La circularidad de las baterías de litio es un pilar fundamental para la transformación energética en América Latina y el Caribe. Como mencionamos en una entrada anterior, su adecuado manejo y reciclaje no solo responde a la creciente demanda global, sino que también es clave para reducir la contaminación ambiental y avanzar hacia un modelo energético que incorpore nuevas tecnologías.

Cinco de los seis proyectos ganadores asistieron a la ceremonia de premiación junto a los jurados de la convocatoria en la sede del BID en Washington D.C. el pasado 5 de junio de 2025.
Convocatoria para encontrar soluciones circulares en la región
Conscientes de esta necesidad, desde el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) lanzamos la convocatoria “De la Batería al Potencial”, una iniciativa diseñada para identificar, fortalecer y visibilizar soluciones innovadoras que abordan los desafíos de la circularidad de baterías en la región. Recibimos más de 60 postulaciones, una muestra clara del compromiso y talento que existe en América Latina para liderar esta transición.
En alianza con organizaciones que promueven la innovación y la sostenibilidad, seleccionamos cinco proyectos ganadores. Sus integrantes no solo recibieron mentorías y formación en negocios, sino también la oportunidad de presentar sus propuestas ante potenciales inversionistas en diversas instancias.
Cada uno de los proyectos seleccionados representa una forma única de abordar la circularidad de baterías, desde el diagnóstico y la reutilización, hasta el reciclaje, la innovación tecnológica y el aspecto social. A continuación, te presentamos a los cinco proyectos que están transformando el futuro energético de la región:
Cuando estudiaba su doctorado en ingeniería en materiales, una de las fundadoras de Altero descubrió que no solo bastaba con reciclar baterías para extender su vida útil. En el proceso, era importante extraer metales como el cobalto, el litio y el níquel, los cuales se perdían cuando una batería no completaba su ciclo de vida y pueden aprovecharse por otras industrias
Así fue como crearon una tecnología de procesos mecánicos y electromagnéticos que permite reciclar las batería, controlando su flamabilidad, recuperando minerales críticos y sin vertimientos ni emisiones.
Lo que comenzó como una inquietud científica de Alejandro sobre la corta vida útil de las baterías se convirtió en una solución que permite extender su uso mediante procesos químicos innovadores. Así es como BATX diagnostica el estado de salud de las baterías y propone su reutilización antes del reciclaje, promoviendo una verdadera sostenibilidad.
Una historia que ilustra su impacto ocurrió a través de una colaboración con agencias de gobierno en César, Colombia, donde gracias a su tecnología, seis familias accedieron a energía solar. Uno de los beneficiarios, un adulto mayor, pudo dejar de conservar carne con sal, lo que afectaba su salud, y comenzar a usar un refrigerador. Incluso abrió un pequeño negocio de venta de hielo.
El Centro de Diagnóstico de Baterías (CDB) nació en el ámbito universitario y hoy ofrece modelos predictivos y diagnósticos químicos para extender la vida útil de las baterías.
Al inicio, su tecnología era tan novedosa, que la mayoría de los equipos que utilizaron para sus pruebas iniciales no tenían manuales en español, por lo que tuvieron que traducir todo de forma independiente para desarrollar su solución.
Hoy en día, esta permite identificar aplicaciones de segunda vida antes de que una batería sea descartada, generando valor económico y reduciendo el impacto ambiental. Además, realizan diagnósticos en sitio, evitando el traslado de grandes flotas y reduciendo emisiones.
Quantum va más allá del diagnóstico: desmonta, repara y reutiliza celdas funcionales de baterías, reasignando las no aptas a aplicaciones de bajo consumo.
Al inicio, uno de sus primeros clientes trajo la batería de arranque de una avioneta, convencido de que ya no servía. Quería reemplazarla por una nueva, pero al revisarla lograron recuperarla completamente. Desde entonces, han reciclado más de 1,000 baterías y realizado su primera exportación, todo en su primer año de operación.
Relife es la primera planta de reciclaje de baterías de litio en Centroamérica. Su enfoque no solo recupera materiales críticos como litio, cobalto y níquel con alta pureza, sino que también genera alianzas con comunidades locales.
Un ejemplo inspirador es su colaboración con La Asociación de Reciclaje de Liberia (ASORELI), una asociación de mujeres recicladoras en Costa Rica. Gracias a Relife y la agencia de cooperación alemana GIZ, estas mujeres recibieron bicicletas eléctricas con baterías de segunda vida, mejorando su movilidad y calidad de vida. Una muestra de cómo la economía circular puede empoderar a comunidades enteras.
DPass nació de una pregunta clave: ¿sabemos realmente de dónde vienen y a dónde van nuestras baterías? Su solución utiliza blockchain y NFTs para garantizar la trazabilidad de las baterías, desde el origen de los minerales hasta su reciclaje, incluyendo datos sobre impacto ambiental, uso de agua y energía.
Esta transparencia es esencial para construir cadenas de suministro más responsables, donde el consumidor tenga acceso a toda la información, mucho más allá del simple estado de una batería.
Un futuro circular ya está en marcha
Estos seis proyectos demuestran que la circularidad de las baterías no es una utopía, sino una realidad en construcción. Desde la reutilización y el diagnóstico inteligente, hasta el reciclaje con impacto social y la trazabilidad tecnológica, América Latina está liderando con soluciones concretas e innovadoras.
La transición energética no depende solo de nuevas fuentes de energía, sino también de cómo gestionamos los recursos que ya tenemos. En ese camino, estas iniciativas nos muestran que el futuro puede ser más limpio, justo y circular.
Porque cuando una batería llega al final de su vida útil, en realidad, apenas comienza su verdadero potencial.
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