La creciente preocupación por el aumento de la frecuencia e intensidad de fenómenos climáticos extremos ha instado a gobiernos y autoridades a tomar medidas y desarrollar políticas para reducir las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI). Sin embargo, considerando las necesarias transformaciones estructurales de las matrices energéticas de los países, los resultados e impacto de dichos cambios se apreciarán a lo largo de los próximos quinquenios, e incluso décadas. En ese sentido, existe una urgencia de adoptar medidas más efectivas para transformar el sector energético de los países, el cual es responsable de ¾ partes de las emisiones globales y acelerar la lucha contra los efectos del cambio climático.
En Brasil el sector energético contribuye con 19% de las emisiones totales, a diferencia del resto del mundo, en el que este sector contribuye con 72%. Este bajo nivel de emisiones sectoriales se debe, principalmente, al hecho de que 44% de la matriz energética brasileña es renovable, predominando el uso de bioenergía, hidroenergía, y energía eólica y solar.
En 2020, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Centro Brasileño de Relaciones Internacionales (CEBRI) y la Empresa de Investigación Energética (EPE) colaboraron para desarrollar el Programa de Transición Energética (PTE) para la descarbonización de la economía brasileña para 2050. El objetivo del PTE ha sido identificar, mediante un proceso participativo trayectorias tecnológicas y escenarios futuros para la transformación del sector energético brasileño, que permitan lograr la neutralidad de carbono de Brasil al 2050.
En este proceso se construyeron 3 escenarios de descarbonización denominados: (i) transición brasileña[1] (Brasil), (ii) transición alternativa[2] (alternativa), y (iii) transición global (global) [3] que exploran las diversas opciones de mitigación de emisiones para alcanzar el objetivo de neutralidad de emisiones de GEI en el país en 2050.
Principales conclusiones
- Todos los escenarios muestran que la matriz energética brasileña evolucionará hacia un menor uso de combustibles fósiles y un mayor aprovechamiento de fuentes renovables para 2050, superando estas últimas el 70% de participación en todos los escenarios. La biomasa lidera esta transformación, seguida por la energía eólica y solar.
Figura 1: Uso de energía primaria por fuente en Brasil
- La agricultura, silvicultura y otros usos de la tierra es responsable de la mayoría de las emisiones brasileñas de GEI, 73% del total, desempeñando un rol fundamental para viabilizar la meta de neutralidad de carbono del país. A través de las soluciones basadas en la naturaleza, Brasil tiene un gran potencial para aprovechar estas soluciones, representando aproximadamente el 20% del potencial mundial.
- Lograr la neutralidad de emisiones netas de GEI en 2050 requiere eliminar la deforestación ilegal antes de 2028. De lo contrario, será técnicamente inviable para Brasil alcanzar esta meta en 2050.
- Los escenarios proyectados muestran que el aprovechamiento de recursos eólicos y solares resultaran medulares para atender el crecimiento de la demanda eléctrica en el país, disminuyendo la participación de la energía hidroeléctrica en la matriz eléctrica brasileña a un rango de entre el 30% y el 55%. La proporción de fuentes renovables en el mix de generación de energía de Brasil seguirá creciendo, superando 90%.
Figura 2. Generación de electricidad por fuente y escenario (TWh/año)
- En paralelo al crecimiento experimentado por las fuentes renovables es necesario expandir y reforzar, entre 28% y 57% hasta 2050, la capacidad de línea de transmisión dentro del Sistema Interconectado Nacional (SIN).
- La participación del petróleo y gas natural en la matriz energética de Brasil en 2050 disminuye a lo largo del periodo de análisis en todos los escenarios, siendo reemplazados por biocombustibles y por la electrificación de la flota de vehículos.
- En relación con los biocombustibles, junto al etanol y el biodiesel, emergen los biocombustibles avanzados como posibles sustitutos de sus homólogos fósiles (diésel verde, bioqueroseno, etc.).
- En el escenario alternativo, se prevé que Brasil produzca hasta 4 millones de toneladas de H2 de fuentes renovables, fundamentalmente dirigido a la exportación, pudiendo llegar a abastecer el 10% del mercado internacional de H2 verde.
Los resultados del Programa muestran que Brasil está estratégicamente posicionado como uno de los mayores actores globales en la descarbonización y transición energética, gracias a su abundancia de recursos renovables, reconocida capacidad técnica, y el dinamismo y experiencia de su sector industrial y energético.
Será necesario desarrollar marcos legales y regulatorios adecuados, y fortalecer la colaboración público-privada, para movilizar inversiones anuales de más de US$46 billones, lo que podría llegar a generar alrededor de 5 millones de puestos de trabajo directos e indirectos al año.
En el Grupo BID estamos deseosos de continuar acompañando técnica y financieramente a Brasil en este proceso de transición de su sector energético.
Para conocer más detalles sobre los resultados, conclusiones y recomendaciones del PTE de Brasil, se puede consultar el informe final del proyecto publicados, en inglés y portugués, en la pestaña de documentos del siguiente enlace:
[1] Construido con base en los compromisos asumidos por el país en su Contribución Determinada a Nivel Nacional (NDC).
[2] Construido con la finalidad de evaluar una trayectoria tecnológica alternativa para alcanzar la neutralidad en Brasil en 2050, considerando los impactos del propio cambio climático en el sector energético, y las incertidumbres que rodean el proceso de desarrollo y consolidación de ciertas tecnologías.
[3] Construido para cuantificar y mostrar la contribución de Brasil en un mundo que pretende limitar el aumento promedio de la temperatura superficial global de la atmosfera a hasta 1,5°C en 2100, en relación con los niveles preindustriales.
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