por Jesús Tejeda
Este programa de Ecuador es un claro ejemplo de como la electricidad puede mejorar el nivel de vida y el crecimiento económico de las áreas urbanas y rurales aisladas
Todas los días a las 4 de la mañana, cuando comienzan a cantar los gallos, las mujeres de las comunidades Prado 1 y 2 de la provincia ecuatoriana de Pichincha, se envuelven en chales, se abrigan con sombreros bombín y se dirigen con sus vacas a los campos de pastoreo de las montañas.
Estos animales se ordeñan dos veces al día; se trata de una actividad ardua y agotadora. También es un trabajo que, hasta hace muy poco tiempo, era a duras penas redituable porque las comunidades no contaban con los equipos necesarios para refrigerar y almacenar la leche. Por tanto en lugar de disfrutar de los beneficios de su trabajo, las familias veían que mucha leche que producían se echaba a perder y que gran parte de las ganancias iban a parar a intermediarios, propietarios de tanques de almacenamiento y refrigeración, necesarios para asegurar que la leche llegara de forma segura a las fábricas de procesamiento.
Todo eso comenzó a cambiar en mayo de 2012, cuando el Banco Interamericano de Desarrollo suscribió un préstamo de 40 millones de dólares al gobierno de Ecuador. Este acuerdo conocido como FERUM-BID, tenía como objetivo mejorar la sostenibilidad en la entrega y calidad del servicio eléctrico a comunidades rurales y urbano marginales, además de fomentar el desarrollo de emprendimientos comunitarios productivos basados en la energía eléctrica.
Es así como en años recientes Ecuador ha incrementado su porcentaje de cobertura eléctrica nacional pasando del 95% al 97%, posicionándose muy cerca del tercio superior de los países de América Latina y el Caribe con mayor cobertura. Alrededor de 100.000 viviendas que nunca habían tenido electricidad, disfrutan ahora de ella. Por otro lado, la percepción de la seguridad por parte de los ciudadanos también ha progresado en la medida en que las comunidades que anteriormente estaban sumidas en la oscuridad durante la noche ahora disponen de líneas eléctricas y alumbrado público, especialmente en barrios urbano-marginales.
Los negocios comunitarios también han florecido. Las nuevas conexiones de energía eléctrica propician emprendimientos productivos comunitarios tales como: molienda de grano, esquila, lavado y secado de lana de borregos, centros de acopio de leche, talleres de costura, micro emprendimientos artesanales, etc. Esto se traduce en la creación de nuevas oportunidades de generación de ingresos. Además, el FERUM-BID contribuyó a reducir las pérdidas de electricidad al mejorar las redes de distribución en zonas urbano-marginales, recuperando energía en favor de la economía ecuatoriana, equivalente a 3,3 millones de dólares anuales.
Para los productores de leche de la provincia de Pichincha, en su mayoría mujeres, el proyecto ha marcado un antes y un después en su día a día. Gracias no solo a la electricidad en su comunidad, sino también a la financiación y asistencia técnica brindada mediante el FERUM-BID, las comunidades Prado 1 y 2 cuentan ahora con un centro de acopio certificado a nivel nacional que permite refrigerar hasta 3000 litros de leche, así como un pequeño laboratorio para evaluar la calidad de la misma.
Más de 200 familias de estas comunidades, se vieron beneficiadas además con cursos de capacitación que les enseñaron a ordeñar sus vacas bajo los estándares de higiene que establece el centro de acopio comunitario, y que ha sido clave en la mejora de los ingresos por esta actividad.
Las familias beneficiadas afirman que ya no dependen de intermediarios para vender su leche. En lugar de eso, su empresa colectiva y auto-sostenible, negocia y vende su leche directamente a las fábricas de procesamiento, incrementando sus ingresos desde $0,41 por litro a $0,46, y abriéndoles la puerta para desarrollar iniciativas comerciales adicionales con nuevos productos lácteos.
Mientras que el programa ha tenido mucho éxito, cierto es que también ha tenido algunos retos en los que trabajar. Entre los desafíos enfrentados para le implementación del programa, se menciona la necesidad de fortalecer en las empresas eléctricas públicas, el diseño de proyectos de electrificación rural con carácter sostenible. El objetivo es que se garantice que a través de los ingresos de la tarifa eléctrica se mantenga la calidad y suministro del servicio a los beneficiarios y se promueva el desarrollo de proyectos productivos.
Asimismo, los beneficios observados del programa han inspirado a las comunidades para participar de manera proactiva con las empresas eléctricas en el desarrollo de este tipo de proyectos. El involucramiento social de la comunidad en todas las etapas del proyecto, antes, durante y después, es una necesidad estratégica que beneficia a la comunidad y a la empresa eléctrica. La relación fluida y la participación social generan una disposición al cuidado de las obras de electrificación, al uso seguro y eficiente de la energía y sensibiliza la conciencia del pago del servicio eléctrico.
Con el fin de seguir contribuyendo al diseño de futuros proyectos de electrificación rural sostenibles, a través de la segunda fase del programa FERUM-BID actualmente en ejecución, se lleva a cabo una evaluación de impacto que busca medir los beneficios en las familias de las comunidades intervenidas. Además esta segunda fase incluye entre sus objetivos avanzar en el acceso de energía en comunidades geográficamente aisladas de la red eléctrica a través del desarrollo sostenible de sistemas eléctricos basados en energías renovables.
Esta entrada forma parte de una serie de artículos en este blog sobre efectividad en el desarrollo que resaltan los aprendizajes y experiencias de proyectos y evaluaciones del BID.
Algunos de los artículos que forman parte de esta serie son:
– Cuando golpea el cólera: una respuesta intersectorial a las emergencias
– Empoderar a la comunidad ayuda a reducir el crimen en Trinidad y Tobago
– ConnectAmericas.com: Abriendo un mundo de oportunidades para las empresas pequeñas y medianas
– ¿Qué tiene que ver la eficiencia energética con los hoteles del Caribe?
– Vientos de cambio en Uruguay
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Jesus Tejeda es Jefe del proyecto FERUM y especialista regional Senior en Energía.
Marcos Dice
Muy buen aporte. Algo así estaba buscando hace un tiempo y cuándo había desistido lo encuentro.
Muchas gracias.