueden repetir. Pero la respuesta, dependiendo claramente de a quién se le pregunte, puede ser muy diversa entre niños y niñas, sobre todo si pensamos en las áreas de ciencias, matemáticas, química o física.
Si nos ponemos a pensar por un segundo en quién pensamos cuando pensamos una persona que trabaja en ingeniería, matemática o ciencias, tal vez nuestra primera respuesta sea un hombre vestido con una bata, anteojos, probablemente con botas y un aspecto bastante serio. Históricamente, a través de libros, películas, publicidades y nuestro propio entorno, estas son imágenes que se repiten constantemente. Incluso hoy en día, al hacer una búsqueda rápida en cualquier buscador con palabras clave como “mujeres reconocidas en ciencia”, las referentes no solo son pocas, sino que son mujeres que vivieron durante los siglos XX o principios de XXIX.
En el panorama velozmente cambiante de la ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM), existe una urgente necesidad de abordar una brecha persistente: la subrepresentación de las mujeres, comenzando desde una edad temprana. Esto no es solo una cuestión de equidad. El promover imágenes de un solo género en este sector puede enviar un mensaje muy claro sobre quién se requiere ser (o no ser) para ser bienvenido en un área tan competitiva y tener éxito[1]. Por el contrario, ver a una persona científica como la diversidad de personas que consumimos medios de todo tipo puede ser increíblemente importante para los estudiantes jóvenes, así como una indicación de que pueden dedicarse y tener éxito en los campos que les fascinan, sin importar su género. Los medios de comunicación y la representación juegan un papel fundamental en este esfuerzo, dando forma a las aspiraciones y la imaginación de las niñas jóvenes.
Cuando las niñas encuentran modelos a seguir femeninos en STEM a través de libros de texto, medios de comunicación o sitios web de empresas, amplían su visión de lo que es posible. Esta visibilidad es crucial para combatir los estereotipos que inadvertidamente disuaden a las niñas de seguir carreras en estos campos.
¿Por qué animar a más niñas a que estudien carreras STEM?
Animar a las niñas a seguir carreras en STEM es vital para fomentar una fuerza laboral diversa e innovadora. Las mujeres aportan experiencias y puntos de vista únicos, que son esenciales para la resolución creativa de problemas y el desarrollo de tecnologías revolucionarias. La falta de participación femenina en STEM significa que solo estamos explotando la mitad de las posibilidades, soluciones e ideas que podríamos tener en estas áreas.
En el caso de energía, esto no está demasiado lejos. Mientras enfrentamos los desafíos de la cuarta revolución industrial y la transición a la energía sostenible, la demanda de personas profesionales capacitadas en estas áreas está aumentando. Una fuerza laboral que incluya mujeres está mejor equipada para enfrentar estos desafíos, impulsando el crecimiento económico y la sostenibilidad. Y esto no es solo algo para celebrar temporalmente o tratar como historia pasada, sino para incorporar en prácticas continuas para cada vez más tener mayor representación y ejemplos que se parezcan a aquellas que nos leen, nos escuchan, y sobre todo observan lo que ocurre en un mundo tan cambiante.
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) reconoce la importancia de este problema y están profundamente comprometido a promover la igualdad de género en STEM. A través de diversas iniciativas y programas, el BID trabaja para cerrar la brecha de género y motivar a más niñas a entrar en campos de STEM. Este compromiso es integral para fomentar una fuerza laboral global más inclusiva e innovadora. Además, el desafío global del cambio climático y la transición justo a un futuro sostenible subraya la necesidad de una fuerza laboral diversa. Las mujeres, históricamente subrepresentadas en STEM, son cruciales para desarrollar soluciones innovadoras para un mundo sostenible.
En conclusión, promover a las niñas en STEM es más que solo igualdad de género; se trata de enriquecer el campo con diversas perspectivas, impulsar el desarrollo económico y, a su vez, abrir camino para que cada vez más niñas se vean reflejadas en distintos cambios y no solo quieran y puedan entrar, sino ser exitosas en ellas.
Conoce más de nuestro trabajo:
[1] https://stemeducationjournal.springeropen.com/articles/10.1186/s40594-021-00288-x
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